En la larga lista del cancionero anterior a 1936, no podemos dejar en el olvido algunos títulos que contribuyeron como los demás a su amplísimo desarrollo. Independiente de los himnos como "El novio de la muerte", el de la Exposición de Valencia de 1909, el de la Exposición de Sevilla de 1929, o el Himno de Jaén, que incluiremos en un apartado especial sobre este tema, abriremos también un capítulo dedicado al tango y, al decir tango, casi monográfico a Carlos Gardel, que tantos triunfos consiguió en nuestra tierra y tanta semilla sembró para que germinara también en nuestros muchos surcos musicales.
Una de las que no pueden escaparse es "La canción del Rhin", un fox-trot con letra de Cadenas y Álvaro Retana y música de Quinito Valverde, que estrenó La Fornarina, en 1914, en el Teatro Apolo de Madrid:
Las alegres chicas de Berlín/ a pasear se van al Rhin,/ que allí se encuentra la mujer/ cosas muy dignas de ver./ Y los estudiantes siempre son/ quienes les dan una lección/ para luego conjugar/ el verbo amar.// Van al Rhin... al Rhin encantador.../ en pos de la canción de amor,/ bella como ninguna,/ que oye la pálida luna./ Van al Rhin... fantástico jardín,/ que allí canta el amor feliz.../ Radiantes... van al Rhin...// Los recién casados, sin dudar,/ al Rhin su amor van a cantar,/ porque es de mucho postín/ un idilio por el Rhin./ Mientras el bajel bogando va/ se suele oír aquí y allá/ de los besos el rumor/ embriagador.// (Refrán)// Si pudiera el Rhin un día hablar,/ seguro que iba a exclamar:/ -Estos que vienen aquí,/ ¿por quién me han tomado a mí?/ Pero el río, amante y protector,/ encubrirá siempre el amor/ y al que hasta su orilla va/ le arrullará.// (Refrán).
También de "La Fornarina", estrenada en el mismo teatro en 1915, con letra y música de Álvaro Retana, fue el cuplé "Ven marido, ven": Con el hombre que me acabo de casar/ que es el dueño de mi amante corazón,/ toda blanca y coronada de azahar/ muy pronto voy a estar/ temblando de emoción.// ¡Ven, marido, ven,/ que serás feliz,/ porque voy a ser/ flor de tu jardín!/ ¡Ven, marido, ven,/ que casado estás/ y seré tu esposa/ buena y cariñosa,/ cual no cabe más!...
A su amplia producción también pertenecen "Evocación de Fru-Fru", "Ven, Mimí", "Marieta" o el bolero "A la orilla del mar" y muchísimas más.... ¡Genial artista "La Fornarina"!
A pesar de las muchas composiciones que también hemos ido publicando de Raquel Meller, pasa igual, son muchas las que se quedan atrás porque fue imparable en creaciones y recreaciones, pero no me quiero dejar en el baúl de los olvidos el vals de "Doña Mariquita", inolvidable en "Violetas Imperiales":
Una de las que no pueden escaparse es "La canción del Rhin", un fox-trot con letra de Cadenas y Álvaro Retana y música de Quinito Valverde, que estrenó La Fornarina, en 1914, en el Teatro Apolo de Madrid:
Las alegres chicas de Berlín/ a pasear se van al Rhin,/ que allí se encuentra la mujer/ cosas muy dignas de ver./ Y los estudiantes siempre son/ quienes les dan una lección/ para luego conjugar/ el verbo amar.// Van al Rhin... al Rhin encantador.../ en pos de la canción de amor,/ bella como ninguna,/ que oye la pálida luna./ Van al Rhin... fantástico jardín,/ que allí canta el amor feliz.../ Radiantes... van al Rhin...// Los recién casados, sin dudar,/ al Rhin su amor van a cantar,/ porque es de mucho postín/ un idilio por el Rhin./ Mientras el bajel bogando va/ se suele oír aquí y allá/ de los besos el rumor/ embriagador.// (Refrán)// Si pudiera el Rhin un día hablar,/ seguro que iba a exclamar:/ -Estos que vienen aquí,/ ¿por quién me han tomado a mí?/ Pero el río, amante y protector,/ encubrirá siempre el amor/ y al que hasta su orilla va/ le arrullará.// (Refrán).
