Ya hemos borrado con negro rotulador una de las fechas más señaladas en los almanaques del recuerdo. Ya ha pasado una de las noches de Navidad más tristes de nuestro siglo, noche en que la pobreza ha tenido más protagonismo que el del fervor de todos los políticos del mundo porque algo mejore. Penosa es la vida cuando siempre pende del hilo de aquellos que nos gobiernan, de los que gracias al miedo nos manejan a su antojo para lograr sus intereses. Triste y desolador es el vivir cuando en muchos territorios de este mundo corre la sangre en ríos y no hay manantiales de esperanzas. Por desgracia, es el hombre un lobo para el hombre, y son pocos los que buscan la Paz que nos deseaba el Ángel de Belén a los hombres de buena voluntad.
Gracias a la generosidad de una sociedad que siente como suya la pobreza de sus hermanos, la Nochebuena fue más buena que nunca para muchos desheredados de la fortuna. Al menos, pudieron cenar con la mínima abundancia que la vida les niega cada día. ¿Pero cuántos cientos de niños y mayores se quedarían ayer sin techo en el mundo bajo las metrallas de la guerra? ¿Cuántos no tendrían que llevarse un trozo de pan a la boca? ¿Cuántos seguirían llorando sin entender estas masacres de sus seres queridos, aniquilados por la quiniela de una muerte que puede tocar siempre allí donde llega la mano de los todopoderosos?
Pasé en familia esa noche, deseando que sus alas se agitasen más rápidamente. Este año he sentido la clara ausencia de mi mujer y era la primera vez que cambiaba el rumbo de mis planes. Pero me sentí rodeado de mis hijos, nietos, sobrinos... No puedo quejarme a Dios. Mas cuando salía al jardín, en una noche entoldada salpicada de pocas estrellas, no dejaba de pensar en todas las personas que estarían muriendo en ese momento por culpa de la mano del hombre, en esa soledad eterna de millones de niños, en ese desamparo de millones de ancianos que no tenían la suerte, como yo, de estar rodeados de los suyos. Jesús nacía, sí, según nuestras creencias, en esa noche mágica. Pero si nació para ser nuestro Salvador, ¿por qué tarda tanto tiempo en echar una mano a los necesitados?
Ya pasó la Nochebuena. ¡Menos mal! Anda que si llega a ser mala...
Que tal Emilio?, no se si te has enterado de la ocupación realizada en la calle Evangelista nº 12 el pasado día 22 de diciembre enmarcada dentro de la operaciónnavidadbajotecho, dicho inmueble llevaba cerrado desde 2009 y ha sido ocupado por 7 familias que se encontraban desahuciadas y que la han bautizado como "corrala libertad". Si deseas conocer más sobre el tema puedes informarte en corralalibertad.blogspot.com. Un abrazo desde triana.
ResponderEliminarDiego Cruz.
He leído algo a través de la prensa y cómo hay mensajes diversos desde diversos puntos de vista. Me informaré más por las señas electrónicas que me envías.
ResponderEliminarUn abrazo trianero desde Córdoba.