Soñé que tú me querías
y si no despierto a tiempo
me muero de la alegría.
La ley castiga al ladrón
y anda suelto por la calle
el que roba un corazón.
Tus lágrimas me enseñaron
más que pudiera aprender
en los libros de los sabios.
Mira qué pena tan grande,
voy derramando cariño
y a mí no me quiere nadie.
No esperes que te maldiga,
soy como el perro que lame
la mano que lo castiga.
¡Ay, pobre corazón mío
qué firme para querer,
para penar qué sufrío!
Me robaste la alegría
sin mirar que eso era solo
lo bueno que yo tenía.
No podemos vivir juntos,
mi corazón se hace daño
con las espinas del tuyo.
Son tus ojos dos puñales
que siempre me están tirando
puñalaítas mortales.
Me partiste el corazón
y nos has hecho penitencia
pa que te perdone Dios.
Antonio Alcalá Venceslada
Emilio, ¿es una característica de la soleá que la temática siempre sea de desamores, corazones partidos...? Es que no las conocía hasta que conocí el blog y quería saber si son rimas sobre temas tristes como los tangos.
ResponderEliminarIa
No, no, amigo. La Soleá puede tener todos los ingredientes agridulces de la copla. La copla flamenca, como todas las coplas populares del cancionero o de nuestro folklore, giran alrededor del Amor, la Vida y la Muerte. Para nada tienen que ver los "palos" del flamenco con la utilidad de la copla, a excepción clara del mundo de las Tonás y las Seguiriyas. Los Tangos no son tristes -¡quién le ha dicho eso!-, los Tangos son alegres y por eso en su nacencia se dieron en llamar "Tangos corraleros", porque se cantaban y bailaban en las celebraciones de bodas y bautizos en las casas de vecindad. Triste es el Tango argentino, y también los Tientos, cante "no primigenio" que llegó a formarse cuando alguien ralentiza los Tangos y los dota de otra expresión más lenta y seria.
ResponderEliminarEn cuanto a la Soleá, puede recoger todos los registros, desde la indiferencia:
A mí se me imprta poco
que un pájaro en la Alamea
se pase de un árbo a otro.
La tragedia:
Ayer se murió mi mare
y una camisa que tengo
no encuentro quien me la lave.
La sentencia:
A todos nos han cantao
en una noche de juerga
coplas que nos han matao.
Y la muerte tomada como sentido filosofal en la voz del malagueño Manuel Alcántara:
Cuando me llegue la muerte
si dicen a despertarse,
a mí que no me despierten.
O el amor más profundo de Joaquín Márquez:
Pido, si vuelvo a nacer,
que me den las mismas penas
con esa misma mujer.
A la Soleá la definía muy bien la poetisa sevillana Eva Cervantes, cuando dijo de ella:
Las soleares son,
las soleares tienen
tres versos nada más...
y cómo muerden.
Perdona, Ia, que se me haya escurrido una "o" de amigo en vez de la "a" abierta de amiga.
ResponderEliminarGracias por tus preguntas y...
Te dejo esta Soleá,
por si algún día estás triste
te sientas acompañá.
efectivamente, Emilio, creo que Ia se refería al tango argentino que tú mencionas también.
ResponderEliminarCon la clase práctica que le has dado, más el postre, queda claro lo que canta una soleá.
Creo que sí. El tango argentino, tan hermoso, es ciertamente triste, pero nada tiene que ver con los tangos de Triana o Cádiz, o con el revolucionario y jaranero tanguillo.
ResponderEliminarUna Soleá, puede cantar, como hacía Fernanda la de Utrera, la guía telefónica completa.