LOS UNIVERSOS
despertaban
y hacían realidad sus sueños.
Yo soñaba.
Yo seguía y seguía soñando
y mis sueños no alcanzaban
la soñada realidad.
Yo dormía y dormía y soñaba
y seguía y seguía soñando.
Yo dormía y no despertaba,
que no despertaba yo,
que no, que no despertaba.
Los universos dormidos
despertaban
y hacían realidad sus sueños
porque amaban,
y creían y creían, de verdad,
de verdad, ¡de verdad!,
en lo que amaban.
México D. F. 21 Junio 2011
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