También de "La Fornarina", estrenada en el mismo teatro en 1915, con letra y música de Álvaro Retana, fue el cuplé "Ven marido, ven": Con el hombre que me acabo de casar/ que es el dueño de mi amante corazón,/ toda blanca y coronada de azahar/ muy pronto voy a estar/ temblando de emoción.// ¡Ven, marido, ven,/ que serás feliz,/ porque voy a ser/ flor de tu jardín!/ ¡Ven, marido, ven,/ que casado estás/ y seré tu esposa/ buena y cariñosa,/ cual no cabe más!...
A su amplia producción también pertenecen "Evocación de Fru-Fru", "Ven, Mimí", "Marieta" o el bolero "A la orilla del mar" y muchísimas más.... ¡Genial artista "La Fornarina"!
A pesar de las muchas composiciones que también hemos ido publicando de Raquel Meller, pasa igual, son muchas las que se quedan atrás porque fue imparable en creaciones y recreaciones, pero no me quiero dejar en el baúl de los olvidos el vals de "Doña Mariquita", inolvidable en "Violetas Imperiales":
Cuando voy al baile/ del duque de Osuna/ con el miriñaque de rico muaré,/ oigo que murmuran, no existe ninguna/ que tenga más breve ni tan lindo pie./ Y si bajo al Prado, sobre el raso vivo/ de mi carretela, que luce un blasón,/ dicen los jinetes que van a mi estribo:/ Doña Mariquita de mi corazón.// En el Madrid romántico/ no se oye otra canción:/ Mariquita, Mariquita,/ doña Mariquita de mi corazón.// Si al volver del Retiro/ cuando acaba el día/ me encuentro con Larra,/ le causo placer./ Y cuando visito la botillería/ viejos y galanes me vienen a ver./ Espronceda me suele/ decir madrigales/ que expresan el fuego/ de su admiración,/ y todos repiten, muy sentimentales,/ doña Mariquita de mi corazón. // (Refrán).
"Gitana, gitana" es otra de las canciones, en este caso una zambra, que metió en "Violetas Imperiales": Soy la gitanilla errante/ sin hogar y sin amores/ que nunca tuvo cariño/ que mitigar sus dolores. Por la maldición del cielo,/ es mi sino caminar.// Gitana, gitana, gitanilla errante/ cruzó el mundo entero/ cantando y bailando./ Sus buenas canciones/ alivian mi duelo. A estas interpretaciones habrá que añadir el chotis "Tadeo", el cuplé "Castellana, castellana", "Como las mareas", "Firulí-firulá", y.... sigan añadiendo títulos porque Raquel Meller fue, sencillamente, inagotable.
"Gitana, gitana" es otra de las canciones, en este caso una zambra, que metió en "Violetas Imperiales": Soy la gitanilla errante/ sin hogar y sin amores/ que nunca tuvo cariño/ que mitigar sus dolores. Por la maldición del cielo,/ es mi sino caminar.// Gitana, gitana, gitanilla errante/ cruzó el mundo entero/ cantando y bailando./ Sus buenas canciones/ alivian mi duelo. A estas interpretaciones habrá que añadir el chotis "Tadeo", el cuplé "Castellana, castellana", "Como las mareas", "Firulí-firulá", y.... sigan añadiendo títulos porque Raquel Meller fue, sencillamente, inagotable.
Tampoco nos debemos olvidar de un gran fox-trot de 1923 que estrenó Blanquita Suárez, recreó e interpretó también "La Bella Chelito" y de la cual existe una recreación excelente más cercana a nuestros días por Olga Ramos. "¡Venga alegría!" es una de esas canciones que siempre seguirán siendo eternas y que aún suena en nuestro tiempo en muchas fiestas populares:
Porque me gusta bailar/ y mi novio se enteró/ cuando me iba yo a casar/ el infame me dejó./ ¡Ay, ay, ay, ay!.../ Mi afición tan singular/ un marido me costó./ El que no sabe querer/ no se puede figurar/ lo que sufre una mujer/ lo que tiene que llorar,/ ¡Ay, ay, ay, ay!.../ si la dejan de querer/ por foxtronear.// Sola en la vida./ Soltera y sola en la vida,/ por una mala partida./ ¡Ladrón! Voy a morir. ¡No!/ ¡Venga alegría!/ ¡Señores, venga alegría!/ ¡Quiero bailar!// Alguien le dijo a mi amor:/ Si la quieres encontrar/ ten un poco de valor/ y la vas a ver bailar. ¡Ay, ay, ay, ay!.../ De demonio tentador/ te tendrás que disfrazar./ Y disfrazado se fue/ de demonio; me sacó/ y en seguida que acepté/ la careta se quitó,/ ¡Ay, ay, ay, ay!.../ y de rabia que me dio/ me endemonié.
