ORACIÓN FINAL
Hoy te traigo, Señor, esta tristeza
De saberme sin gozo y sin herida;
Hoy te traigo, Señor, esta dolida
Voz de arrepentimiento que te reza.
Te devolví en espinas y aspereza
La miel que derramaste por mi vida.
Sálvame Tú, Señor, esta vencida
Primavera de angustia que ahora empieza.
Si malgasté un amor, y otro a mi lado
Dejé morir sin luz en la cadena
Candente de la carne amarga y triste,
Hoy te vuelvo a lo poco que he salvado;
Porque, Señor, la angustia que me llena
Mayor pudo haber sido, y no quisiste.
Rafael Montesinos
"Sombras de la noche eterna"
(Antología varios autores)
2006
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