sábado, 17 de marzo de 2012

GENTE DE PASO: JUAN ANTONIO VALLEJO-NÁGERA


En el año 1981 tuve la suerte de conocer al gran psiquiatra ovetense Juan Antonio Vallejo-Nágera, uno de los españoles de más prestigio internacional y autor de un libro "Locos egregios" (1978), que yo había devorado en mi juventud. En esta ocasión, en el mes de febrero, mi empresa lo trajo dos días a firmar ejemplares de su nuevo libro, "Concierto para instrumentos desafinados", que, como hacía siempre, leí antes de tener que diseñar el stand de la firma. Se me ocurrió -tal como puede observarse en la fotografía- reproducir en relieve parte de la portada de su libro, pero añadiéndole elementos como unos correluces intermitentes de colores y unos hilos que llevaban desde el elemento corazón a la locura. Ya, por desgracia, no podíamos disfrutar de aquel amplio espacio de otras firmas, y el stand consistió en una plataforma de tres metros por tres metros, lo que nos dejaba con menos posibilidades para acometer las locuras de grandes escenarios.

Con todo, al eminente doctor, científico y uno de los más cualificados pintores naif, le encantó aquel mensaje que supimos llevar al sitio de su firma de ejemplares. Le preguntó al jefe de librería -mi buen amigo Antonio Sánchez, hoy jubilado, como yo- quién había realizado el stand, a lo que le contestó que el equipo de artística de nuestra empresa. -Evidentemente -le dijo el autor-, pero habrá alguien de ese equipo que se haya leído el libro para expresarlo plásticamente así. A los pocos minutos me llamaron por los altavoces desde el quiosco de información. Allí estaba esperándome el señor Vallejo-Nágera para darme un abrazo y regalarme dedicado su libro, que pagó él de su bolsillo, y cuya dedicatoria quiero compartir con todos vosotros.

Tuvimos la ocasión de desayunar juntos, acompañándonos el jefe del departamento y el de relaciones externas. Era un hombre agradable, de voz muy cálida, con los dedos de las manos largos como los de un pianista. Tenía una mesura en sus palabras que invitaban a escucharlo una y otra vez. Yo siempre tan nervioso e interesado por todos los temas, no cesaba de preguntarle cosas, y él, con esa sonrisa clara de un sabio profundo, sabía que tanta aceleración mía era producto de mi juventud y de querer saber.

La impresión fue tan grata que seguí leyendo su obra a partir de ese encuentro. Juan Antonio Vallejo-Nágera me llenó de ilusión ese día del 14 de febrero de 1981, cuando yo cumplía mi trabajo rutinario y alguien como él se dio cuenta, perfecta cuenta, de que los hombres somos más que un número en los archivos de las empresas.


2 comentarios:

  1. Me gustan mucho estas historias que cuentas en "Gente de Paso". Me encanta lo que cuentas de estos personajes, luego apetece leer más cosas sobre ellos y conocer sus trabajos.

    Gracias,
    Ia

    ResponderEliminar
  2. Son vivencias, Ia, cosas que me han ocurrido a lo largo de mi vida. Me gusta de que te estén interesando,

    ResponderEliminar