¡Qué daría por poder volver a ese momento en el que mi madre y yo teníamos la sonrisa en los labios! Pero el tiempo pasa inexorable poniendo años y otoños en la vida, y ausencias irrecuperables...
Hoy, queridos amigos, cumplo 64 tacos de almanaque. ¡Vaya mes y vaya fecha, aunque sea un día alegre por aquello de la paga extraordinaria que nos dejó en herencia -al menos hasta ahora- el viejo dictador! Cuando uno es niño, quiere crecer -como en los versos de Benítez Carrasco-; cuando uno es joven, cree que la juventud es un tesoro para toda la vida (leer a Rubén Darío); cuando se llega a los cuarenta, nos viene una responsabilidad con la que jamás habíamos contado; cuando se llega a los cincuenta, ya se tiene más pasado que futuro; y cuando se cumplen los sesenta, ya mira uno más para el cementerio de San Fernando que para los pocos parques infantiles de nuestra infancia. La vida es así, aunque no hay nadie que justifique la suma de años. Se ha vivido, claro que sí, pero, a pesar de los pesares, el hombre quiere creerse y sentirse eterno, y, cuando los que como yo no creemos en eso de la resurrección, ¡chimpún!
Bueno, pues con una salud de hierro dentro de lo que cabe, con un maletín de pastillas para la circulación, para poder dormir a gusto, etcétera, y eso que ni el colesterol ni la tensión me han atacado, bien, aunque con algunos baches, he llegado a los sesenta y cuatro tacos de almanaque. ¡Dios se loado!
Más solo que la una desde que se murió mi Lola, con los niños lejanos, y con gran parte de mi ilusiones perdidas, cumplir años sólo es querer frenar la hora de tener que doblar la acera hacia el otro lado. No cierro la oportunidad a la vida de una nueva amistad, pero ya las puertas suelen abrirse lentamente y uno, a la vez, se hace más elitista, más egoísta y cerrado.
Como testamento vital, solamente quiero que se cumpla, por mis hijos o amigos, por aquellos que aún todavía me quieren, el que dejé en el poema que titulé "El sitio de nacencia", y que decía así:
Cuando me duelo,
pienso en Triana.
Me arrastran sus aguas.
Allá irán mis cenizas
el día que me vaya.
Que mi alma
esté junto de su alma,
metros arriba o abajo
de la torre de Sant'Ana.
Allí el último suspiro,
donde la primera nana.
Bueno amigos, pues mañana estaré como los presos: sesenta y cuatro años y un día, y los que Dios quiera que estemos juntos en esta bendita comunicación.
Muchísimas felicidades, Emilio. Me identifico totalmente, ya que, somos de la misma quinta. Salud y a seguir cumpliendo años junto a los tuyos. Un abrazo.
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ResponderEliminarMuchísimas felicidades, no te quejes tanto que estas recio y fuerte como un roble, y aunque no lo creas hay mucha gente que te queremos y te echamos de menos, que cumplas muchos más. Un fuerte abrazo, Joaquín
Muchas felicidades Emilio.
ResponderEliminarMe sumo a los comentarios de Manuel y Joaquín. Te deseo un feliz día de cumpleaños y que continúes coleccionando muchísimos más.
Un abrazo muy grande,
Ia
Que pases un feliz y tranquilo día de cumpleaños, eres muy jovial y eso no tiene nada que ver con los tacos de calendario. Somos muchos los que te queremos, disfruta ahora en tu velá, que no es poco. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por vuestras felicitaciones y ánimos. A las diez en punto -hora de mi nacimiento- ve estaba bajando del AVE en Córdoba después de un día inolvidable ayer en Sevilla.
ResponderEliminarUn abrazo para todos.
Alégrate porque eres de los pocos que siguen disfrutando de una paga de 18 de julio: cobras en cariño de los que te conocemos.
