jueves, 8 de julio de 2010

CANCIONES POR NUESTRAS VIDAS: 1940-1970 (52)


Estamos ante una enorme cantaora a la que sería difícil encuadrarla sólo en el terreno de la copla, ya que María Barrús Martínez, más conocida como "La Niña de Antequera" en el mundo del espectáculo, fue, además, una gran cantaora de flamenco, con una tesitura de voz muy parecida a la de Gracia de Triana. Su voz era clara, potente y bien timbrada, una voz a la que ella sabía sacarle todas sus cualidades modulándola a su gusto. Si cantaba bien con orquesta, como dejó demostrado en los selectos discos que grabó con la firma Columbia, igual de bien lo hacía con el solo acompañamiento de una guitarra. No en balde llegaron a definirla como "la voz de oro de Andalucía".

Fue la mujer que alternó en más espectáculos flamencos junto a figuras como El Niño de la Huerta, Pepe Marchena, Pepe Pinto, La Niña de la Puebla, Juanito Valderrama, Porrinas de Badajoz, Rafael Farina, Antonio Molina y Enrique Montoya, entre otros. Entre muchas de las canciones recordadas de su repertorio, quizás la más famosa fuese "¡Ay, mi perro!, de José del Valle y música del maestro Gordillo, que rápidamente alcanzaría una alta popularidad:

En el Coto de Doñana han matado/ mataron a mi perro./ A una cierva entre las verdes jaras/ él iba siguiendo./ En los contornos de Andalucía/ no había otro perro como mi perro./ Ay, qué bonito cuando saltaba/ tras de las liebres por el romero./ Ay, qué bonito cuando volvía,/ con qué cuidado me las traía.// Era la llave de mi cortijo/ y del ganao su centinela,/ no había lobo que se acercara/ a los corderos en la ribera./ Era valiente con los valientes/ y no lo había con más nobleza./ había que verlo cuando jugaba/ con mis chiquillos en la dehesa./ No había otro perro como mi perro.// En la fuente de la cruz de piedra/ tomillo y romero./ A la sombra de una gris encina/ yo enterré a mi perro./ Ya se acabron mis alegrías,/ ay, qué penita de mi lucero,/ él consolaba las penas mías/ y de mi vida los sufrimientos./ Ay, qué contento cuando salía/ por esos montes de cacería.// (Refrán).

Otra de las canciones que gozó de mucha popularidad en la voz de la antequerana, con letra de Gómez Muñoz y música de Jaime García, fue "María Rosa de León"

Como un barquito de vela/ con el viento a su favor/ caminaba muy segura/ María Rosa de León./ Pero una tarde de mayo/ que un mocito la miró/ el viento le vino en contra/ y el barco el timón perdió.// Ya no tiene primavera/ Mari Rosa de León/ y un puñal lleva clavao/ en medio del corazón./ La que tanto presumía/ hoy ya no se ríe así/ porque ya tiene una herida/ que no la deja vivir.// Siendo mujer de bandera/ y guapa como no hay dos/ no hay quien se acerque a su vera/ porque a muchos despreció./ Y aquel barquito de vela/ que un día el timón perdió/ con él jugaron las olas/ y en las rocas se estrelló.// (Refrán).

Entre otros títulos como "Solita en el mundo", "Nostalgia de Antequera", "Yo vi salir a un minero" o "Mis colombianas", está un tema exclusivamente flamenco que también hizo famoso: "Linares ya no es Linares", en homenaje a Manolete, en el que la cantaora demuestra un poderío magistral. La letra es de ella misma y la música del maestro Morillo:

Córdoba de mis amores/ madre de grandes toreros,/ del barrio Santa Marina/ y los famosos piconeros./ Tengo un pañuelo,/ tengo un pañuelo./ Las letras que le borden a mi pañuelo/ quiero que lleve el nombre de aquel torero,/ de aquel torero muerto, de aquel torero,/ las letras que le borden a mi pañuelo./ De un valor incalculable/ España tuvo un torero,/ de incalculable valor,/ hoy lo llora el mundo entero/ por su arte y pundonor./ Que una plaza en la historia,/ Linares ya no es Linares,/ que una plaza en la historia/ la que pisó Manolete/ para subir a la gloria./ No llores, cordobesa, y ten consuelo,/ porque Manolo vive y está en el cielo./ Ya está en el cielo, madre, ya está en el cielo,/ posando ante el maestro Julio Romero./ No llores más, no llores más,/ porque Manolo será inmortal.

Otra de las canciones que "La Niña de Antequera" logró hacer muy popular fue la titulada "Con los bracitos en cruz", con letra de Andrés Molina Moles y Alfonso, y música del maestro Naranjo:

Cubierto en blancos pañales/ mi niño duerme en su cuna,/ mientras besan los cristales/ los rayitos de la luna./ A la nanita, mi niño,/ no llores ni tengas pena./ Yo te daré mi cariño/ porque soy una madre buena./ Si tienes un apellío/ la culpa es mía ná más,/ porque perdí mis sentíos/ uan oscura madrugá.// Déjame,/ que ponga un beso en tu frente./ Quiéreme,/ aunque murmure la gente./ Yo te he llevao en mis entrañas./ Te di sangre de mis venas./ Dime tú a mí, Rey de España,/ si no es grande mi condena./ Con los bracitos en cruz,/ iré en busca de tu pare.../ ¡lo juto por tu salud!/ Pa que siempre sepas tú/ lo buena que es una madre...

Entre coplas y cantes flamencos escenificados como "Pastorcillo de Ronda", "No me vengas ni me vayas", "Ahí va La Chata", "Mujercita sevillana", "La novia del sol" o "Recuerdo a Joselito", entre muchas más, la cantaora de Antequera, que tristemente falleció en Sevilla de un accidente de tráfico el año 1972, creo recordar que en la calle Torneo, nos dejó también una hermosa canción, con autoría de Saavedra y Marta, titulada "¿Quién tiene la culpa?":

Quién tiene la culpa de haberte querío./ Quién tiene la culpa de nuestro querer./ Si fueron tus ojos o fueron los míos/ los que se encontraron para padecer./ Fueron unos días en que tú llenaste/ de luz y alegría a mi corazón/ y cuando ya nunca de ti lo creía/ cubriste de sombras toda mi ilusión.// Se hundieron los sueños que yo un día forjara/ en aquel cariño que yo puse en ti,/ vete y nunca vuelvas no quiero ni verte/ que has roto mi vida y quiero vivir.// Como pasa el tiempo pasó mi tristeza,/ hoy te encuentras solo falto de un querer,/ y ahora te acuerdas del mal que me hiciste/ vete y nunca vuelvas no te quiero ver./ Pasa tu calvario que yo paso el mío,/ tú por un capricho yo por un deber,/ como yo te quise nadie te ha querío/ y ahora ya no puedo quererte otra vez.// (Refrán).

María Barrús Martínez, "La Niña de Antequera", fue una de las artífices de la llamada copla andaluza. Cancionista cuando la ocasión lo reclamaba, flamenca por los cuatro costados cuando así le apetecía o se lo reclamaban los públicos o los representantes. Pero jamás, ni en uno u otro lado, dejó indiferente a nadie.


(En la fotografía, dibujo de "La Niña de Antequera")

1 comentario:

  1. Gracias, me encanta la niña de Antequera, la escuchaba primero con mis abuelos, luego con mi madre y ahora a mis 50 años la sigo escuchando

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