sábado, 29 de mayo de 2010

CANCIONES POR NUESTRAS VIDAS: ANTERIORES A 1936 (17)

Dolores Castro Ruiz, más conocida en el mundo de la canción como "Dora la Cordobesita", nació en el popular barrio cordobés de San Lorenzo en 1902. Desde muy pequeña le encantaba el mundo del cuplé. Un amigo de la familia, el empresario Antonio Cabrera Díaz fue quien la subió por primera vez a un escenario con la edad de 12 años, concretamente al del Salón Ramírez, teatro y sala de cine que estaba situado en la avenidad del Gran Capitán, donde fue presentada por la artista sevillana Amalia Molina.

A partir de ahí fue buscándose hueco como tonadillera y actuó en los teatros sevillanos Imperial y Llorens, en el Principal de Cádiz, en el Cervantes de Granada y, por supuesto, en el Gran Teatro de su ciudad natal y en el recién remozado Duque de Rivas. En Madrid, en el teatro Romea, se presentó en 1919 con el espectáculo "Lo mejor de Córdoba".

Era una mujer muy guapa y con muy buen tipo, y manejaba el mantón con un estilo singular. Su músico preferido, por el que sentía una especial predilección, fue el sevillano Font de Anta, autor musical de la mayoría de sus creaciones. En 1918, con música de él y letra de Salvador Valverde, estrenó "¡Vaya usté con Dios!":

Cuando en la Semana Santa/ "sargo" vestida de raso/ y mi mantilla de blondas,/ murmuran "tós" a mi paso:/ ¡Mirarla por donde viene,/ transido "er" pecho de pena!/ ¿Me deja "usté" que la cante,/ ay, como a la Macarena?/ ¡Mirarla por donde viene!/ Y, con mucha guasa,/ yo les digo a "tós":// ¡Alirum... alirum... alirum...!/ ¡Alirum... alirum... alirum...!/ ¡"Grasias", no es "pa" tanto!/ ¡Vaya "usté" con Dios!// Cuando yo "sargo" a la calle/ con mi mantón "mu ceñío"/ los hombres que me tropiezan/ me dicen "tos" al oído:/ ¡Si yo fuera ese mantón/ que te ciñes tan juncal,/ ay, cómo me iba a poner!/ ¡Ni el fleco me iba a quedar!/ ¡Si yo fuera ese mantón!// (Refrán)// Cuando en las tardes de feria/ yo voy a ver la corrida,/ con mi mantilla "mu" blanca/ me dicen "tos" en seguida:/ ¡Chiquilla, cuando tú quieras/ seremos ricos los dos!/ ¡Con esos ojitos negros/ ay, pongo yo una fundición!/ ¡Chiquilla, cuando tú quieras!// (Refrán).

En 1920, con letra de Ramiro Ruiz "Raffles" y música de Font de Anta nos deja una canción irónica sobre la política titulada "Espantaleón". Yo soy Espantaleón/ he nacido en Alcorcón/ represento la opinión/ armo la revolución/ y lo que termina en pom.// Yo soy socialista/ yo soy comunista/ yo soy anarquista/ yo soy... marmolista./ Abajo García/ arriba Zenón/ abajo la oliva/ arriba el limón.

Títulos suyos fueron también: "La muñequita del bulevar", con letra y música de Mariño y Villarazo, el cuple "Sacristanerías", "La rosa de los calés", "Cruz de Mayo cordobesa", "Nativa de Faraón" y "Yunque y martillo" entre otras muchas. Pero, sin duda, la que más fama le dio, aunque era creación de Lola Mansilla, fue "La Virgen de la Macarena", de Gerardo Núñez, una de las canciones de las que más versiones se han hecho en las voces de diversos artistas, entre otros Juan Legido, Marujita Díaz, Manolo Escobar y la orquesta de Pérez Prado.

De noche cuando me acuesto/ le rezo a la Virgen de la Macarena/ y allí solito en mi cuarto/ a la Virgencita le cuento mis penas./ Y de corazón le pido/ que la hembra que yo quiera/ mientras en el mundo viva/ no me sea traicionera./ Y mi Virgencita, y mi Virgencita/ como es tan gitana/ hará que me quiera, hará que me quiera/ esa sevillana./ Estoy mirando a sus ojos/ que son dos luceros clavaos en los míos/ y ese traje por su hechura/ y por su carita me quita el sentío./ Madrecita de mi alma/ si yo tuviera la suerte/ de que una hembra tan gitana/ se decidiera a creerme./ Y si lo consigo, y si lo consigo/ le pondré una vela/ a mi Virgencita, a mi Virgencita/ de la Macarena.

En pleno éxito es cuando Dora conoce al torero trianero Manuel Jiménez Moreno "Chicuelo" y formalizan su noviazgo en la Feria del Corpus de Granada de 1924. Tres años más tarde, en noviembre de 1927, y ante la Virgen de los Dolores, la de mayor devoción de Córdoba, contrajeron matrimonio, siendo padrino de ella aquel hombre que tanto le ayudó desde que la conoció cuando tenía 8 años, Antonio Cabrera Díaz. "Chicuelo", en un pacto con ella, anunció a todos, no sin pena por todas las partes, artista y público, que su mujer se retiraba de los escenarios, lo que cumplió, retirándose a la casa que "Chicuelo" tenía en la Alameda de Hércules de Sevilla, para ser una excelente esposa y madre de una larga familia de seis retoños.

Dora "La Cordobesita" fue para el orgullo cordobés el equivalente de Pastora Imperio para los sevillanos. Murió muy joven, con 63 años, el 25 de abril de 1965, reposando desde entonces en el cementerio de San Fernando de Sevilla.

(En la fotografía, Dora "La Cordobesita")

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