Tampoco debe olvidarse, en este penúltimo espigueo, "El lindo Ramón", la creación de Hermelinda de Montesa, con letra del "inevitable" Álvaro Retana y música de Carlos González Arijita, llena de sencilla picardía que de seguro hacía las delicias del público de aquellos años treinta:
Llévame, papá, esta noche, por favor,/ al salón de las de Gómez a bailar,/ pues a las cachupinadas sabes tú/ que no me gusta faltar./ Me pondré mi trajecito de satén/ y, con mis soberbias mangas de farol,/ ten por cierto que en la fiesta me verán/ reluciente como un sol./ Quiero ir, pues va Ramón,/ a quien llaman en Madrid/ el capricho de las damas,/ aunque felizmente veo que demente/ está por mí./ Al ponernos a bailar,/ él me toca el corazón/ y otras cosas que no debo yo decir/ por mi mucha discreción.// Ramón,/ es el chico más guapo de la reunión,/ Ramón,/ aunque es muy chiquitito/ arma un alboroto./ Ramón,/ bailando la mazurca causa sensación,/ y, al acercarse a mí,/ no sé... no se que noto./ Ramón/ es un buen elemento de calefacción,/ Ramón/ la llama encender sabe de mi gran pasión,/ Ramón/ es para las solteras una solución,/ Ramón/ es toda mi ilusión.// Las de Pérez, las de López y otras más,/ envidiosas, van diciendo de Ramón/ que le encuentran poca cosa y, la verdad,/ no soy de tal opinión./ Lo que pasa es que a mí sola quiere ver/ y en ridículo le quieren colocar,/ pero si es poquita cosa les diré/ que no necesito más./ A una viuda muy locuaz/ una tarde oí decir:/ -Ramoncito es un muchacho/ muy fino y galante/ que se echa p'alante el muy pillín./ Y es que suele suceder,/ en la guerra y el amor,/ que no importa la estatura, sino ser/ un sujeto de valor.// (Refrán)// Ramón,/ me dice apasionado que soy un bombón,/ Ramón,/ yo sé que de comerme nada dejaría./ Ramón/ demuestra un apetito de exageración/ y ser feliz sin él/ jamás... jamás sería./ Ramón,/ en todos los salones es como un ciclón,/ Ramón,/ pues todas las señoras ven su perfección,/ Ramón,/ a mí me vuelve loca su contemplación,/ Ramón/ es toda mi ilusión.
Con todo lo dedicado a las canciones anteriores a 1936, aún nos quedan flecos que dejaremos para ir desmadejando mañana. Hay unas canciones de transición hasta llegar a la gran eclosión del fenómeno andaluz dentro del cancionero, que sirvieron para ir fragüando lentamente tantísimas canciones que tenían a nuestra tierra como protagonista de la copla, lo que, sin duda, y como veremos, molestó a más de un observador e investigador de la época. Todo fue una clara evolución desde 1900, todo tuvo su lugar, su tiempo, su manera de interpretación. No se pueden comparar épocas diferentes, artistas, músicas y canciones. No nos olvidemos nunca que cada día trae su propio afán.
Porque me gusta bailar/ y mi novio se enteró/ cuando me iba yo a casar/ el infame me dejó./ ¡Ay, ay, ay, ay!.../ Mi afición tan singular/ un marido me costó./ El que no sabe querer/ no se puede figurar/ lo que sufre una mujer/ lo que tiene que llorar,/ ¡Ay, ay, ay, ay!.../ si la dejan de querer/ por foxtronear.// Sola en la vida./ Soltera y sola en la vida,/ por una mala partida./ ¡Ladrón! Voy a morir. ¡No!/ ¡Venga alegría!/ ¡Señores, venga alegría!/ ¡Quiero bailar!// Alguien le dijo a mi amor:/ Si la quieres encontrar/ ten un poco de valor/ y la vas a ver bailar. ¡Ay, ay, ay, ay!.../ De demonio tentador/ te tendrás que disfrazar./ Y disfrazado se fue/ de demonio; me sacó/ y en seguida que acepté/ la careta se quitó,/ ¡Ay, ay, ay, ay!.../ y de rabia que me dio/ me endemonié.