ResponderEliminarPero hombre, mirando el Puente de Triana, el barrio, a Córdoba con sus encantos, tu familia y amigos... es una nueva etapa de la vida, pero la tienes aceptada, enfocas de nuevo...con el paso de los años, cada vez lo tendrás más fácil. (según me dicen amigas que han pasado por la viudedad)...¿para qué vas a mirar al cementerio? ¡Ni mijita! Tienes un aspecto estupendo, somos muchos los que te apreciamos y precisamos de tus aportaciones, así que sólo me resta decirte ¡Por muchos años más, Emilio!
ResponderEliminar¡¡¡FELICIDADES!!!
Un abrazo, amigo.
JUAN DE LA PLATA
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FELICIDADES, EMILIO, ¡Y QUE CUMPLAS MUCHOS MÁS!.Y MUY AGRADECIDO POR TU HERMOSA RESEÑA,LITERARIA Y GRAFICA, DESDE TU PRECIOSA TORRE COBALTO,DE MI HOMENAJE, QUE SERÁ INOLVIDABLE PARA MÍ,POR LAS ESTUPENDAS HORAS PASADAS EN UNIÓN DE TANTOS BUENOS AMIGOS, COMO TÚ.
UN FUERTE ABRAZO.
Queridísimo Juan. Pasamos unas horas inolvidables en tu tierra jerezana, siempre tan abierta y hospitalaria. Tuve el honor de estar, una vez más, junto a un maestro como tú. El acto fue emotivo cien por cien. Desde aquí, mis felicidades para ti, por tus muchos merecimientos, para Juan de Dios que balanceó sus sentidas palabras en los labios, y para tu alcaldesa: ¡qué estilo, qué sentimientos los de María José García Pelayo! Por fin un político que siente lo que dice.
ResponderEliminarGracias por tu felicitación, pero gracias sobre todo, amigo Juan, por tu clase y estilo de siempre.
Un muy fuerte abrazo.
Agradezco tus consejos, Mari Carmen, pero ahora, tal como se ha puesto la "cosa femenina", siento decirte que las mujeres me miran, pero no me ven.
ResponderEliminarUn abrazo.
El cariño de todos vosotros, Ángel, es superior a esa mísera paga que recibo después de 44 años de trabajo. Me alimento con vuestra sincera amistad. El día de ayer fue inolvidable. Mañana tendré la suerte de relatarlo en este blog que todos compartimos.
ResponderEliminar¡Felicidades!
Un gran abrazo, felicidades desde el otro lado del charco.
ResponderEliminarSiempre es un gusto leer Desde mi torre Cobalto.
Qué alegría que alguien me felicite, como tú, algo más lejos de El Charco de la Pava. Para mí sí que es un gusto y un lujo teneros siempre como lectores.
ResponderEliminarCon mis gracias, un abrazo.
Aunque te felicité recién entrado el día, te mando otra ante que termine. Por cierto, me enteré que en "Las Golondrinas" os trataron de maravilla. A mi me arrestaron pronto así que otra vez será.
ResponderEliminarMe lo pasé muy bien con Elisa y contigo, y por la determinación que tomó a altas horas, me di cuenta de que te ama de veras, de que se preocupaba por ti. Todos los cumpleaños, como los santos, tienen novena, y no faltará nunca un durito en la faltriquera para tomar unas cervezas con vosotros. Cuídate.
ResponderEliminarUn abrazo para los dos.
Es un enfermo que se resiste a estar enfermo y por ende a ser cuidado....
ResponderEliminarFelicidades Emilio, el domingo nos vemos en Triana, será una bonita noche y estaremos muy contentos de poderla compartir contigo.
Un abrazo,
Elisa
Muchas gracias, Elisa. El domingo nos veremos. Por cierto, tú estás en mi lista de protocolo para que te sientes en primera fila con mi hija y mi hermana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tendré que vestirme entonces para la ocasión...
ResponderEliminarMuchas gracias.
Elisa
El calor es el que manda. Tendréis que entrar por la puerta de Manuel Arellano a las 8'45, y dar vuestros nombres.
ResponderEliminarHasta mañana.