EN LA FRONTERA DE LA BARRIADA DE SAN GONZALO
Casi todos los trianeros tienden a unir el barrio León con la
barriada de San Gonzalo que, aun siendo barrios diferentes, están tan unidos y
maridados como para ser confundidos en sus lindes. En esta barriada, los
límites están perfectamente delimitados por la Avenida del conquistador
jerezano y Adelantado del Río de la Plata, Álvar Núñez, la Avenida de Coria, la
Plaza de San Martín de Porres y la calle Dolores León. El nombre de la misma lo
toma de la iglesia situada en la plaza de su nombre, dedicada al santo
portugués Gonzalo de Amarante, y cuya advocación se puso en honor del General
vallisoletano, Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, propiciador, junto a su mujer,
de estas pequeñas pero hermosas construcciones de doble planta, con jardín de
entrada y patio trasero, así como de la barriada de Santa Genoveva de Sevilla.
Estas casas comenzaron a construirse el año 1938, en parte
del espacio de la antigua Huerta de la Torrecilla, por iniciativa de la Obra
Nacional de Casas Baratas para Obreros y Empleados y Caballeros Mutilados, y se rotularon en 1943 con los nombres de
Plaza de San Gonzalo, Azucena, Barbacana, Batán, Clavel, Giralda, Antigua y
Llana, cambiándose este nombre en 1945 por el de Nuestra Señora de la Salud, y
el de Antigua, el año 1972, por el del Cristo del Soberano Poder, titulares de
la hermandad que reside en el templo.
Ese mismo año de 1938, el 29 de junio, se colocó la primera
piedra del templo que iba a ser parroquia del barrio, siendo madrina del acto
la esposa de Queipo, Genoveva Martí Tovar, y cuya bendición, por el Cardenal
Pedro Segura y Sáenz, se celebró el 12 de junio de 1942. El mismo año, se
fundan en la reciente parroquia la cofradía de nazarenos de Jesús ante Caifás y
Nuestra Señora de la Salud y la Sacramental, compuesta de jóvenes de Acción
Católica y de la Archicofradía Sacramental del Sagrario, fusionándose ambas el
año 1952. La imagen del Cristo primitivo fue tallado por José Luis Pires y la
de la Virgen por Rafael Lafarque, y ambas fueron sustituidas a causa de un
incendio que se originó en la iglesia en 1977. La de Nuestra Señora de la
Salud la talló Luis Ortega Bru y la del
Cristo, tan reciente, también de su autoría en 1975, tuvo que ser restaurada
totalmente. La primera vez que procesionó Nuestro Padre Jesús Soberano fue el
año 1948 y la Virgen, con escasos enseres, el año 1955. Así lo cantaba la
antigua saeta: La Virgen de la Salud / no
tiene palio ni manto: / ¡Con cuánta pena camina / por las calles de Sevilla /
la hermandad del Lunes Santo!
El atrio natural de esta barriada, es el lado Poniente de la
Plaza de San Martín de Porres, con el ambulatorio “Amante Laffón” en el lugar
que ocupaba el nunca inaugurado “Hotel Guitarra”; el Mercado de San Gonzalo,
que de terrizo es hoy día un ejemplo de modernidad e higiene; el edificio de
Cáritas y las inolvidables calesitas de Luis León, con más de cincuenta años en
el solar.
En mi agenda sentimental, en esa historia imperecedera de la
Triana Eterna, recuerdo por sus aledaños el cine Giralda, unas veces montado en
el solar del ambulatorio y otras en la trasera de La Torrecilla, en la calle
Giralda y Virgen de la Salud; el olor inconfundible de los naranjos de sus
calles, y el que salía a albahacas, damas de noche y jazmines de los mínimos y
preciosos patios delanteros de estas edificaciones, adonde íbamos los
colegiales, tijeras en mano, a robar –que palabra más grande en la infancia-
rosas de pitiminí para llevarlas a la Virgen del colegio Procurador en el mes
de María, llamado también el de las flores…
(Triana Crónica. Nº 9. Octubre de 2011)
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