domingo, 13 de junio de 2010

CANCIONES POR NUESTRAS VIDAS: 1936-1950 (27)

Con el desgraciado inicio de la Guerra Civil no se acaban los espectáculos ni los estrenos, aunque muy pronto todo, desgraciadamente, iría cambiando. España está dividida de la noche a la mañana en dos bandos, que aún suelen ser irreconciliables en nuestros días; muchos artistas tienen que huir al extranjero; a otros, tanto del bando nacional como del republicano, le requisan sus ahorros, joyas y todo lo que tenían de valor "a favor de la causa". Comienzan los primeros asesinatos, como el de Lorca, y media intelectualidad abandona nuestros país huyendo de una muerte segura. Poco a poco, donde van avanzando los nacionales, se obliga a trabajar a los artistas en muchos espectáculos benéficos para asistir a las necesidades del frente; se impone el saludo fascista en ellos y, aún terminada la guerra, Miguel de Molina es secuestrado del Teatro Pavón de Madrid el 10 de noviembre de 1939 para darle una paliza en un descampado y hacerle tragar un bote de aceite de ricino. Los autores fueron el conde de Mayalde y el falangista Sancho Dávila. Visto lo que había, era normal que todos tuviesen miedo y cuidasen muy mucho de su comportameinto, teniéndose que doblegar a todas las exigencias de los que mandaban.

Por miedo, y desde el inicio de la guerra fratricida, se cierra el Teatro San Fernando de Sevilla, que no vuelve a abrir su puertas hasta finales de julio de 1936. Todo está cambiando. Los espectáculos benéficos se suceden: función a beneficio de los hospitales de sangre en el Teatro Maravillas con "La Argentinita", que no tardaría en exiliarse; en el Teatro de la Zarzuela, con Pastora Imperio; homenaje al 5º Regimiento de las Milicias Populares; se cierran en Madrid todos los cines, a excepción del Capitol y el Monumental; se estrena en el Coliseo España de Sevilla "Currito de la Cruz", pero con una charla al inicio del Excelentísimo Señor General; las salas de cine de Madrid, que comienzan a abrirse a mediados de diciembre, sólo proyectaban películas propagandísticas; en 1937, en el Teatro Cervantes de Sevilla, en el espectáculo "Luces de España", Conchita Piquer participa en un festival a beneficio de los "pelayos" pobres; beneficios "pro heridos", a las columnas internacionales, a beneficio de las víctimas del Socorro Internacional, al Descanso del Soldado...

Menos mal que en 1938 la cosa se va animando con programas de variedades donde actuan Pepe Pinto, Caracol, Antonio Molina, Pastora Imperio, La Niña de los Peines..., y hay algunos estrenos cinematográficos como "El barbero de Sevilla", "Carmen la de Triana" y "Suspiros de España", y algunas artistas, como Concha Piquer y Estrellita Castro, siguen actuando con gran éxito por los diversos escenarios, continuándose en 1939 con las revistas de Celia Gámez y con comedias teatrales y estrenos de películas o reposiciones.

Una de las artistas importantes de aquellos años fue María de Gracia Jiménez Zayas, más conocida con el nombre artístico de Gracia de Triana, que precisamente en los años de la Guerra Civil también es captada para el cine de la mano de Florián Rey rodando las películas "Idolos" y "Escuadrilla", y más tarde "Flor de Espino" y "Pregones del Albaicín", interviniendo en "Malvaloca" y "La fuente de los suspiros". No era una mujer extraordinariamente atractiva, pero tenía todo el conocimiento del flamenco y de la copla dentro. Podía haber sido una gran cancionista o una excelente cantaora flamenca. Yo creo que era las dos cosas. No se puede cantar mejor que ella alguna composiciones como "Canto a Manolete", de Salvador Ruiz de Luna: Linares, Linares/ enluta tu corazón de crespones y alamares/ que ha muerto pa la afición/ el pilar de los pilares./ Tiene los ojos cerraos/ el mejor de los toreros./ También se llamó Manuel/ lo mismo que El Espartero...; o sus célebres bulerías "Qué buena soy", de Pérez Ortiz y Rivas; o las alegrías de Perelló "Mi barca no tiene vela"... Sin duda que Gracia de Triana pasará más de una vez por estas páginas cuando recordemos títulos como el de la milonga "Que bonita que es mi niña", etc.

