EMILIO MUÑOZ
Yo sé lo que es llorar cuando enternece
el puñal del dolor y la amargura,
pero es verdad también que siempre es pura
la lágrima que salta y que se mece
al filo de los ojos y humedece,
Yo sé lo que es llorar cuando enternece
el puñal del dolor y la amargura,
pero es verdad también que siempre es pura
la lágrima que salta y que se mece
al filo de los ojos y humedece,
con esa sal acuosa de ternura,
lo que el hombre reinventa en la hermosura
cuando la vida entre sus manos crece.
Y tú, tocayo, amigo, gran torero,
llorabas por detrás de un burladero
cuando Sevilla entera te aplaudía,
cuando ibas a hombros por el puente
para brindar tu llanto a aquel valiente
que fue ejemplo de tu arte y valentía.
lo que el hombre reinventa en la hermosura
cuando la vida entre sus manos crece.
Y tú, tocayo, amigo, gran torero,
llorabas por detrás de un burladero
cuando Sevilla entera te aplaudía,
cuando ibas a hombros por el puente
para brindar tu llanto a aquel valiente
que fue ejemplo de tu arte y valentía.
Tu tocayo fue la reencarnación de Juan Belmonte, un auténtico milagro. Su toreo estaba preñado de la más pura emoción. Y fue, además, el último trianero, hasta ahora, que alcanzó la gloria con las manos a hombros por el puente de Triana.
ResponderEliminarEmilio Muñoz merece un reconocimiento popular. Nuestra asociación, en colaboración con el muy taurino Bar Santa Ana, ya piensa en ello.
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