Tampoco debe olvidarse, en este penúltimo espigueo, "El lindo Ramón", la creación de Hermelinda de Montesa, con letra del "inevitable" Álvaro Retana y música de Carlos González Arijita, llena de sencilla picardía que de seguro hacía las delicias del público de aquellos años treinta:
Llévame, papá, esta noche, por favor,/ al salón de las de Gómez a bailar,/ pues a las cachupinadas sabes tú/ que no me gusta faltar./ Me pondré mi trajecito de satén/ y, con mis soberbias mangas de farol,/ ten por cierto que en la fiesta me verán/ reluciente como un sol./ Quiero ir, pues va Ramón,/ a quien llaman en Madrid/ el capricho de las damas,/ aunque felizmente veo que demente/ está por mí./ Al ponernos a bailar,/ él me toca el corazón/ y otras cosas que no debo yo decir/ por mi mucha discreción.// Ramón,/ es el chico más guapo de la reunión,/ Ramón,/ aunque es muy chiquitito/ arma un alboroto./ Ramón,/ bailando la mazurca causa sensación,/ y, al acercarse a mí,/ no sé... no se que noto./ Ramón/ es un buen elemento de calefacción,/ Ramón/ la llama encender sabe de mi gran pasión,/ Ramón/ es para las solteras una solución,/ Ramón/ es toda mi ilusión.// Las de Pérez, las de López y otras más,/ envidiosas, van diciendo de Ramón/ que le encuentran poca cosa y, la verdad,/ no soy de tal opinión./ Lo que pasa es que a mí sola quiere ver/ y en ridículo le quieren colocar,/ pero si es poquita cosa les diré/ que no necesito más./ A una viuda muy locuaz/ una tarde oí decir:/ -Ramoncito es un muchacho/ muy fino y galante/ que se echa p'alante el muy pillín./ Y es que suele suceder,/ en la guerra y el amor,/ que no importa la estatura, sino ser/ un sujeto de valor.// (Refrán)// Ramón,/ me dice apasionado que soy un bombón,/ Ramón,/ yo sé que de comerme nada dejaría./ Ramón/ demuestra un apetito de exageración/ y ser feliz sin él/ jamás... jamás sería./ Ramón,/ en todos los salones es como un ciclón,/ Ramón,/ pues todas las señoras ven su perfección,/ Ramón,/ a mí me vuelve loca su contemplación,/ Ramón/ es toda mi ilusión.
Con todo lo dedicado a las canciones anteriores a 1936, aún nos quedan flecos que dejaremos para ir desmadejando mañana. Hay unas canciones de transición hasta llegar a la gran eclosión del fenómeno andaluz dentro del cancionero, que sirvieron para ir fragüando lentamente tantísimas canciones que tenían a nuestra tierra como protagonista de la copla, lo que, sin duda, y como veremos, molestó a más de un observador e investigador de la época. Todo fue una clara evolución desde 1900, todo tuvo su lugar, su tiempo, su manera de interpretación. No se pueden comparar épocas diferentes, artistas, músicas y canciones. No nos olvidemos nunca que cada día trae su propio afán.
(En la fotografía, "La Fornarina")
Cuántas canciones que teníamos olvidadas desde que algún programa de radio y varias películas, creo recordar que de la década de los sesenta (Lilian de Celis, Sara Montiel, nuestra Marujita... más la voz comprometida y justa en gracia y personalidad de Olga Ramos) nos las mostraran como la música de épocas concretas, la de nuestros heróicos abuelos. Pues ahora a ver cómo cantaban nuestros padres..., lo padres de los abuelos que ahora somos nosoros.
ResponderEliminarVaya, salió "nosoros"; quiero decir "nosotros", claro.
ResponderEliminarVenga usted el Próximo martes al Teatro Lara. Creo que como poco se va a sorprender de lo que va a ver. El cuplé vive.
ResponderEliminarDE LA PURÍSSIMA
un avance:
http://vimeo.com/32511272
Qué más quisiera, estimado amigo, que estar allí con vosotros, pero el próximo martes y miércoles tengo compromisos de esos llamados ineludibles. Otra vez será.
ResponderEliminar