
Parece mentira. Yo
por las calles de Sevilla!
¿No será todo esto un sueño,
no?
¿Será la tristeza mía
-tristeza de mi pasión-
la que acaricia este aire,
o
serán de verdad mis ojos
encima de ese balcón?
¿Quién se poya en la baranda
donde acodé mi ilusión?
Balcón de mi adolescencia,
balcón,
de todo lo que yo he sido,
sólo tu altura quedó.
¿Quién te pone ahora visillos
donde puse el corazón?
Parece mentira. ¿Yo
por las calles de Sevilla?
¿Yo?
¿Seré de verdad, Dios mío,
o soy lo que ya pasó?
(El río corre a dos pasos
y medio de mi balcón.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario