
Las trabajadoras musulmanas -sean funcionarias o no- podrán llevar el velo en su puesto de trabajo, pero nuestros trabajadores y trabajadoras, la mayoría de ellos cristianos, no podrán -ni siquiera libremente- ostentar el crucifijo en cuarteles, dependencias municipales, juzgados, hospitales y otros edificios públicos, a excepción de altos cargos "con despacho" que sí podrán tenerlo si así lo desean. Por supuesto, tampoco podrán tenerlos nuestros hijos en las aulas de escuelas públicas
Los belenes navideños, y otros símbolos parecidos que tengan arraigo en la sociedad, serán del ámbito privado. La colocación de cualquier belén público, es decir, los muchísimos que se montan en todas las ciudades en estas fiestas singulares, quedarán al libre albedrío de cada administración y su autorización tiene que estar aprobada por el ayuntamiento de cada lugar, decidiéndolo un pleno en caso de conflicto.
A las procesiones de Semana Santa sólo podrán asistir los cargos públicos a título personal, o dejando claro que van correspondiendo a una invitación de una parroquia o hermandad. Esto -tal como dice la nota en este punto- deja la puerta abierta a que les sea recomendado a aceptar la invitación a actos de otras confesiones.
Como si el Estado no tuviese otras cosas más urgentes que solucionar, quiere presentar este anteproyecto en el Congreso como muy tarde en el mes de abril, porque aquí queremos ser europeos puntuales en todo menos en muchas cosas que están contempladas en nuestra propia Constitución.
Mucho me temo que lo que hoy comienza con la retirada de los crucifijos en escuelas, hospitales e instituciones, mañana sea, porque les moleste a algunos vecinos, o porque algunos musulmanes se opongan en un escrito oficial, la retirada, por decreto, de nuestras procesiones de Semana Santa. Cosas peores se han visto. Si lo van a hacer con los belenes, que es una de nuestras más arraigas tradiciones en toda España ¿quién puede decirme que es imposible que esto ocurra?
No sé quién dijo que los experimentos hay que hacerlos con gaseosa. Y, en estas materias, ni con gaseosa, no vaya a ser que nos explote la botella en las manos.
En mi Instituto ponemos todos los años un árbol de Navidad y un Nacimiento. Nadie ha protestado nunca y eso que somos muchos, entre profesores y alumnos. Creo que la gente respeta las creencias de los demás y nunca ha habido ningún problema. Espero que sea siempre así, porque si alguna vez ese clima se rompiera, sería muy triste.
ResponderEliminarEl Nacimiento que ponemos es colombiano y se lo compramos a una ONG. No es nada valioso en sí mismo, pero las ordenanzas lo colocan todos los años y nunca ha habido nadie que haya hecho la más mínima protesta. Creo que eso es una lección para todos, sobre todo si tenemos en cuenta que un setenta por ciento de los alumnos no reciben clase de Religión Católica. A veces el respeto es lo más importante.
Y además ¿qué daño puede hacer un Niño dormido en un pesebre?
Ningún daño. Los que lo hacen son los que están alertas cada día -esos sí que viviendo como Dios- para que el Pesebre Político nunca se les acabe.
ResponderEliminarA decir verdad no soy español, pero últimamente me llena de asombro como desean eliminar cualquier referencia religiosa de la sociedad española, no comprendo como a los político españoles se les ocurre y me es aun mas incomprensible como es que los españoles los dejan hacer a sus anchas. Veamos lo de los velos, las trabajadoras musulmanas pueden usarlos porque son parte de sus creencias y tradiciones, pero los españoles tienen prohibido hacer ostentación de tales símbolos, que desde hace siglos forman parte de su identidad cultural.
ResponderEliminarEsta mentada ley no busca fomentar la libertad religiosa, sino reducirla, el nombre es un engaño para no generar oposición ¿quien puede oponerse a la libertad religiosa?.
Lo que han hecho es una atrocidad, como tantas. A un pueblo no se le puede quitar sus señas de identidad por decreto. Cada uno, evidentemente, debe tener su propia libertad religiosa.
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