lunes, 10 de mayo de 2010

PERSONAS EN MI VIDA: ANTONIO MAIRENA (1)

No voy a negar mi pasión por el Antonio Mairena cantaor, el más completo y estudioso no sólo del siglo XX, sino de toda la historia flamenca. Ni negaré de esos pellizcos de emoción que he sentido cuando cantaba. Pero de lo que sí me sentiré honrado siempre, con el más legítimo de los orgullos, es el de haber sido uno de sus grandes amigos durante mis mejores años de absorción y sus mejores años de artista, cuando a poco a poco, hasta los más recalcitrantes de su cante y su persona, se rendían ante su inmensa obra, ante ese legado que muy bien pudiera definirse como la mejor y más amplia historiografía del Flamenco. Son años en los que se atreve a hacer sus "Confesiones" al poeta y amigo Alberto García Ulecia; en los que la Tertulia Flamenca de Radio Sevilla -donde lo conocí- coloca una placa de cerámica trianera en su casa de Padre Pedro Ayala, número 12, donde vivió desde 1956; años en los que cumple sus Bodas de Oro con el Cante y el Ayuntamiento de Sevilla lo nombra Hijo Adoptivo de la Ciudad; años en los que recibe la Medalla al Mérito en el Trabajo; que Mairena del Alcor lo incluye como Hijo Predilecto, cambiando el nombre de Plaza de las Flores por el del sublime cantaor; años en que sus majestades los Reyes de España le imponen la Medalla de Oro de las Bellas Artes; años en que, cuando todo el mundo creía gastada su voz y débil su corazón, nos sorprende con su última obra: "El calor de mis recuerdos" que, en su dadivosidad, graba a beneficio para la Institución de la tercera edad de los artistas flamencos.

Su muerte, aun esperada, fue un golpe grande para todo el mundo del Flamenco. Y para mí y Lola, mi mujer, la orfandad de una de las amistades más nobles y sinceras que pudimos tener. Y es que siempre se ha hablado del Antonio cantaor, del Antonio distinguido por parte de todas las peñas y entidades flamencas, federaciones, amigos, ayuntamientos, diputaciones, organizaciones privadas, universidades, ateneos y hasta por la Casa Real, pero casi todos soslayaron, quizás por desconocimiento, su perfil humano, el del Antonio Cruz García que sostenía al Antonio Mairena. Pocos hablaron del Antonio hombre, del Antonio familiar en compañía de su hermana Rosario, de sus problemas, sentires, dudas, achaques, contradicciones -que las tenía, como cualquier mortal-, pensamientos políticos -siempre de izquierdas-, religiosidad, sentido y uso de la economía, sus mínimas pasiones después del cante -algún que otro partido del Real Betis-, etcétera.

Yo sí me vanaglorio de su amistad tan cercana, tan noble, tan sincera; de haber compartido con él conversaciones que bien sabía no iban a salir jamás de mis labios; de disfrutar momentos inolvidables que en nada tenían que ver con su vida artística; de verlo sufrir por algunas traiciones de la vida y verlo gozar, como un niño, ante una sorpresa inesperada. Dicho esto, de seguro que puede comprenderse que a mí me importaba más el Antonio Cruz que el Antonio Mairena. Del segundo, nunca he tenido dudas, como casi todos los aficionados. Ahí están sus recuerdos, sus conferencias, su amplia discografía desde 1941 a 1983. Del primero, del Antonio como ser humano, he tenido la inmensa suerte de compartir su tiempo y su amistad sin ojana.

