CARTEL DE JOSÉ ANTONIO RUIZEl pasado viernes, en el recoleto y precioso marco de la Capilla de la Hermandad de la Virgen de la Estrella de Triana, con el beneplácito de su Junta de Gobierno y animado por su hermano y querido amigo Juan Cembrano, se ofreció un acto poético ante su titular con motivo del 450 aniversario fundacional. Ante la belleza de la escultura "montañesina" o "rodalnesca" -según las últimas opiniones de expertos- el escritor trianero Ángel Vela, tras leer un artículo de su cosecha publicado hace algunos años en "El Correo de Andalucía", en su página semanal "La Cruz de San Jacinto", fue dando entrada a los poetas -algunos de ellos no trianeros- ciertamente vinculados con el barrio y, de alguna forma, con hermandad tan querida.
Se dejó sentir el alma de Manuel Lozano, maestro del buen decir y pregonero clásico de todas las excelencias marianas; de Manuel Melado, gran autor de "sevillanas", con composiciones dedicadas a esta advocación; de José María Rubio, pregonero de la Semana Santa de Sevilla de 1991 y exaltador singular en corazón y dicción; de Manuel Garrido, el gran Manuel, al que se le va a ir vivo como pregonero de la Semana Mayor al muy cambiante -y no siempre acertado- Consejo Superior de Hermandades y Cofradías de Sevilla, que se está convirtiendo en otro de los grandes poderes fácticos de tan difícil Ciudad. Manuel Garrido hubiese hecho un pregón distinto desde 1955 hasta nuestros días..., pero nadie lo ha llevado en la lista que hacen tantos torpes. Un servidor, con algunos pobres poemas propios y con textos vivenciales de mi padre, cerró este breve acto que tenía como protagonista a esa Virgen -¿de Montanés, de la Roldana?- que lleva con orgullo el adjetivo de "La Valiente" desde el Jueves Santo de 1932. El cante del astigitano Jesús Heredia puso un broche de oro con dos oraciones -textos de Ángel Vela- que supieron arracarnos un ole semanasantero.
Fue un acto sencillo, culminado con el célebre "pescaíto frito" de las hermandades en sus remates de juntas y asambleas o de actos poéticos, como este, que si tuvo alguna singularidad especial fue el de homenajear con las flores de unos versos a quien alumbra con su Estrella, desde hace 450 años, las noches de nuestro firmamento de desesperanzas.
Mis gracias a la Junta de Gobierno por el precioso azulejo con el que nos obsequió a cada uno con motivo de esta efemérides. Mis gracias particulares a Juan Cembrano por saber hacer camino sin que su mano izquierda se entere de lo que hace la derecha en época de tantos protagonismos.
Me sumo a alabar los méritos de Juan Cembrano. Qué suerte de las hermandades que disfrutan en su seno de personas de esta generosidad. Y resalto, entre tantas cosas interesantes, la recuperación de la poesía de Ramón Jiménez Tenor en la voz de otro gran arquitecto del verso, su hijo. Fue de esas noches que no se olvidan.
ResponderEliminarEntrañable y bonito acto. Yo también me sumo a las felicitaciones a Juan Cembrano al que le doy las gracias, le mando un abrazo y le deseo un feliz camino rociero.
ResponderEliminarFelicito también a todos los poetas presentes en el acto y destaco la intervención del moronero Manuel Garrido que nos hizo pasar un rato muy agradable. Será una lástima que no pregone nuestra Semana Mayor. Titánica la lucha de Ángel con el micrófono al que finalmente le ganó la batalla y pudimos saborear su brillante artículo.
Emilio, en algunos momentos de tu intervención no pude contener las lágrimas por los emocionantes versos de tu padre que deberían publicarse cuanto antes.
Puedo dar fe de las lágrimas de José Luis y de la mayoría de los allí presentes al escuchar los versos de tu padre dedicados a tu hermana, Emilio.
ResponderEliminarLa foto en la que aparecéis los seis maestros de la comunicación y la poesía (aunque en algunos es prosa poética y en otros poesía a compás de sevillana)guardala en un lugar especial, porque su valor es mucho, aunque mucho más grandioso es el valor y generosidad de quienes sois capaces de compartir vuestras vivencias y sentimientos con los demás, derrochando vuestra sensibilidad a golpe de pluma (bueno, a golpe de declado de ordenador ahora, que aunque lo de la pluma quedaba muy romántico hemos de agradecer a la informática y a internet poder disfrutar de la lectura de vuestros escritos siempre que nos apetezca tecleando unas palabras en google).