Independientemente de "Los jueves del Zurraque", en los que se homenajearon íntimamente a muchos artistas del cante, el baile y el toque, "La Soleá" abría muchas veces las puertas para otros actos culturales como presentaciones de libros, revistas, etc. Pero uno de los actos principales fue el homenaje que se le tributó a "El Sordillo de Triana" el 6 de Noviembre de 1976 en el cine Astoria, que la dirección ofreció gratuitamente. Recuerdo cómo Paco Parejo y yo nos movimos por todos lados para que el festival pudiese realizarse. Uno de los principales escollos fue lograr el permiso gubernativo, que nos costó sudor y lágrimas. Cuando ya estaba todo preparado, el permiso no nos lo daban. Recuerdo que me llegué al sindicato "vertical" del espactáculo y por mucho que rogué y expliqué que era un homenaje para un artista que lo necesitaba, no había nada que hacer. Desesperado, me fui a la oficina de Pulpón y él, con una sola llamada diciendo que se hacía responsable de todo, por fin logramos tal permiso previo pago de una tasa del Estado de 500 pesetas. Nos dimos un abrazo cuando lo teníamos en las manos, tan sólo dos días antes y con todas las entradas vendidas. Por eso guardo con sublime cariño en mi archivo sobre "El Sordillo" ese papel que tanto nos hizo sufrir, así como la factura de 90 docenas de claveles que compramos para regalárselo en la puerta a las mujeres. Cada docena costó 60 pesetas.
Fue una noche mágica. Se tuvo que poner el cartel de "No hay billetes" y, con todo, la gente abarrotó hasta los pasillos de la sala. No cabía un alfiler. Muchas virtudes hubo que destacar en esta noche, la primera la actuación desinteresada de todos los artistas, excepto la Familia Montoya que nos clavó 40.000 pesetas y que, además, no figuraban en el cartel ni nadie los llamó. Se colaron y, al final nos la colaron a nosotros. Miserias. Una de las principales virtudes fue el comportamiento y corrección del público, con una atención excelente y un silencio espectacular. Recuerdo que me dijo un buen aficionado que Triana era para los cantaores como la Maestranza para los toreros. Y así fue.
Paco Herrera, de Radio Popular de Sevilla fue el que presentó las siete horas que duró el espectáculo. No sé cómo no nos metieron en la cárcel, ya que sólo teníamos autorización para que lo hicieran tres cantaores que se indicaban al dorso del permiso gubernativo. Antonio Mairena fue el que hizo el ofrecimiento del homenaje con estas hermosas palabras. "Tenemos aquí la vejez hecha reliquia de El Sordillo de Triana, que aportó al cante de este lado del río sus múltiples melismas y, lo que es más, dejó su corazón malagueño junto a los aros del puente. Triana, dentro del contexto de raíces cantaoras, no se lleva la palma porque la tiene desde siempre". Y ya la noche se hizo grande de principio a fin y las palmas echaban fuego en cada remate de las actuaciones. Se abrió el homenaje con las sevillanas de "Los Panaderos", "Los de Sevilla" y "Triana-5" y después cante y más cante para ser degustado por los habitantes del barrio y por muchísimos trianeros llegados de La Corchuela, Las Candelarias, Los Pajaritos, el Polígono... que no querían perderse aquella noche con sabor a los célebres festivales de 1954.
Aunque este no es el orden, pasaron por el escenario del cine Astoria: Manuel Oliver, Paco Taranto, "El Arenero" -que era la primera vez que cantaba en público-, "El Teoro", Manuel Márquez "El Zapatero", Naranjito de Triana, Rafael Olivares, Salvador Muñiz, Manolito Blas, Antonio Cortés "El Aceitero", Pepe Peregil, Pepe Montaraz, "El Cabrero", Diego Clavel, Jesús Heredia, El Chozas, Juan Antonio Chacón, "Chiquetete", Pepe Triana, Julio Carrillo y "El Pinto de Triana", que fueron acompañados por las guitarras de Manuel Domínguez "El Rubio", Pepe Vela, Paco Carrillo y Pepe Acevedo, tocando la guitarra de concierto un niño que, andando el tiempo, sería un genio de la guitarra:Rafael Riqueni.
