LA DANZA ANDALUZA
Una llama, encendida de repente
en el ascua difusa de las venas,
crepita entre los pies, forjando apenas
el musical escorzo de la frente.
El hierático ardor hinca su diente,
y con afán de mútilas cadenas
los brazos rompen ya formas serenas
en elación del ímpetu creciente.
Pero el clamor que aflora a la garganta
sucumbre en el compás, como la planta
que ante el milagro de la flor se inmola.
¡La rítmica quietud queda esculpida
con toda la cadencia contenida
en subitánea y fulgurante ola!
Una llama, encendida de repente
en el ascua difusa de las venas,
crepita entre los pies, forjando apenas
el musical escorzo de la frente.
El hierático ardor hinca su diente,
y con afán de mútilas cadenas
los brazos rompen ya formas serenas
en elación del ímpetu creciente.
Pero el clamor que aflora a la garganta
sucumbre en el compás, como la planta
que ante el milagro de la flor se inmola.
¡La rítmica quietud queda esculpida
con toda la cadencia contenida
en subitánea y fulgurante ola!
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