
"La duquesa torera" fue una de sus creaciones, estrenada en 1913 en el Teatro Romea, con letra de Álvaro Retana y música de Ricardo Yust, aunque algunos tratadistas se la atribuyen a J. Costa. La picaresca de los célebres "cuernos", tan recurrentes para esta tipo de composiciones, bien que se deja notar en el corpus literario.
Fui duquesa de la Corte/ de la reina María Luisa./ Y he tenido en aquel tiempo/ mi palacio en las Vistillas./ Mucho quise a mi marido/ pero no dejé por eso/ de asistir a una verbena/ si me lo pide un torero./ Y en San Antonio de la Florida,/ bajo la sombra de mi mantilla,/ mis ojos resplandecieron/ cuando me hablaba Pedro Romero./ Y en mi pecho palpitó con ilusión/ escuchando juramentos de pasión:// ¡Ay, duquesa, duquesa, duquesa,/ deja que yo bese tus labios de fresa!/ ¡Ay, duquesa de mi corazón,/ con un solo beso feliz seré yo!// No hubo dama de la Corte/ que escuchase más requiebros,/ pero yo preferí siempre/ las finezas de chisperos./ Y, por tantas correrías/ con un majo en la Moncloa,/ colocaron en el escudo/ a mi esposo dos coronas./ Cuando en palacio de mí se hablaba/ la envidia a muchas desazonaba./ No hubo duquesa de más partido/ ni que tuviese mejor marido./ En las noches verbeneras junto a mí/ un Manolo repetía siempre así:// ¡Ay, duquesa, duquesa, duquesa,/ deja que yo bese tus labios de fresa!/ ¡Ay, duquesa de mi corazón,/ con un solo beso feliz seré yo.
Famosísimo fue el chotis titulado "Colón, 34", que estrenó la tiple del género lírico Manolita Rosales en 1925, aunque la popularizó Carmen Flores. De este chotis se hicieron muchas versiones, llevándolo también en su repertorio Sara Montiel. La letra es de Eduardo Montesinos y la música de Antonio Rincón:
Hace dos noches, al salir de mi trabajo,/ para marcharme a mi casa a descansar,/ me dijo un chulo muy postinero./ -¡Oiga usté, prenda! ¿Se la puede acompañar y convidar?/ Y si usté quiere nos iremos a algún cine/ debo advertirle que soy un hombre muy formal,/ y despues, a la salida/ nos iremos al café de San Millán.// Colón, Colón, treinta y cuatro,/ tiene usted su habitación/ y una chica muy decente/ sin ninguna pretensión./ En la calle de Colón,/ siempre a su disposición.// Un señorito longui, con guante y botines/ y un cuello largo que "paecía" un ascensor,/ quiso llevarme al hotel Palace/ para bailar eso que llaman el fox trot./ Y un viejo verde también quiso que me fuera/ en su automóvil, no adivino para qué./ Pero yo le dije: -Bueno,/ si está malo el caballero,/ acuéstese./ (Recitado) Y, como yo no muerdo el anzuelo facílmente, cuando uno se cuela, le canto:// Colón, Colón, treinta y cuatro,/ tiene usted su habitación/ y una chica muy decente/ sin ninguna pretensión./ En la calle de Colón,/ siempre a su disposición.// Cuando yo tengo que subir en el tranvía/ me da una rabia porque paso las "morás"/ no hay sitio,/ de pie, "prensá" "apretujá" y "magullá"./ ¡Qué atrocidá!/ Y como hay socios que aprovechan los descuidos/ y con el codo largan cada insinuación/ que no hay más que decidirse/ y decirle a algún frescales: "¡so bobón!/ (Recitado) Ayer mismo le dije a uno:/ -Oiga usted, joven mecanógrafo, ¿está usted ejercitándose para alguna secretaría particular? Porque, ya sabe, la academia la tengo en...:// Colón, Colón, treinta y cuatro,/ tiene usted su habitación/ y una chica muy decente/ sin ninguna pretensión./ En la calle de Colón,/ siempre a su disposición.
