andaluzas, morenas como gitanas,
tocadas con mantillas y con peinetas
bailan alegremente las sevillanas.
Se vuelven, cadenciosas, como veletas;
se enlazan y confunden como lianas,
y en un suspiro, a veces, se quedan quietas
con la oriental molicie de las sultanas.
Arqueando los brazos, rápidas giran;
con ritmos de palmares se balancean;
fosforoso en sus ojos extraño brillo...
y mientras las guitarras de amor suspiran,
en las trémulas manos repiquetean
sonoras castañuelas de granadillo.
tocadas con mantillas y con peinetas
bailan alegremente las sevillanas.
Se vuelven, cadenciosas, como veletas;
se enlazan y confunden como lianas,
y en un suspiro, a veces, se quedan quietas
con la oriental molicie de las sultanas.
Arqueando los brazos, rápidas giran;
con ritmos de palmares se balancean;
fosforoso en sus ojos extraño brillo...
y mientras las guitarras de amor suspiran,
en las trémulas manos repiquetean
sonoras castañuelas de granadillo.
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