Uno de sus grandes éxitos, con letra de Francisco Infantes Florido y música del maestro Luis Rivas, inspirada en un antiguo tanguillo, fue "La hija de don Juan Alba", que más tarde versionaran Miguel de Molina, Angelillo y María Dolores Pradera:

La hija de don Juan Alba/ dicen que quiere meterse a monja/ en un convento chiquito/ de la calle La Paloma./ Dicen que el novio no quiere,/ y ella dice: no me importa./ Y se ha comprao un vestido/ blanco como el de una novia./ La hija de don Juan Alba/ en el convento de La Paloma./ Y cuando la luna sale,/ sale de noche a rondar su calle,/ se oye cantar a un hombre/ cantar llorando, llorando a mares./ En lo alto de la ermita ya no me espera/ porque se ha metío a monja/ la que más quiero, mi compañera./ La hija de don Juan Alba/ en el convento de La Paloma./ Dicen que canta canciones/ de sus amores de moza,/ dicen que canta de noche/ encerradita en su alcoba./ Y todo el mundo repite/ la canción de boca en boca:/ La hija de don Juan Alba/ en el convento de La Paloma.

En un recuadro escrito por Antonio Burgos en Diario 16 de Andalucía, el 22 de diciembre de 1990, con el título "La hija de don Juan Alba", explica a la perfección cómo se gesta esta copla, la única que escribió Francisco Infantes. Con permiso de mi amigo Antonio Burgos, transcribo textualmente parte de este interesantísimo artículo que nadie conocía antes de esa fecha: "Hasta ahora que ha muerto Paco Infantes he guardado, por respeto a su persona, una historia que da idea de la capacidad de creación de este poeta, que ni siquiera sufrió el desprecio de Rafael de León, sino que habitó en el olvido. Le pregunté hace diez años por la historia de su canción y guardo como un tesoro los papeles que me mandó. Si los publico ahora es como homenaje debido a quien nos dio la calidad de aquellos versos de "La hija de don Juan Alba", que estrenó Gracia de Triana. Infantes me contaba así su creación: "Estábamos en el estudio de Juanito Mostazo (el que compuso "Mi jaca"), Luis Rivas, Antonio García Padilla (padre de Carmen Sevilla), Mostazo y yo, tomando unas copas de tintorro con sus tapas. De momento, Rivas se sienta al piano y me dice: "Paco, escucha esta música y a ver si puedes encajarle una letra"... Animado por las copitas y con los veinte años más o menos, cogí una cuartilla y le hice un monstruo para medir las sílabas que correspondían a cada verso, o sea, unas cuantas barbaridades para encajar en los acordes que iba escuchando".

Cuando me mandó ese monstruo Paco Infantes, me ponía lo que pongo ahora: "Tiene usted que cantarlo con la música de la Hija de Don Juan Alba"... O sea, tiene usted que cantarlo recordando la letra de "La hija de don Juan Alba"/ dicen que quiere meterse a monja,/ en un convento chiquito de la calle la Paloma..." Y cantándolo, digo yo ahora, verá usted el ingenio, la capacidad de improvisación de un poeta: "Si tu puñetera hermana/ va a ver al cura todas las tardes/ a decirle las mentiras/ y los pecados callarse,/ aunque tu madre se oponga/ la niña irá a confesarse,/ y ya se ha comprado un velo/ para la cara taparse./ Si tu puñetera hermana/ va a ver al cura todas las tardes./ Y cuando sale de noche,/ sale de noche a confesarse,/ dentro de la sacristía la espera el cura/ que está, que está que arde./ Dentro la sacristía/ el cura espera, el cura espera,/ con un cirio ¡madre mía!/ que tiene el pobre/ ¡que vaya tela!/ Si tu puñetera hermana..."

Genial este silencio de Antonio Burgos hasta que murió Francisco Infantes, y no menos genial la manera fortuita de cómo se gesta esta copla y la parodia del propio letrista para pergueñar luego una historia inolvidable.

Volviendo a Gracia de Triana, sin duda el himno más emocionado a su barrio de nacencia, por bulerías, lo deja en esta copla de Montes Delgado y Ulecia, titulada "Cómo reluce Triana", que en 1941 versionó y grabó Antonio Mairena, con la guitarra de Esteban de Sanlúcar, y que siempre llevó en su repertorio:

Hay en Sevilla una fiesta/ que es Santiago y Santa Ana/ que se celebra con rumbo/ en el barrio de Triana./ Y a la orilla del Guadalquivir,/ mantones de Manila lucen allí./ Gitanas y señoras que se pasean/ y la más pura gracia se saborea./ Gitanos de la Cava,/ a eso de la madrugá,/ con su gracia soberana/ se le escucha este cantar:// Triana, Triana,/ cómo reluce Triana,/ en esta noche serena/ de Santiago y Santa Ana,/ que hasta la Giralda mora,/ con sus voces tan gitanas,/ le dice a Dios en el cielo:/ "Abaja y verás a Triana"./ Triana, Triana,/ cómo reluce Triana.// En aquellos días de fiesta/ el barrio se divertía,/ quiso ver Dios si era cierto/ lo que aquí en Triana había./ Y al llegar a Sevilla se dirigió/ a la Giralda mora, y le preguntó:/ ¿Dónde está la Triana que me decías/ que tiene tanta gracia y tanta alegría?/ Por fin se convenció/ y cuando al cielo volvía/ llegó escuchando esta copla/ al compás de bulerías:// (Refrán).

¡Seguiremos!


(En la fotografía, Gracia de Triana)

4 comentarios:

  1. Hay que reinvidicar la figura de Gracia. Conocí a una sobrina de Callejón, el compositor cordobés que tuvo su época dorada en Madrid, y ella me proporcionó una documentación -fotos incluidas- sobre la relación de este autor con Gracia. Callejón fue su protector, su segundo padre, cuando Gracia empezaba a despuntar. Estaba tan delgada que se la llevó a su casa de la sierra cordobesa para que, a la par que ensayaba sus canciones, tomara mejor presencia. En cartas puede comprobarse el cariño que nuestra artista le tenía a este hombre que, hoy, se haya tan olvidado como Gracia. Se trata de un capítulo de su historia poco conocido.

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  2. Puedes escribir un artículo sobre lo que conoces y publicarlo en el blog, como he hecho con el artículo que mi admirado Antonio Burgos escribió en Diario 16 sobre "La hija de don Juan Alba" y el autor del texto, Francisco Infantes, hermano del que fue Obispo de Córdoba. Si todos los blogueros aportásemos datos de lo que conocemos sobre los temas que pongo sobre la mesa, este sería un blog abierto e interesante. Podríamos publicar las cartas que tienes sobre el tema y todo lo que tengas sobre ella. Sería la única forma posible de reivindicarla de verdad. Mi padre fue un gran amigo de ella, y le escribió alguna que otra página laudatoria. Mi madre fue una de sus grandes amigas porque vivió en el mismo Hotel Triana en la época en la que vivía Gracia en el mismo recinto.

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  3. Siempre he procurado aportar algo a tus informaciones, si podía, claro; ya te hablé de que conocí a Francisco Infantes Florido, nativo y con casas en almadén de la Plata donde yo tuve la mía durante una década, y que fui muy amigo de su hermano Manolo, un mayorista de embutidos con mucha gracia y mucha vida.
    De lo de Gracia y Nicolás Callejón lo que puedo aportar, además de la información que te he resumido, son fotos y cartas que demuestran lo dicho; no más.

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  4. Podíamos reproducir lo de la placa del Hotel Triana, pero eso es poca cosa. Lo mejor es seguir poniendo sus letras y decir lo que hemos dicho siempre: que fue una gran cantaora de flamenco y una buena artista de la canción.

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