Cuando por deseo de Manuel Fernández Peña, director de Radio Popular de Sevilla, me hice cargo del programa "Ser del Sur", que antes de marcharse a la SER capitaneaba mi buen amigo Paco Herrera, Antonio Mairena y Matilde Coral fueron los padrinos de la primera edición, en la que estuvieron también Rafael "El Negro", el pianista Pepe Romero, Naranjito de Triana, Chano Lobato, Luis Caballero y gran representación de presidentes de peñas y entidades flamencas. Aunque pudiera parecer normal, no lo era. La sede de la emisora, una casa preciosa en la antigua judería sevillana, en la calle Vírgenes, tenía cuatro escaleras de mármol blanco que hacían difícil escalar hasta al propio Induráin. Era un martirio subir a los estudios. Y Antonio lo hizo en muchas ocasiones, cada vez que yo lo llamaba para una entrevista o una tertulia que creía o presumía de interés. En una ocasión, cuando lo invité en un mayo calurosísimo para que me hablara de los concursos nacionales de Córdoba, con cuyo programa, en 1983, conseguí el Premio Nacional de Periodismo "Ricardo Molina", yo lo esperaba en la puerta del locutorio con un catavino de "Alfonso" en la mano. Jadeó y me dió un fuerte abrazo diciéndome ante la sonrisa de todos los contertulios: -¡Mira Imilito -que así era como me llamaba-, esto no lo hago yo ni por Manuel Torre! Cuando recuerdo aquellas cuatro escaleras, no dejo de pensar en aquel Antonio sobrado de generosidad que acudía a la llamada de su amigo.

Qué lejanos estábamos todos de que tres meses y pocos días después Antonio se nos iría para siempre.

17 comentarios:

  1. José Manuel López Gutiérrez10 de mayo de 2010, 11:04

    Ole Emilio. Celebro que escribas del Maestro y espero que sigas haciéndolo en nuevos posts. Ahora que, quienes desconocen su obra y su persona, están atacándole y difamándole desde tantos frentes, se hacen necesarios los testimonios de los que tuvisteis la suerte de conocerle y tratarle, de escucharle y disfrutar de su arte a escasos centimetros de distancia.

    Un saludo

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  2. No he oído nunca a nadie "difamar" ni "atacar" a Antonio Mairena.
    Hay personas que discrepan, quizá, de su papel en el flamenco, pero de eso a difamar o atacar...
    Creo que tenemos que olvidarnos de esos frentismos en el flamenco, ya es hora.

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  3. Emilio Jiménez Díaz10 de mayo de 2010, 13:58

    Yo no creo que a Antonio se le esté atacando y difamando desde distintos frentes. Es más, creo que Antonio ha recibido, vivo y muerto, los más altos honores que jamás haya recibido ningún artista a lo largo de su historia. El último homenaje ha sido ser nombrado, a título póstumo, Hijo Predilecto de la Provincia.
    En materia de Flamenco es normal que alguien discrepe o no le guste, simplemente, determinado artista. Estimo que eso es un derecho. A mí, a pesar de haber sido gran amigo de Antonio, me han encantado Vallejo, Caracol y Pepe Marchena, por poner a los tres más simbólicos. Dentro de la pluralidad del gusto está el mejor entendimiento del cante. El resto es sólo pasión.

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  4. José Manuel López10 de mayo de 2010, 15:16

    Cuando me refería a difamaciones y ataques a Mairena, sabemos que vienen produciéndose desde su muerte. Y creo, Emilio, que desde tu posición preferente de respetado y reconocido conocedor del flamenco, habrás escuchado algunos. Porque los he escuchado yo que soy mucho más joven y no tengo preferencia alguna en ningún sitio. Es cierto que nadie se ha atrevido a escribir en tono peyorativo sobre su homosexualidad, por ejemplo, pero sí he presenciado afirmaciones -a nivel privado, claro- y barbaridades de boca de algunos que otros especialistas del (corazón) flamenco sobre este asunto. Por no hablar de quienes no tienen en cuenta que, como TODOS los especialistas de su tiempo, Antonio hizo sus escritos desde la desventaja de una vaciedad documental hoy superada. Se critica a Mairena por ello, a otros no.

