Este libro de Carlos Colón Perales, subtitulado "De la Exposición y la llegada del sonoro a la posguerra", se editó con el número 30 en la "Biblioteca de Temas Sevillanos" del ayuntamiento sevillano. El autor dividió su libro en estos tres apartados: "Grandes esperanzas, 1929-1935", "El corazón de las tinieblas,1936-1939" y "Tiempos difíciles, 1940-1950".
Primero fue el silencio: salas oscuras en las que sólo se oía el ruido del proyector y los comentarios de los sorprendidos y divertidos espectadores. Después aparecieron los pianistas y los explicadores de películas. Los primeros disimulaban el ruido del proyector y añadían emoción a la cinta; los segundos traducían los "letreros" si estaban en algún idioma extranjero o se los leían a los analfabetos. Más tarde, tríos y cuartetos amenizaron las sesiones. En ocasiones excepcionales orquestas sinfónicas y coros acompañaban a las "silent movies". El cine siempre necesitó música. Es falso que el mudo fuera perfecto como expresión artística en sí misma.
Autor: Carlos Colón Perales
Edita: Ayuntamiento de Sevilla
Ciudad: Sevilla-1983
Páginas: 113
ISBN: 84-500-9321-X
Depósito Legal: SE-386-1983
Hemos hablado alguna vez de lo poco que mira este "Colón" a la otra orilla del mar de Sevilla desde el palo mayor de su columna en el Diario.
ResponderEliminarBuen libro, pero con un fallo: se olvida de nombrar en su historia al cine Rocío, el primero "de invierno" en Triana. Ya te digo...
La verdad es que sí, que se olvida totalmente de tan entrañable como recordado recinto.
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