Esto que dice el refrán es lo que tuvieron que pensar la mayoría de los andaluces en las votaciones de ayer: que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer, aunque tampoco podría asegurar que Arenas, en este momento, fuese lo mejor para Andalucía. Aparte de la gran abstención, producida, sin duda, por la desconfianza en la clase política y el hartazgo, la desconfianza y la indecisión, creo que el voto de castigo, a medias -sabiendo que iban a hacer coalición-, ha sido cambiar su voto por IU muchos de los votantes del PSOE, y a Arenas, aún sacando mayoría, le ha venido ciertamente mal las decisiones, antes de las elecciones andaluzas, tomadas por Rajoy con la reforma de la Ley Laboral. Esto, qué duda cabe, le ha restado la mayoría absoluta.
Para nada han acertado los sondeos demoscópicos de estos días anteriores a las elecciones, que daban como ganador a Javier Arenas por amplia mayoría absoluta. El encuestado, casi siempre suele mentir en su intención de voto ante las preguntas que se les formulan. El pueblo siempre es sabio, pero también engañoso, que es una cualidad de ser listo: -Antié te vas a enterar tú de las banderitas que le ponen al puente...
Lo cierto es que el PP ha ganado por mayoría, pero no puede gobernar. Lo de siempre. Lo que jamás he entendido y siempre me ha resultado extraño es que los propios partidos no quieran reformar la Ley Electoral para que gobierne la lista más votada. Sus razones tendrán para que ni por asomo quieran modificarla. No sé si eso es bueno o es malo, o también pueda ser una razón para que los votantes se abstengan de votar al sentirse timados con este modelo actual.
Bien, pues gobernará de nuevo el PSOE en clara unión con IU, mientras, una vez más, esta vez con más representantes, el PP seguirá en la oposición, que esperemos sea fuerte, pero participativa, en tantas cuestiones importantísimas que nos atañen a los andaluces. También queda esperar que el PSOE arregle de una vez por todas todos los asuntos pendientes que tiene con la Justicia, que se deje de enchufismos y corruptelas, y que gobierne para todos: para los que los han votado y para los que no. Griñán, nuevamente, se va a convertir en el Presidente de Andalucía. Espero que deje de ser el cortijo del PSOE para ser la tierra de promisión de todos los andaluces.
Arenas, probablemente, vuelva de nuevo a Madrid, porque es mucho el desgaste que ha tenido en nuestra comunidad, a pesar de que en esta ocasión haya ganado. Lo malo para el PP es que no sé si tiene una rueda de repuesto con la misma intensidad política que él, que, a pesar del esfuerzo, se queda de segundón una vez más.
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