    Mi pasión por Antonio -al que yo también difamé y ataqué desde el desconocimiento de su obra, como todos los que lo han hecho-, no me hace mairenista; me permite estudiar a Caracol horas y horas sin hartarme. Tanto como a Marchena o Vallejo, por hablar solo de quienes propones acerca de mi aparente falta de pluralidad. En ese sentido, voy más allá: mi reprimenda para quienes organizaron el centenario de Caracol, por mediocres, desaprovechar tan magnífica ocasión de subvencionar a las personas adecuadas para que estudiasen su obra a fondo, publicasen una biografía definitiva, contundente y sin fisuras sobre su existencia y emprendieran la búsqueda, digitalización y reedición de su obra COMPLETA. El poco dinero que hubo imagino que se malgastó en viajes, dietas y hoteles.

    Estimado Emilio, escribí el primer comentario de este post animándote a escribir sobre Antonio, porque se de buena tinta que lo trataste personalmente y disfrutaste de su amistad. Por fortuna, en la actualidad disponemos de diversas publicaciones que, si bien nos han facilitado el acceso analítico a su abundante obra artística, han terminado sin pretenderlo por alejarnos de Mairena como persona. Y ya sabemos de la influencia de los rasgos personales de los artistas en sus obras: es un todo indivisible. Me reitero, por tanto, en el mensaje anterior y te pido ferviente y respetuosamente que continúes con tu anecdotario sobre Antonio.

    Un saludo

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  5. Emilio Jiménez Díaz10 de mayo de 2010, 18:26

    Ya esto es otra cosa diferente. Espero seguir aportando anécdotas que me ocurrieron con él como un viaje a Granada o la primera exposición del pintor Juan Valdés en Madrid, aunque este apartado del blog sólo tenía la intención de trazar un perfil mínimo sobre el paso de algunas personas por mi vida.

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  6. Es la primera vez que escribo aunque sigo esta torre desde hace tiempo. Estoy de acuerdo en parte con José Manuel López, ha existido un tiempo en el que hablar de Mairena y compartir su estética cantaora era como pertenecer a un clan retrógrado y estancado en el pensamiento extremo de una filosofía carca y anticuada. Hasta bin laden del flamenco se le ha llamado. Desde un tiempo a esta parte, tanto esa legión de seguidores acérrimos, como esa otra corriente "aperturista" que abanderaba la evolución del flamenco, han flexibilizado sus posturas y parecen comprender que, ni se puede defender a capa y espada todo lo que un artista dice y cree a lo largo de su vida, unos, ni hacer el vacio a uno de los grandes interpretes de la historia del flamenco y posiblemente el más importante, otros.
    También me dió pena el congreso de Caracol, una ocasión perdida aunque hubo cosas interesantes. Un saludo desde Mairena del Alcor.

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  7. Emilio Jiménez Díaz11 de mayo de 2010, 14:28

    Yo, gracias a Dios, no he escuchado comentarios como ese que usted dice del "Bin Laden" del flamenco. En mi tiempo de Radio Popular recuerdo que he tenido que soportar muchos insultos, a los que siempre contesté con valentía. Recuerdo, en el estudio del pintor Juan Valdés, en el Pasaje Mallol de Sevilla, cuando, sin estilo alguno, y malos modales, mi compañero de periodismo -gran periodista y tristemente desaparecido- José Antonio Blázquez, apasionadamente "caracolero", y con motivo de hacer a Antonio Mairena "Hijo Adoptivo de la Ciudad de Sevilla", me espetó sin venir a cuento, y ya digo que de malas formas: -¡Oye, ¿os queda mucho para canonizar a Mairena? Ante mi contestación, me amenazó con mandarme a unos amigos no recomendables de "Fuerza Nueva". Todo eso me lo he tenido que tragar, pero creo que la memoria de Antonio debe ser la que cada uno tenga de él, Jamás me importaron sus enemigos porque yo quería más al amigo que al artista. Al artista lo tenía todo el mundo a través de su gigantesca obra, al amigo no.
    Si Antonio Mairena no hubiese nacido: ¿Cuántos matices de cantes por soleá, seguiriyas y tonás se hubiesen perdido?
    Hablar mal de Mairena es como decir que Velázquez o Goya o Picasso eran unos pintamonas.
    A este país le hace falta, todavía, mucha tolerancia y mucha más Cultura. En esta materia, aún estamos muy distantes de los países de centroeuropa.