La idea de este homenaje, que partió de un gran admirador de "El Sordillo de Triana" como Manuel Márquez "El Zapatero", no pudo ser mejor. Todos los habituales de "La Soleá" colaboraron de una forma magnífica pegando carteles, vendiendo entradas y ayudando en todo lo que surgía. Pocos días después, en el salón de actos de Radio Popular de Sevilla, y en presencia de Antonio Mairena, el director de la emisora, Manuel Fernández Peña, entregó a un emocionado "Sordillo" el dinero recaudado, que podía haber sido 40.000 pesetas más si la Familia Montoya, tan trianera (?) no hubiese puesto la mano como un mendigo.
Fue una noche mágica. Se tuvo que poner el cartel de "No hay billetes" y, con todo, la gente abarrotó hasta los pasillos de la sala. No cabía un alfiler. Muchas virtudes hubo que destacar en esta noche, la primera la actuación desinteresada de todos los artistas, excepto la Familia Montoya que nos clavó 40.000 pesetas y que, además, no figuraban en el cartel ni nadie los llamó. Se colaron y, al final nos la colaron a nosotros. Miserias. Una de las principales virtudes fue el comportamiento y corrección del público, con una atención excelente y un silencio espectacular. Recuerdo que me dijo un buen aficionado que Triana era para los cantaores como la Maestranza para los toreros. Y así fue.
Paco Herrera, de Radio Popular de Sevilla fue el que presentó las siete horas que duró el espectáculo. No sé cómo no nos metieron en la cárcel, ya que sólo teníamos autorización para que lo hicieran tres cantaores que se indicaban al dorso del permiso gubernativo. Antonio Mairena fue el que hizo el ofrecimiento del homenaje con estas hermosas palabras. "Tenemos aquí la vejez hecha reliquia de El Sordillo de Triana, que aportó al cante de este lado del río sus múltiples melismas y, lo que es más, dejó su corazón malagueño junto a los aros del puente. Triana, dentro del contexto de raíces cantaoras, no se lleva la palma porque la tiene desde siempre". Y ya la noche se hizo grande de principio a fin y las palmas echaban fuego en cada remate de las actuaciones. Se abrió el homenaje con las sevillanas de "Los Panaderos", "Los de Sevilla" y "Triana-5" y después cante y más cante para ser degustado por los habitantes del barrio y por muchísimos trianeros llegados de La Corchuela, Las Candelarias, Los Pajaritos, el Polígono... que no querían perderse aquella noche con sabor a los célebres festivales de 1954.
Aunque este no es el orden, pasaron por el escenario del cine Astoria: Manuel Oliver, Paco Taranto, "El Arenero" -que era la primera vez que cantaba en público-, "El Teoro", Manuel Márquez "El Zapatero", Naranjito de Triana, Rafael Olivares, Salvador Muñiz, Manolito Blas, Antonio Cortés "El Aceitero", Pepe Peregil, Pepe Montaraz, "El Cabrero", Diego Clavel, Jesús Heredia, El Chozas, Juan Antonio Chacón, "Chiquetete", Pepe Triana, Julio Carrillo y "El Pinto de Triana", que fueron acompañados por las guitarras de Manuel Domínguez "El Rubio", Pepe Vela, Paco Carrillo y Pepe Acevedo, tocando la guitarra de concierto un niño que, andando el tiempo, sería un genio de la guitarra:Rafael Riqueni.
La idea de este homenaje, que partió de un gran admirador de "El Sordillo de Triana" como Manuel Márquez "El Zapatero", no pudo ser mejor. Todos los habituales de "La Soleá" colaboraron de una forma magnífica pegando carteles, vendiendo entradas y ayudando en todo lo que surgía. Pocos días después, en el salón de actos de Radio Popular de Sevilla, y en presencia de Antonio Mairena, el director de la emisora, Manuel Fernández Peña, entregó a un emocionado "Sordillo" el dinero recaudado, que podía haber sido 40.000 pesetas más si la Familia Montoya, tan trianera (?) no hubiese puesto la mano como un mendigo.
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