No te arrodilles, que por tí no voy
cansado ya del trote y la pelea.
No me humilles, para que nadie crea
que hoy ganas tú y que yo pierdo hoy.
Floreado de puyas aquí estoy
mirándote el desplante que me airea
y que aplaude la andana en asamblea
sin fijarse que yo el valiente soy.
Que si quisiera ahora deshojarte,
sólo me bastaría con pasarte
la plata de un pitón por el semblante
para que tú, en un charco de amargura,
no jugaras jamás con mi bravura
cuando llevo la muerte por delante.
EMILIO JIMÉNEZ DÍAZ
cansado ya del trote y la pelea.
No me humilles, para que nadie crea
que hoy ganas tú y que yo pierdo hoy.
Floreado de puyas aquí estoy
mirándote el desplante que me airea
y que aplaude la andana en asamblea
sin fijarse que yo el valiente soy.
Que si quisiera ahora deshojarte,
sólo me bastaría con pasarte
la plata de un pitón por el semblante
para que tú, en un charco de amargura,
no jugaras jamás con mi bravura
cuando llevo la muerte por delante.
EMILIO JIMÉNEZ DÍAZ
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