ORTO
Por un instante el niño se interroga
en su inconsciencia frágil quién es él
y en el fondo más hondo del silencio
ni un susurro contesta su pregunta,
y como un eco del interrogante
suena sólo el conato de un suspiro,
casi sollozo, casi balbuceo
que se diluye apenas en bostezo.
Se interroga de nuevo sin respuesta
y al niño indiferente se le apaga
el chispazo infantil de su mirada
y se quiebra su esbozo de sonrisa
mientras que trenza el aire con sus manos.
...Y sigue sin saber si es, si existe.
Por un instante el niño se interroga
en su inconsciencia frágil quién es él
y en el fondo más hondo del silencio
ni un susurro contesta su pregunta,
y como un eco del interrogante
suena sólo el conato de un suspiro,
casi sollozo, casi balbuceo
que se diluye apenas en bostezo.
Se interroga de nuevo sin respuesta
y al niño indiferente se le apaga
el chispazo infantil de su mirada
y se quiebra su esbozo de sonrisa
mientras que trenza el aire con sus manos.
...Y sigue sin saber si es, si existe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario