Con prólogo de Ángel Vela Nieto y dibujos de Juan Carlos Alonso, por fin, después de muchos años animándole los amigos a su publicación, Manuel Garrido se decidió a publicar este jocoso libro el año 2006. Fruto de su gran imaginación y sentido del humor, el autor ha recopilado todo este material que tenía perdido en carpetas y cajones para hacernos pasar un excelente rato con este centenar y medio de coplas relativas a algo tan antiguo como los cuernos, coplas por soleá, seguidillas y fandangos que no tienen desperdicio alguno.
Manuel Garrido divide el libro en seis temas monográficos: Fábula, Confesiones, Oficios, La cama, Espectáculos y Niños, a cual de ellos más originales y sabrosos. El libro está concebido para eso: para reír a gusto y olvidar las preocupaciones durante un buen rato de agradable lectura.
No es aconsejable que lo lean aquellos que tengan la mosca detrás de la oreja en sus relaciones conyugales.
Edita: Ediciones Giralda
Ciudad: Sevilla-2006
Páginas: 88
Manuel Garrido divide el libro en seis temas monográficos: Fábula, Confesiones, Oficios, La cama, Espectáculos y Niños, a cual de ellos más originales y sabrosos. El libro está concebido para eso: para reír a gusto y olvidar las preocupaciones durante un buen rato de agradable lectura.
No es aconsejable que lo lean aquellos que tengan la mosca detrás de la oreja en sus relaciones conyugales.
Edita: Ediciones Giralda
Ciudad: Sevilla-2006
Páginas: 88
ISBN: 84-88409-64-8
Depósito Legal: SE-1920-06
Adquisición: Ediciones Giralda. Alcalde Isacio Contreras, 2-C. 41003-SEVILLA
Teléfono: 954-419406
Correo electrónico: ediralda@hotmail.com
Depósito Legal: SE-1920-06
Adquisición: Ediciones Giralda. Alcalde Isacio Contreras, 2-C. 41003-SEVILLA
Teléfono: 954-419406
Correo electrónico: ediralda@hotmail.com
Es una pena que no haya tenido mayor repercución en la Sevilla literaria y poética porque es realmente genial.
ResponderEliminarEl libro es genial de principio a fin. Manolo es un hombre al que todavía no ha reconocido Sevilla sus grandes dotes literarias. La Semana Santa le debería un monumento y, otro, el mundo de las sevillanas.
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