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  8. pero era o no homosexual antonio.

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  9. Que importa la inclinación sexual, politica o religiosa de nadie, se es o no se es un artista, yo a caracol no lo juzgo por sus ideas políticas sino lo que represento en el cante. Como D. Antonio para mi NADIE.

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  10. Hola, soy un apasionado de la obra de Antonio Mairena, y no sabía nada de su homosexualidad. No tengo nada que decir sobre ello, sólo que a la hora de mi muerte sonará su eco en mi cabeza.

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  11. Creo que Antonio Mairena ha sido el mejor cantaor de la historia.

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  12. indudablemente pese aquien pese.don antonio es el emb ajador del cante jondo con toda su pureza y hay esta su gran obra para avalarlo como el mas grande de todos los tiempos.antonio mairena en el flamenco es como jesus en la religion, ha marcado un antes y un despues.antonio..gracias por nacer..

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  13. Jamás se puede decir que ha sido el mejor cantaor de la historia. Para mí, simplemente, ha sido el más enciclopédico, el de mejor "sonío", y el gitano más entendible de toda la historia y, por añadidura, el más amigo íntimo de la historia del Flamenco. Pero, por favor, qué triste si todo el cante se concentrase en Antonio. ¿No me pueden poner un fondo de granaínas y bulerías de Vallejo? ¿Pasa algo, se va a desvirtuar la máxima expresión del cante por este capricho...? ¿Y unas seguiriyas de Caracol, y un fandango de Toronjo...?

    Mairena: un genio. Los demás, auténticamente geniales.

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  14. Buenas tardes,

    Me ha emocionado mucho este blog, que acabo de descubrir zambulléndome en la búsqueda de datos sobre el cantaor. La curiosidad en el flamenco siempre nos lleva a los grandes y creo que don Antonio Mairena lo era, y por supuesto que estoy de acuerdo con el señor Emilio de hablar más allá del cantaor, del genio del flamenco y está bien conocer un poco más allá de lo que es la figura pública.

    Muy bonita entrada y sincera.

    Mi enhorabuena señor Emilio por el blog.

    Un saludo.

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  15. La gente habla de Antonio, de Mairena. Yo hablo de él de Antonio ímtimo. ¡Qué gran diferencia!

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  16. Rafael Mesa Navarro14 de abril de 2012, 10:34

    Rafael Mesa Navarro, Córdoba

    Señor Jimenez Diaz, quisira mandarle un saludo por su pagina y admitir estos comentarios sobre Antonio Mairena. soy un cantaor muy aficionado al cante flamenco. Yo conocí a Antonio Mairena una noche del mes de Septiembre de 1961 creo recordad, en una taberna del Campo de la Verdad en la ciudad de Córdoba, el recuerdo de aquella noche jamás lo olvidaré, ya que lo estube escuchando cantar toda la noche hasta bien entrada la madrugada,estaba acompañado por los señores Paco Salinas que entonces era concejal de ferias y festejos del ayuntamiento de Córdoba, y otros señores, porque creo que entre ellos estaba Ricardo Molina, Gonzales Climent y un señor que creo que era músico, y que se llamaba Molleja,y sus señoras esposas. estubo acompañado a la guitarra por Rafael "El Tomate". Yo, no he escuchado al día de hoy cantar a nadie en persona como escuché cantar aquella noche a Antonio Mairena.
    un saludo flamenco de Rafael Mesa "El Guerra"

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  17. Nos conocemos personalmente de cuando yo llevaba las páginas flamencas de "El Correo de Andalucía" y el programa de radio "Ser del Sur" de la Cadena COPE, y, por supuesto, de mis muchas visitas a Córdoba cada sábado, acompañado por mi amigo Rafael Salinas.
    Antonio Mairena fue un genio como cantaor. Ahí sigue todavía su obra discográfica para el que quiera aprender cómo se canta.
    Bonita anécdota la que nos cuenta de la taberna del Campo de la Verdad. Él solía ir mucho a esa taberna con Ricardo Molina.

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