Os dejo en esta última entrega de mi visita a Oporto algunas imágenes generales de sitios o cosas que llamaron mi atención. Una de las iglesias más hermosas de la Ciudad es la Iglesia do Cormo, con un gran panel cerámico en su lateral que representa la fundación de la orden de las hermanas carmelitas, y que fue pintado en el año 1912. El hermoso templo se levantó con proyecto de Figueiredo Seixas, y se construyó entre 1756 y 1768. Pared con pared a la misma se encuentra la Iglesia de los Carmelitas, uno de los templos más importantes de Oporto, con una serie de retablos sencillamente impresionantes. Bien merece una tranquila visita.
Esta segunda toma es una perspectiva del barrio de Batalha, barrio colorista que se encuentra a los pies de la Catedral. Desde la explanada catedralicia se observa toda la ciudad, con vistas maravillosas. Para subir hasta allí, yo cogí un funicular que parte muy cercano a la ribera, y desde el que se ofrece inéditas vistas del Puente Luiz I.
La Catedral de Oporto es la sede episcopal de la diócesis y está situada en el centro histórico de la ciudad. Se inició su construcción en el siglo XII, pero el primer edificio sufrió grandes transformaciones, quedando muy poco del original románico, al igual que pasó con la fachada, que fue transformada a partir de 1772, cambiando su estilo románico por una mezcla de barroco. El interior del templo es sobrio, aunque con ciertos detalles de marcado interés. El sitio donde se alza, como dije anteriormente, es impresionante porque desde allí lo mismo se puede observar la ribera del Duero, que los edificios emblemáticos de la ciudad y sus diversos paisajes urbanos.
Estos establecimientos a pie de calle, que hay muchos, tienen un encanto especial. Las mercaderías se sacan de la tienda y se ponen en el exterior para llamar la atención de los visitantes. Todos se acercan para contemplar las frutas expuestas con sus precios en canastas, los retablos cerámicos, la chamarilería..., todo tiene un encanto especial en estas calles llenas de luz y vida.
¡Y mis tranvías, ay mis tranvías...! Quedan pocos en Oporto, al contrario de Lisboa, y los que quedan apenas si los utilizan sus habitantes, aunque los revientan los turistas. Van siempre llenos de extranjeros que se bajan de él, fotografían todo lo de las inmediaciones de las paradas, y vuelven para visitar otros lugares adonde el tranvía les conduzca. Oporto goza de una buena red de metros y de autobuses urbanos, con lo cual el tranvía se ha quedado como vehículo testimonial para estos gratos paseos.
Me fui de Oporto con la sensación de haber visitado una de las ciudades más hermosas del mundo, una ciudad de justas proporciones, una ciudad llena de edificios hermosos, de espacios amplios y de una gran amabilidad por parte de su gente. Levanté el vuelo como este albatros camino de Lisboa, pero con la promesa de que debo volver una segunda vez, y con más tiempo, para deleitarme con todos los rincones que han llamado poderosamente mi atención.
Interesante tu relato de viaje, Emilio, y hermosa en verdad Oporto donde, por lo que veo, no le hacen tanto asco a los azulejos en los edificios antiguos... y esos que son, además, templos sagrados.
ResponderEliminarEl viaje ha sido hermoso, y todo se lo debo a José Luis, que me sacó de casa por unos días. En Santa Ana, que yo recuerde, hay tres retablos preciosos de azulejos, y otros tres en San Jacinto, que creo son templos sagrados...
ResponderEliminarLo de la "Zapata" es matar con Porcelanosa uno de los espacios más hermosos de Triana, si estuviera cuidado. ¿Cuánto hay que tardar para gastarse 180.000 euros en pintura Revetón?
Sabes que estoy en contra de esos azulejos que, estoy seguro, se llegarán a poner. La idea no puede ser más mala -espero que no partiese de ti-. Los azulejos de marras, siempre estarán signados por grafittis. ¡Qué manía con hacer una Triana distinta de la que tenemos, como si no hubiesen problemas más interesantes que solucionar...!
Me han encantado tus relatos sobre Oporto, como has desmenuzado la ciudad. Bonito y didáctico al máximo. Y las fotos espectaculares. Estás hecho un artista!!!
ResponderEliminarLas cámaras de hoy anulan a los artistas. Eso había que haberlo hecho con mi primera Verlisa en blanco y negro, regalo de papá. Ahora todas las fotos son robóticas, y eso que no me llevé el teleobjetivo...
ResponderEliminarPues yo no veo ahí unos retablos enmarcados, precisamente, sino una fachada llena de azulejos...
ResponderEliminarPues por alusiones, y no lo olvides, te digo que no ha sido mía esa idea, pero yo tenía otra parecida y la expuse en "Triana en la red" -imagino que lo leerías-, así que ya ves... Y es que para los que entramos en el barrio cada dos por tres desde el puente duele tanto abandono en lo primero que se ve de su paisaje. Y hay que vivir del turismo, Emilio, es lo que nos han dejado. Y como no había forma de que se adecentase, algo había que hacer ¿no?
Así seguirá, abandonado, dibujado de hermosos desconchones y garabatos de humedades adobado, por demás, con alguna hermosa pintada. No te preocupes: ha ganado la "plataforma" que jamás pasó el puente.
El asunto aún no se ha resuelto, pero creo, aunque no me guste, que se pondrán los azulejos, no se los van a comer, digo yo, y difícil es buscarle un sitio en Triana donde quepan.
ResponderEliminarEn Portugal, sobre todo en las iglesias, se emplean mucho los murales cerámicos. Los ve por todos lados. Era una costumbre de allí. Tu idea ya me la contaste en su día y la ley en el blog.
¿Tan dífícil es cuidar el paredón bien pintado?
... y tan difícil, casi imposible. Lo hemos padecido de siempre. Ya ves cómo está desde tiempo inmemorial. Pero si la famosa plataforma se lo propusiera -tan pertinaz e interesada por el "bien" de Triana- a lo mejor consigue que se mantenga lustroso, de forma que no sea la portada vergonzosa de un barrio conocido en el mundo. Pero, claro, ese ya no es su tema...
ResponderEliminarYo hablaba de Oporto, a menos que la edad que me gaste bromas, pero siempre tenemos que terminar en Triana como principio y fin del Universo, como un nuevo nacionalismo que nos está enfrentando a la gran Ciudad, que es Sevilla.
ResponderEliminarNo me gustan esas innovaciones de los azulejos en la zapata, y bien lo sabes. Tú defiendes tu postura y yo la mía. Para mí, es una catetada y para ti un lujo. Pues adelante.
Lo que hace falta es que, como denunció José Luis de la Casa de la Columnas, las cosas se hagan. Cuidemos la zapata, pintemos la zapata, téngámosla como Triana merece.
La manía que tienes con la Plataforma es persecutoria. ¿Por qué no convences a tantos amigos trianeros que tienen su blog independiente en formar parte de una plataforma trianera?
Si la imagen de Triana es vergonzosa en su malecón, creo que tienes la suficiente amistad con su delegado, Francisco Pérez, y su "director" -porque para lo que hacen ya hace falta un director"-, tu dilecto Manuel Alés, para decirles las prioridades de Triana.
No sé qué sentido hacéis de las lecturas..., pero yo hablaba de mi viaje a Oporto.