A JESÚS DEL GRAN PODER
(En sus andas de la Madrugada)
Alto fanal de trágica galeota
sobre un mar de encrespada muchedumbre.
Las andas vienes y a la opaca lumbre
Jesús marca a su nave la derrota.
¿A dónde en la tiniebla densa, ignota?
Turbia ansiedad, livor e incertidumbre.
De la cruz cuanta es más la pesadumbre
tanto de penas el bajel más flota.
Desmayo de violetas, y el ventalle
que el vidrio helado empáñale al lucero...
El alba, en fin, que asoma por la calle.
Y en las manos de fiebre su madero,
como asido a un sangriento gobernalle,
va Jesús -ya entre rosas-, timonero.
Rafael Laffón
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