Mi admirado y antiguo amigo, Joaquín Arbide, me ha enviado, por medio de nuestro común Ángel Vela, este libro que no tiene desperdicio de principio a fin, un libro, como hago rezar en el titular, para seguir aprendiendo.
Joaquín, que ha sido especialista en tantas cosas, se ha convertido en uno de los mejores biógrafos de esa Sevilla que todavía tiene muchos perfiles desconocidos. Nos acercó a la ciudad de los 60 y 70 en dos magníficos libros; nos trajo el recuerdo de ayer y de hoy en su "Sevilla en los bares", en "Sevilla en la retina", en la "Sevilla coral" y en la "Sevilla que perdimos", entre otras obras.
Hoy, con este ejemplar aparecido al final del pasado año, el prolífico escritor e investigador nos acerca a aquella Sevilla que nadie puede olvidar en la etapa colegial de cada uno; nos enseña a mirarnos desde nuestro presente cómo éramos en aquellos años primerizos de nuestra formación escolar, cómo nuestros colegios, quiénes nuestros profesores, qué enseñanzas se impartían, cuáles los castigos...
En una andadura emocional de 27 capítulos, preñados de hermosas fotografías e imágenes de aquellos años, nos hace recordar de nuevo el olor del pizarrín, el de la goma, el que te dejaban los lápices al afilarlos con el sacapuntas, la mancha de tinta sobre el baby, la textura del pupitre, las consignas, las oraciones, los recreos, los cánticos... Y por medio de ellos nos ofrece el homenaje a los maestros, el homenaje a Antonio Machado y Giner de los Ríos, la época republicana, el recuerdo hermoso de los antiguos alumnos y los antiguos maestros, los colegios más emblemáticos de nuestra ciudad...
Con él, me he sentido de nuevo niño en el Colegio José María Izquierdo de Triana y he vuelto a recordar a aquellos enseñantes con más voluntad y saber que sueldo, y me ha venido a la memoria lo que de ellos se decía: -¡Anda, que pasas más hambre que un maestro de escuela!; y Joaquín me ha llevado también a las aulas del Instituto San Isidoro aspirando los primeros vapores del inicio a la juventud, reviviendo aquellos años con personas que han volcado sus vivencias y sus recuerdos para que esta obra, que podría parecer simple, sea imprescindible para conocer no sólo muchos años de la vida educacional de Sevilla, sino para reencontrarnos con nosotros mismos en aquellos años que ya, desgraciadamente, no volverán.
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