DESDE TRIANA
Murió la tarde ensangrentada. Oriente,
entre azul y azabache, dio a los cielos
un contraste de estrellas y de anhelos
que miran a la noche frente a frente.
Hay silencio en el río bajo el puente
mientras las sombras corren ya sus velos
sobre Sevilla. El barrio tiene celos
de su hermana mayor. Por la corriente
del agua va durmiéndose la luna.
Qué intimidad tan honda y tan sencilla
se esconde en esta hermosa madrugada.
No se puede tener mayor fortuna
que ver pasar desde tu vieja orilla
la infinitud del tiempo y de la nada.
Murió la tarde ensangrentada. Oriente,
entre azul y azabache, dio a los cielos
un contraste de estrellas y de anhelos
que miran a la noche frente a frente.
Hay silencio en el río bajo el puente
mientras las sombras corren ya sus velos
sobre Sevilla. El barrio tiene celos
de su hermana mayor. Por la corriente
del agua va durmiéndose la luna.
Qué intimidad tan honda y tan sencilla
se esconde en esta hermosa madrugada.
No se puede tener mayor fortuna
que ver pasar desde tu vieja orilla
la infinitud del tiempo y de la nada.
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