sábado, 22 de septiembre de 2012

DESDE MI TORRE: NOCHE DE FADO EN LISBOA


Ya les hablé de Lisboa en el primer capítulo de este viaje, una Lisboa que vimos ciertamente dejada y abandonada a su suerte. Rematamos nuestro periplo allí porque mi amigo José Luis había prometido una visita a su amiga fadista FilipaTavares, una mujer hermosa, guapísima, y con una voz envidiable. Y allí que nos encaminamos al ensolerado barrio de Alfama, reducto de los fados y, desgraciadamente, penosamente, lleno de basuras por todas partes, basuras que tuvimos que sortear para llegar al recóndito lugar: un sótano pequeño pero confortable, llamado "Coraçâo de Alfama". Gente amabilísima en el trato, desde el portero hasta su dueño y extraordinario fadista Manuel Româo.


Pasamos tres horas inolvidables en tan excelente compañía, con un público, la mayoría extranjero que, como nosotros, estaba allí para cenar mientras escuchaba estas saudades tristes, pero hermosas, de las que se comprende perfectamente la letra aunque uno no sea portugués. El lema del local es "Silêncio que se vai cantar o Fado". Cada artista interpreta tres cada vez que sale para actuar, lo que en cada ronda, porque había otra chica que cantaba muy bien y de la que he extraviado su nombre, dan un total de nueve. Tras la actuación, se vuelven a encender las luces y hay un breve descanso de unos quince minutos. Y vuelta a empezar. Como el interés de José Luis era hablar con Filipa, y no podía hacerse hasta la terminación del espectáculo, tuvimos que escuchar casi cuatro rondas, cuyo equivalente fueron unos treinta y tantos fados. 


Yo me reía por dentro y de vez en cuando, con voz muy baja, le decía a José Luis: -Este es el fado que cantaba Frijones. O, fíjate la variación que ha hecho de Antonio "El Arenero"... Tres fados, cuatro..., están muy bien, pero treinta y tantos es como sentar a nuestros amigos artistas para que escuchen treinta seguiriyas seguidas. El fado, como el cante flamenco, es ciertamente hermoso, pero en las debidas dosis. Yo salí de allí empachado de fados, tanto que compré en el local un disco de Manuel y otro de Filipa y tardaré años en abrirlos para volver a enamorarme de ese canto sentimental. Si van a Lisboa, que hoy por hoy ofrece muy pocos atractivos y está muy lejos de la hermosura de mis visitas anteriores, no dejen de visitar este restaurante típico de tan bello nombre: "Coraçâo de Alfama". Pero entren, saluden a Filipa y a Manuel Româo de mi parte, pidan una copa de vintno verde, escuchen un fado a cada uno, pidan un taxis y tómense una copa o un café en la Rua Augusta; todo, todo, menos escuchar treinta y tantos fados. Yo, tan flamenco, jamás le hubiera aguantado treinta soleares seguidas a Antonio Mairena.


4 comentarios:

  1. 'NUESTRA AMIGA' Filipa acaba de llegar a Sevilla y esta noche se quedara a dormir en nuestra casa despues de ver en el Lope de Vega el espectáculo de Pepa Montes y Ricardo Mino.

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  2. Lo prometió allí y es verdad que es mujer que sabe cumplir su palabra. Canta maravillosamente bien e interpreta lo que siente. Quiero que le deis mi fuerte abrazo y que disfrutéis juntos el éxito de Pepa y Ricardo. Ya me contaréis.

    Un abrazo.

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  3. Te contaremos....

    Un abrazo

    Elisa

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