martes, 5 de febrero de 2013

MIS CRÓNICAS DE TRIANA (9)


EN LA FRONTERA DE LA BARRIADA DE SAN GONZALO

Casi todos los trianeros tienden a unir el barrio León con la barriada de San Gonzalo que, aun siendo barrios diferentes, están tan unidos y maridados como para ser confundidos en sus lindes. En esta barriada, los límites están perfectamente delimitados por la Avenida del conquistador jerezano y Adelantado del Río de la Plata, Álvar Núñez, la Avenida de Coria, la Plaza de San Martín de Porres y la calle Dolores León. El nombre de la misma lo toma de la iglesia situada en la plaza de su nombre, dedicada al santo portugués Gonzalo de Amarante, y cuya advocación se puso en honor del General vallisoletano, Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, propiciador, junto a su mujer, de estas pequeñas pero hermosas construcciones de doble planta, con jardín de entrada y patio trasero, así como de la barriada de Santa Genoveva de Sevilla.

Estas casas comenzaron a construirse el año 1938, en parte del espacio de la antigua Huerta de la Torrecilla, por iniciativa de la Obra Nacional de Casas Baratas para Obreros y Empleados y Caballeros Mutilados,  y se rotularon en 1943 con los nombres de Plaza de San Gonzalo, Azucena, Barbacana, Batán, Clavel, Giralda, Antigua y Llana, cambiándose este nombre en 1945 por el de Nuestra Señora de la Salud, y el de Antigua, el año 1972, por el del Cristo del Soberano Poder, titulares de la hermandad que reside en el templo.

Ese mismo año de 1938, el 29 de junio, se colocó la primera piedra del templo que iba a ser parroquia del barrio, siendo madrina del acto la esposa de Queipo, Genoveva Martí Tovar, y cuya bendición, por el Cardenal Pedro Segura y Sáenz, se celebró el 12 de junio de 1942. El mismo año, se fundan en la reciente parroquia la cofradía de nazarenos de Jesús ante Caifás y Nuestra Señora de la Salud y la Sacramental, compuesta de jóvenes de Acción Católica y de la Archicofradía Sacramental del Sagrario, fusionándose ambas el año 1952. La imagen del Cristo primitivo fue tallado por José Luis Pires y la de la Virgen por Rafael Lafarque, y ambas fueron sustituidas a causa de un incendio que se originó en la iglesia en 1977. La de Nuestra Señora de la Salud  la talló Luis Ortega Bru y la del Cristo, tan reciente, también de su autoría en 1975, tuvo que ser restaurada totalmente. La primera vez que procesionó Nuestro Padre Jesús Soberano fue el año 1948 y la Virgen, con escasos enseres, el año 1955. Así lo cantaba la antigua saeta: La Virgen de la Salud / no tiene palio ni manto: / ¡Con cuánta pena camina / por las calles de Sevilla / la hermandad del Lunes Santo!

El atrio natural de esta barriada, es el lado Poniente de la Plaza de San Martín de Porres, con el ambulatorio “Amante Laffón” en el lugar que ocupaba el nunca inaugurado “Hotel Guitarra”; el Mercado de San Gonzalo, que de terrizo es hoy día un ejemplo de modernidad e higiene; el edificio de Cáritas y las inolvidables calesitas de Luis León, con más de cincuenta años en el solar.

En mi agenda sentimental, en esa historia imperecedera de la Triana Eterna, recuerdo por sus aledaños el cine Giralda, unas veces montado en el solar del ambulatorio y otras en la trasera de La Torrecilla, en la calle Giralda y Virgen de la Salud; el olor inconfundible de los naranjos de sus calles, y el que salía a albahacas, damas de noche y jazmines de los mínimos y preciosos patios delanteros de estas edificaciones, adonde íbamos los colegiales, tijeras en mano, a robar –que palabra más grande en la infancia- rosas de pitiminí para llevarlas a la Virgen del colegio Procurador en el mes de María, llamado también el de las flores…


(Triana Crónica. Nº 9. Octubre de 2011)

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