Una torre de cal y otra de arena,
"Cagancho" fue la duda que se ofrece
cuando la flor del alhelí florece
o se marchita la de la azucena.
Era un gitano antiguo con la pena
de ver cómo la muerte se aparece
como un toro dormido que amanece
o como un cruel relámpago que truena.
Del valor al pavor no hay más distancia
que un pase natural con la fragancia
de la gitanería entre las manos.
Y era el torero esa ilusión que queda
cuando se lanza al aire una moneda
con la cara y la cruz de los gitanos.
LUIS LÓPEZ ANGLADA
"Semidioses e inmortales". Aula de Cultura La Venencia.2006
"Cagancho" fue la duda que se ofrece
cuando la flor del alhelí florece
o se marchita la de la azucena.
Era un gitano antiguo con la pena
de ver cómo la muerte se aparece
como un toro dormido que amanece
o como un cruel relámpago que truena.
Del valor al pavor no hay más distancia
que un pase natural con la fragancia
de la gitanería entre las manos.
Y era el torero esa ilusión que queda
cuando se lanza al aire una moneda
con la cara y la cruz de los gitanos.
LUIS LÓPEZ ANGLADA
"Semidioses e inmortales". Aula de Cultura La Venencia.2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario