Allí por donde el río le da una chicuelina a la ciudad, en los terrenos de El Arenal, donde se ubica el campo de fútbol de El Arcángel, desde hoy, y hasta el próximo día 30, se va a celebrar la gran Feria de la Virgen de la Salud, aunque, como pasa en Sevilla, ya desde ayer la mayoría de las "casetas" de empresas y agrupaciones tenían su clásica cena.
Es un feria totalmente distinta a la sevillana, pero bastante más cómoda y tranquila. Se puede andar tranquilamente, los pocos carruajes no agobian al recinto y -según dicta la ley ferial- se puede entrar libremente en todas las "casetas" sin la necesidad de buscar a un socio amigo. Aquí en Córdoba hay pocas, rondando las cien, pero todas son gigantescas y algunas, no sé que acuerdo municipal habrán tomado este año, son verdaderas discotecas de las que sales loco y con los tímpanos rotos.
La mayoría son de asociaciones, grupos de empresas, hermandades y peñas. Yo, personalmente, por aquello de que la comida es extraordinaria y tiene unas gambas y un ambiente de lujo, me decanto siempre por la de la "Peña Fosforito", en la misma portada y, cercana a ella, por la llamada "A mi Moriles", para aquellos a los que les guste el buen caldo de la localidad y la riquísima paletilla serrana de Los Pedroches. Una de las de más fama es "El Lagarillo", pero siempre estará de bote en bote y le será difícil entrar. Pero de seguro que no tendrá inconveniente en pasear con tranquilildad y pararse para almorzar o cenar allí donde le apetezca.
Desde cualquier barrio hay un excelente y rápido servicio de autobuses, por lo que debe dejarse de coche, y más si va a tomarse unas copas que es lo que está mandado en estas ocasiones.
Es un feria totalmente distinta a la sevillana, pero bastante más cómoda y tranquila. Se puede andar tranquilamente, los pocos carruajes no agobian al recinto y -según dicta la ley ferial- se puede entrar libremente en todas las "casetas" sin la necesidad de buscar a un socio amigo. Aquí en Córdoba hay pocas, rondando las cien, pero todas son gigantescas y algunas, no sé que acuerdo municipal habrán tomado este año, son verdaderas discotecas de las que sales loco y con los tímpanos rotos.
La mayoría son de asociaciones, grupos de empresas, hermandades y peñas. Yo, personalmente, por aquello de que la comida es extraordinaria y tiene unas gambas y un ambiente de lujo, me decanto siempre por la de la "Peña Fosforito", en la misma portada y, cercana a ella, por la llamada "A mi Moriles", para aquellos a los que les guste el buen caldo de la localidad y la riquísima paletilla serrana de Los Pedroches. Una de las de más fama es "El Lagarillo", pero siempre estará de bote en bote y le será difícil entrar. Pero de seguro que no tendrá inconveniente en pasear con tranquilildad y pararse para almorzar o cenar allí donde le apetezca.
Desde cualquier barrio hay un excelente y rápido servicio de autobuses, por lo que debe dejarse de coche, y más si va a tomarse unas copas que es lo que está mandado en estas ocasiones.
¿Toros? Bueno, la plaza es muy grande, además de cómoda, y nunca suele llenarse al menos que viniese José Tomás, que este año, por su grave cogida en México, se ha caído del cartel para el gran cabreo de la empresa. La verdad es que los carteles son muy endeblitos. Dos novilladas, cinco corridas de toros y una de rejones, más la becerrada que se celebra el día 31 en homenaje a la mujer cordobesa -donde sólo pueden entrar mujeres-, componen el elemento taurino, del que ya se dice que se ha caído también José María Manzanares, que es la que yo tengo comprada para haberlo visto junto a Enrique Ponce y Miguel Ángel Perera, y en la que no se sabe todavía quién lo va a sustituir. Córdoba, cuna de grandes nombres para la historia del toreo, es muy cicatera en carteles de renombre; quizás por eso yo he asistido a algunas corridas donde sólo se veía cemento. Estas cosas hay que cuidarlas en plazas de primera.
Pero lo importante en la Feria, de aquí o de allá, es pasárselo bien, dar con los amigos adecuados y dejarse llevar... No otra cosa que una feria es la propia vida. ¿Que si merece la pena venir? Pues claro que sí, siempre se encontrará uno con alguna sorpresa y, por supuesto, con la hospitalidad de los cordobeses. Ah, y con la visión -que sólo por eso bien vale la visita- de las maravillosas y guapísimas mujeres cordobesas.
La foto que mandas no puede ser más atrayente. Córdoba te echará también de menos porque, creo que por la fuerza del cariño, te convertiste en un cuidadoso y distinguido cronista de sus valores.
ResponderEliminar(Yo ya te veo aquí).
¡Ojalá estuviese pronto por ahí! ¡Con la crisis no hay quien compre un piso!
ResponderEliminarEmilio, deberías hablar con José Bono, igual necesita un piso en Córdoba para desarrollar algún nuevo negocio.
ResponderEliminarYo también te veo aquí.
Bono todo se lo queda para él. ¡Pobrecito! Ya sé que tenéis ganas de que esté por allí. Más tengo yo, pero sabes cómo están ahora las ventas de los pisos.
ResponderEliminarYa tenemos otra feria encima.
ResponderEliminarAcabo de verle en los almacenes y ha sido una pena no haber podido charlar algo más.Le he dejado a una empleada la tarjeta de mi blog,no se si la habrá recibido,en ella viene mi correo y el teléfono,ojalá podamos algún día charlar un ratito sobre su gran paisano Vallejo o sobre la "razón incorpórea";lo que sea,pero con un vinito de por medio,antes de que vuele a su hogar.
Un abrazo y hasta siempre.
Luis Chacón.
Mi compañera me ha dado tu tarjeta. La verdad es que me ha dado mucha alegría conocerte y charlar contigo un rato, y más sabiendo que eres amigo de mi compadre Manolo Bohórquez. Mi mujer y yo fuimos sus padrinos de boda, y a él lo quiero como si fuese un hijo.
ResponderEliminarTe daré mi teléfono en correo aparte.