Otro chotis que hizo muy popular Carmen Flores fue el titulado "Adiós Facundo" con letra y música del autor conquense Felipe Orejón. Chotis con guasa y sal gorda, que era lo que gustaba al personal de aquellos tiempos: Quién creyera que aquel hombre/ tan sano y admirado/ por todas las mujeres/ se muriera de un cólico sagrado/ o sea, miserere./ Pobrecito, Facundo de mi alma,/ cuánto te echa de menos tu Liboria,/ las palizas aquellas que me dabas/ pasaron a la historia.// Adiós Facundo,/ sin decir a nadie nada/ te largaste al otro mundo.
Era normal en aquella época, como hemos ido comentando en estas páginas, que unas artistas versionasen y mejorasen, con la rapidez de dos días, las creaciones de sus rivales. Fue el caso habitual de la gran Raquel Meller, que hizo grande la canción de Carmen Flores "La Violetera", hasta el punto de que a ella se adjudica. Era lo habitual y ninguna de ellas tenían las manos inocentes. En el caso de este pasodoble, "La castañera", con letra de Rafles y música de Larruga, la extremeña arrasó con esta composición que había "robado" a la gran Pastora Imperio:
Según mi fe de bautismo/ nació esta preciosidad/ en un puesto de castañas/ que tenía mi mamá./ ¡De castañas asás!/ Me crié en el Ribera de Curtidores,/ y allí conocí al niño de mis amores,/ que de chulo y gitano/ que es el chiquillo/ apaga las luces con un martillo./ Y tiene puesto en su alcoba,/ a orilla de San Antón,/ un retrato de Vicente Pastor.// Cuando estoy por las mañanas/ en mi puesto de castañas/ todos los hombres me dicen así:// ¡Dígame usté, castañera,/ qué he de hacer pa que me quiera,/ porque estoy por usté fuera de mí!/ ¡Olé ya lo primoroso!/ ¡Olé ya lo saleroso!/ Es usted lo más hermoso que hay,/ y ya a todos los despido,/ porque ya tengo elegido/ al que ha de ser mi marido...
Ángel Zúñiga nos decía de ella que "tuvo mucha popularidad; esto es indiscutible. No era una artista fina, claro; su arte resultaba un poco grueso, de efectos grotescos, de brochazos, un poco de plazuela y tumulto del 2 de mayo. El descaro era su arma principal, aparte de la contagiosa simpatía de mujer del pueblo. Se metía con los calvos de primera fila, con algún vejete que iba a ver lo que se veía. (...) ¡Qué frescachona es! -decía la gente".
Este descaro se pone soberanamente de manifiesto en "La celosa", en la que en algunos momentos determinados hablaba con el público y se enfrentaba con algunos de los asistentes a grito pelado:
¿Dónde está ese granuja, mal hombre, canalla, arrastrao,/ ese pillo, guripa indecente, bribón, condenao,/ que me tiene plantada una hora/ en la esquina donde él me ha citado,/ mientras él se las pira con otra/ a gastar las perras que a mí me ha sacao?/ Yo le he visto cruzar hace poco y entrar aquí mismo,/ y si llego a encontrarle con ella le rompo el bautismo./ Y aunque pida perdón de rodillas/ y pretenda calmar mis enojos,/ en el sitio en que le encuentre, le arranco los ojos./ ¿Dónde estás?/ ¡Ay de ti!/ Si te encuentro por ahí.// (dirigiéndose al público) Ya le veo... ¡Pillo, granuja, sinvergüenza!// ¡Ay, usted dispense!/ Si me he equivocao.../ Estoy tan nerviosa/ que no me he fijao./ Y es que ahora la rabia me ahoga,/ porque al ver fracasar mis anhelos/ por el hombre que tanto he querío,/ me ciegan los celos...
