MARÍA JIMÉNEZ
Qusiera retratarte brevemente,
un boceto al calor de la memoria,
un trazo leve que no deje historia
en el alma dormida de la gente.
Pocos saben que no pasaste el puente
para nacer, que se forjó tu gloria
juntito en esa línea divisoria
que va del Altozano hasta el Poniente.
Y pocos, ¡ay, María!, que tú eres
eternamente niña y que te mueres
por derrochar la paz y la alegría,
por entregarte a los demás y darles
tu alma, tu corazón, hasta cantarles
una vida más nueva cada día.
Qusiera retratarte brevemente,
un boceto al calor de la memoria,
un trazo leve que no deje historia
en el alma dormida de la gente.
Pocos saben que no pasaste el puente
para nacer, que se forjó tu gloria
juntito en esa línea divisoria
que va del Altozano hasta el Poniente.
Y pocos, ¡ay, María!, que tú eres
eternamente niña y que te mueres
por derrochar la paz y la alegría,
por entregarte a los demás y darles
tu alma, tu corazón, hasta cantarles
una vida más nueva cada día.
Querido Emilio: Aprovecho la fuerza, la pasión y el alma de María Jiménez para felicitarte porque me he dado cuenta que el blog ha superado las 10.000 visitas. Como María: todo un vendaval.
ResponderEliminar¡Sigue en lo alto de tu atalaya azul y no permitas que nadie te haga bajar de ella!