MANUEL MOLINA
Escapado de un libro de Quevedo,
que quevediano el gesto y la mirada.
Parece que al mirar no mira nada
y están sus ojos fijos en el ruedo.
Ese mirar, señores, me da miedo
porque busca una aurora no inventada;
Escapado de un libro de Quevedo,
que quevediano el gesto y la mirada.
Parece que al mirar no mira nada
y están sus ojos fijos en el ruedo.
Ese mirar, señores, me da miedo
porque busca una aurora no inventada;
porque quiere crear, desde la nada,
un mundo al alba, una canción, un credo.
Y como él, le gente de mis años:
un triunfo de amor, mil desengaños...
Smash, Gualberto..., y esperando un ¡ole!
este Manuel Molina, amigo mío,
aún sigue siendo un dios. ¡Qué escalofrío
cuando con su guitarra canta Lole!
un mundo al alba, una canción, un credo.
Y como él, le gente de mis años:
un triunfo de amor, mil desengaños...
Smash, Gualberto..., y esperando un ¡ole!
este Manuel Molina, amigo mío,
aún sigue siendo un dios. ¡Qué escalofrío
cuando con su guitarra canta Lole!
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