Tenía Carmen Flores -como seguía diciendo Ángel Zúñiga- estridencias de charanga y muchas de sus canciones servían a las bandas de aldea en días de fiesta. Su arrogancia era del barrio bajo; el habla, correspondía a cierta condición sainetesca. Su mismo tiempo destacó mucho la gracia de Arniches, tan de pueblo. Una de sus composiciones más cómicas y divertidas, con letra y música de Felipe Orejón, fue "Una sesión a oscuras" en la que se metía con humor con la nueva moda del espiritismo:
Tres años hace justos y cabales,/ que por los carnavales, si no recuerdo mal,/ efecto de un colaso de aguardiente,/ diñóla mi pariente, Niceto Carrascal;/ y yo que he sido siempre toa mi vida,/ la mar de agradecida y que m'acuerdo de él,/ quería que supiese de algún modo/ de que a pesar de todo, le sigo siendo fiel.// (hablando con el público) Pa lo cual me puse al habla con la seña Felipa, la espiritista, que es una medium evidente pa eso de los espíritus, que diquela como nadie, y la verdad...// He visto tantas cosas y tan raras/ que si quien que les diga la verdad/ algunas me parecen pitorreo,/ pero otras m'han dejao desconcertá./ Escuchen un momento y se convencerán:/ Penetro en un lugar que está algo oscuro/ y huele un poco a queso,/ por mor de la humedad,/ y al ver tanto aparato me figuro/ que allí va a pasar algo/ y empiezo a temblar./ Sentao, formando corro y muy juntitos,/ hay socios de ambos sexos/ y en medio un velador,/ y yo me siento al lao de un señorito,/ que por lo visto ha sido/ prestidigitador.// (hablando con el público) Con que empieza la sesión y nos mandan que pongamos las manos sobre el velador// A poco de empezar el manoteo/ me entra así como una especie de temblor,/ y a fuerza de fluido y magnetismo/ comienza a levantarse el velador./ Por fin llegó el momento espeluznante/ de las invocaciones,/ pa mí lo principal./ Invocan un espíritu al instante/ y acude el primerito/ Niceto Carrascal./ Le dicen que su esposa aún le ama/ y luego al preguntarle/ si se acuerda de mí,/ contesta en una forma que me escama,/ pues pega siete golpes/ como una codorniz.// (hablando con el público) Y no es extraño que contestara a golpes, porque ese defecto ya lo tenía en vida, y respectivo al socio manipulador...// Le tuve que decir que era un frescales,/ pero el tío, con mucha sanfasón,/ me dijo que volviera al día siguiente,/ porque iba a ser más larga la sesión./ ¡Como no vuelva el Nuncio!/ ¡Valiente tío sobón!
En "La española", con letra de los hermanos Álvarez Quintero y música del alicantino Ruperto Chapí, habla de todas las comunidades con ese gracejo singular que tenía:
En España no ha nacido/ ni una sola, ni una sola,/ que conmigo haya podido/ competir en lo española,/ española./ El que dude que esto sea/ verdadero, verdadero,/ que se fije y que lo vea/ si no tengo yo salero./ Mi papaíto nació en Cádiz,/ mi mamaíta en Sabadell,/ en Badajoz la madre de ella,/ en la montaña, el padre de él./ La madre de mi padre/ nació en Oviedo,/ el padre de mi padre nació en Toledo./ Desde el Norte a Andalucía/ no se escapa, no se escapa,/ ni un rincón en todo el mapa,/ que no tenga sangre mía,/ sangre mía./ En saber yo me entretengo,/ por curiosa, por curiosa,/ de qué sitio es cada cosa,/ cada cosa que yo tengo, que yo tengo./ Mis ojos y mi boca/ son andaluces./ Los ojos borrachines,/ la boca dulce./ Mi frente y mis cabellos/ son castellanos,/ mis brazos y mis piernas,/ zaragozanos./ Mi andar es madrileño,/ por lo valiente,/ mi talle es de Levante,/ seguramente./ Una cosa tengo gallega/ y otra cosa tengo de Asturias/ y otra cosa tengo de Navarra/ y dos cosas de Cataluña,/ tengo dos cosas de Cataluña./ Y por eso he aprendido/ que en España no ha nacido/ ni una sola, ni una sola,/ que conmigo haya podido/ competir en lo española, española.
Otro chotis que hizo muy popular Carmen Flores fue el titulado "Adiós Facundo" con letra y música del autor conquense Felipe Orejón. Chotis con guasa y sal gorda, que era lo que gustaba al personal de aquellos tiempos: Quién creyera que aquel hombre/ tan sano y admirado/ por todas las mujeres/ se muriera de un cólico sagrado/ o sea, miserere./ Pobrecito, Facundo de mi alma,/ cuánto te echa de menos tu Liboria,/ las palizas aquellas que me dabas/ pasaron a la historia.// Adiós Facundo,/ sin decir a nadie nada/ te largaste al otro mundo.
Era normal en aquella época, como hemos ido comentando en estas páginas, que unas artistas versionasen y mejorasen, con la rapidez de dos días, las creaciones de sus rivales. Fue el caso habitual de la gran Raquel Meller, que hizo grande la canción de Carmen Flores "La Violetera", hasta el punto de que a ella se adjudica. Era lo habitual y ninguna de ellas tenían las manos inocentes. En el caso de este pasodoble, "La castañera", con letra de Rafles y música de Larruga, la extremeña arrasó con esta composición que había "robado" a la gran Pastora Imperio:
Según mi fe de bautismo/ nació esta preciosidad/ en un puesto de castañas/ que tenía mi mamá./ ¡De castañas asás!/ Me crié en el Ribera de Curtidores,/ y allí conocí al niño de mis amores,/ que de chulo y gitano/ que es el chiquillo/ apaga las luces con un martillo./ Y tiene puesto en su alcoba,/ a orilla de San Antón,/ un retrato de Vicente Pastor.// Cuando estoy por las mañanas/ en mi puesto de castañas/ todos los hombres me dicen así:// ¡Dígame usté, castañera,/ qué he de hacer pa que me quiera,/ porque estoy por usté fuera de mí!/ ¡Olé ya lo primoroso!/ ¡Olé ya lo saleroso!/ Es usted lo más hermoso que hay,/ y ya a todos los despido,/ porque ya tengo elegido/ al que ha de ser mi marido...
Ángel Zúñiga nos decía de ella que "tuvo mucha popularidad; esto es indiscutible. No era una artista fina, claro; su arte resultaba un poco grueso, de efectos grotescos, de brochazos, un poco de plazuela y tumulto del 2 de mayo. El descaro era su arma principal, aparte de la contagiosa simpatía de mujer del pueblo. Se metía con los calvos de primera fila, con algún vejete que iba a ver lo que se veía. (...) ¡Qué frescachona es! -decía la gente".
Este descaro se pone soberanamente de manifiesto en "La celosa", en la que en algunos momentos determinados hablaba con el público y se enfrentaba con algunos de los asistentes a grito pelado:
¿Dónde está ese granuja, mal hombre, canalla, arrastrao,/ ese pillo, guripa indecente, bribón, condenao,/ que me tiene plantada una hora/ en la esquina donde él me ha citado,/ mientras él se las pira con otra/ a gastar las perras que a mí me ha sacao?/ Yo le he visto cruzar hace poco y entrar aquí mismo,/ y si llego a encontrarle con ella le rompo el bautismo./ Y aunque pida perdón de rodillas/ y pretenda calmar mis enojos,/ en el sitio en que le encuentre, le arranco los ojos./ ¿Dónde estás?/ ¡Ay de ti!/ Si te encuentro por ahí.// (dirigiéndose al público) Ya le veo... ¡Pillo, granuja, sinvergüenza!// ¡Ay, usted dispense!/ Si me he equivocao.../ Estoy tan nerviosa/ que no me he fijao./ Y es que ahora la rabia me ahoga,/ porque al ver fracasar mis anhelos/ por el hombre que tanto he querío,/ me ciegan los celos...
Tenía Carmen Flores -como seguía diciendo Ángel Zúñiga- estridencias de charanga y muchas de sus canciones servían a las bandas de aldea en días de fiesta. Su arrogancia era del barrio bajo; el habla, correspondía a cierta condición sainetesca. Su mismo tiempo destacó mucho la gracia de Arniches, tan de pueblo. Una de sus composiciones más cómicas y divertidas, con letra y música de Felipe Orejón, fue "Una sesión a oscuras" en la que se metía con humor con la nueva moda del espiritismo:
Tres años hace justos y cabales,/ que por los carnavales, si no recuerdo mal,/ efecto de un colaso de aguardiente,/ diñóla mi pariente, Niceto Carrascal;/ y yo que he sido siempre toa mi vida,/ la mar de agradecida y que m'acuerdo de él,/ quería que supiese de algún modo/ de que a pesar de todo, le sigo siendo fiel.// (hablando con el público) Pa lo cual me puse al habla con la seña Felipa, la espiritista, que es una medium evidente pa eso de los espíritus, que diquela como nadie, y la verdad...// He visto tantas cosas y tan raras/ que si quien que les diga la verdad/ algunas me parecen pitorreo,/ pero otras m'han dejao desconcertá./ Escuchen un momento y se convencerán:/ Penetro en un lugar que está algo oscuro/ y huele un poco a queso,/ por mor de la humedad,/ y al ver tanto aparato me figuro/ que allí va a pasar algo/ y empiezo a temblar./ Sentao, formando corro y muy juntitos,/ hay socios de ambos sexos/ y en medio un velador,/ y yo me siento al lao de un señorito,/ que por lo visto ha sido/ prestidigitador.// (hablando con el público) Con que empieza la sesión y nos mandan que pongamos las manos sobre el velador// A poco de empezar el manoteo/ me entra así como una especie de temblor,/ y a fuerza de fluido y magnetismo/ comienza a levantarse el velador./ Por fin llegó el momento espeluznante/ de las invocaciones,/ pa mí lo principal./ Invocan un espíritu al instante/ y acude el primerito/ Niceto Carrascal./ Le dicen que su esposa aún le ama/ y luego al preguntarle/ si se acuerda de mí,/ contesta en una forma que me escama,/ pues pega siete golpes/ como una codorniz.// (hablando con el público) Y no es extraño que contestara a golpes, porque ese defecto ya lo tenía en vida, y respectivo al socio manipulador...// Le tuve que decir que era un frescales,/ pero el tío, con mucha sanfasón,/ me dijo que volviera al día siguiente,/ porque iba a ser más larga la sesión./ ¡Como no vuelva el Nuncio!/ ¡Valiente tío sobón!
En "La española", con letra de los hermanos Álvarez Quintero y música del alicantino Ruperto Chapí, habla de todas las comunidades con ese gracejo singular que tenía:
En España no ha nacido/ ni una sola, ni una sola,/ que conmigo haya podido/ competir en lo española,/ española./ El que dude que esto sea/ verdadero, verdadero,/ que se fije y que lo vea/ si no tengo yo salero./ Mi papaíto nació en Cádiz,/ mi mamaíta en Sabadell,/ en Badajoz la madre de ella,/ en la montaña, el padre de él./ La madre de mi padre/ nació en Oviedo,/ el padre de mi padre nació en Toledo./ Desde el Norte a Andalucía/ no se escapa, no se escapa,/ ni un rincón en todo el mapa,/ que no tenga sangre mía,/ sangre mía./ En saber yo me entretengo,/ por curiosa, por curiosa,/ de qué sitio es cada cosa,/ cada cosa que yo tengo, que yo tengo./ Mis ojos y mi boca/ son andaluces./ Los ojos borrachines,/ la boca dulce./ Mi frente y mis cabellos/ son castellanos,/ mis brazos y mis piernas,/ zaragozanos./ Mi andar es madrileño,/ por lo valiente,/ mi talle es de Levante,/ seguramente./ Una cosa tengo gallega/ y otra cosa tengo de Asturias/ y otra cosa tengo de Navarra/ y dos cosas de Cataluña,/ tengo dos cosas de Cataluña./ Y por eso he aprendido/ que en España no ha nacido/ ni una sola, ni una sola,/ que conmigo haya podido/ competir en lo española, española.
Carmen Pereira Barrera, "Carmen Flores", la gran provocadora de la escena, cuando se retiró regentó una hermosa pensión en la calle Jiménez de Quesada, número 2, de Madrid, donde murió rodeada de todos sus recuerdos.
quisiera conocer un chotis poesia que solo recuerdo: no corra mas que la quiero combidar a usted a un bermuy, con anchoas aceitunas alineas´
ResponderEliminarque tio gili, no sea pesau que el bermut que uste me ofrece lo he tomau, en la calle de cascorro mi cuñao
¿Sabe la artista que lo interpretaba? Si encuentro algo, no dude que le daré todos los datos. ¿Sabe fecha aproximada? ¿Recuerda dónde lo escuchó?
ResponderEliminarSr. Jiménez Diaz: ¿Podria indicarme dónde puedo hacerme con la partitura para piano y voz, del chotis "Colón 34?
ResponderEliminarEn cualquier casa especializada en música. Conozco varias de Madrid y una muy buena en Barcelona, pero el camino más corto es que se meta usted en internet y de seguro que salen todos los comercios que la tienen. Hay una versión muy buena que compré barata hace unos días de una artista gaditana, muy joven, llamada Mercedes Ríos. Se la recomiendo. La encontré en El Corte Inglés en los muebles de ofertas.
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