MARÍA SANZ nace en Sevilla (1956), ciudad donde reside y se dedica a la creación poética. Publica su primer libro en 1981, y desde esa fecha han visto la luz una treintena de títulos, entre ellos Tu lumbre ajena (Edit. Hiperión, 2001), Dos lentas soledades (Huerga y Fierro Editores, 2002), Tempo de vuelo sostenido (Ediciones Libros del Oeste, 2004), Mínimo sol de invierno (Ateneo Jovellanos, 2006), Voz mediante (Edit. Point de Lunettes, 2006), Lance sonoro (Publicaciones Gobierno de Aragón, 2007), Regazo e intemperie (Colec. Provincia, León, 2007), Hypnos en la ventana (Algaida Editores, 2009), Los pulsos cardinales (Edit. Ánfora Nova, 2010) y Retablo de cenizas (Alcalá de Henares, 2011).
Entre los premios obtenidos destacan “Ricardo Molina”, “Cáceres”, “Leonor”, “Tiflos”, “Manuel Alcántara”, “Ciudad de Torrevieja”, “Valencia”, “José de Espronceda”, “Ateneo Jovellanos”, “San Juan de la Cruz-Ciudad de Úbeda”, “Miguel Labordeta”, “Ciudad de Badajoz”, “Ciudad de Alcalá de Henares”, etc.
Sus versos se han recogido en volúmenes recopilatorios tales como Pétalo impar (Antología 1981-1991) (Col. Adonais, Madrid 1991), Un resplandor cercano (Antología sevillana) (Fundación Aparejadores, Sevilla 2002) y Luna de Capricornio (Antología 1981-2006) (Edit. Aguaclara, 2007).
En su apartado de poesía infantil aparecen los títulos Carrusel (Edit. Hiperión, Madrid 2003), Cuentos con rima (Colección Caracol, Málaga 2006) y Nanas para dormir a una flor (Colección Caracol, Málaga 2010).
En prosa ha editado Las mujeres de don Juan (Edit. Castillejo, 1989), La luz no usada (Edit. Guadalturia, 2010) y una nueva versión de Jardines de Murillo (Edit. Guadalturia, 2011).
Diversas obras líricas de María Sanz han sido traducidas al polaco, inglés, italiano, rumano, portugués, francés, chino y braille, figurando igualmente en antologías como Quinta Antología de “Adonais” (Ediciones Rialp, 1993), Ellas tienen la palabra (Edit. Hiperión, 1997), Criatura frente a la creación (Revista Salina nº 14, Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, 2000), Antología de la Poesía Femenina de España en el Siglo XX (Universidad de Pekín, 2001) y Los cuarenta principales. Antología general de la poesía andaluza contemporánea (1975-2002) (Edit. Renacimiento, 2002).
Entre los estudios realizados a su obra poética se encuentran: “La subjetividad desde lo otro en la poesía de María Sanz, M. Victoria Atencia y Clara Janés” (Sharon Keefe Ugalde). Revista Canadiense de Estudios Hispánicos, Ottawa (Canadá), vol. 14, primavera 1990. Después en Actas X Congreso Asociación Hispanistas, Barcelona, 1992; “Hacia la afirmación serena: nuevos rumbos en la poesía de mujer” (Biruté Ciplijauskaité). Revista de Estudios Hispánicos nº 29, University of Wisconsin, Madison, U.S.A., 1995; “La aventura del orden: Poetas españoles de fin de siglo” (Miguel d’Ors). Editorial Renacimiento, Sevilla, 1998; “La construcción del yo femenino en la literatura” (Biruté Ciplijauskaité). Universidad de Cádiz, Cádiz 2004, y la tesis “La obra de María Sanz: de la contemplación a la creación poética” (Isabelle Chevalier). Universidad de Rennes 2 – Haute Bretagne, Francia, 2005.
María Sanz en internet:
www.cervantesvirtual.com/bib_autor/mariasanz/
http//:poetamariasanz.blogspot.com
Esta es la biografía oficial que le he pedido y que ella me ha mandado amablemente. Para mis blogueros, tengo que decir que María Sanz fue compañera mía de trabajo durante varios años, y que lo mejor que hizo fue dejarlo para dedicarse por entero a su verdadera vocación, oficio y verdad, terreno en el que tantos éxitos está cosechando año tras año y publicación tras publicación. Desde que tuve el honor de estar de nuevo en contacto, su estupendo blog está recomendado en el nuestro. Para iniciar hoy la semana a ella dedicada, he elegido un poema de su libro "Los pulsos cardinales" (Premio Nacional de Poesía "Mariano Roldán" 2009).
XXIX
Dichosos los que pueden vivir de su esperanza,
de anhelar sin desmayo el bien interminable
cuando apenas hay tiempo de creer en si mismo.
Feliz quien amanece pensando que ese día
encontrará argumentos para reconstruirse
después de una victoria donde todo se pierde.
Dichosos, sí, tranquilos aquellos semejantes
a quienes hizo caso el Dios del universo
por alzar su plegaria con fiel heterodoxia.
A los que aún tenemos conciencia, que nos digan
la verdad de otro modo, con otra mansedumbre,
poniendo simplemente un límite de culpa.
Más feliz todavía quien arde en la tristeza
mientras alrededor hay dichas apagadas,
sonrientes retratos hundidos en la nieve.
Dichosos los que nunca pudimos encontrarnos
porque la soledad fue dejándonos ciegos
cuando ya no cabía merecer más olvido.
En esta vida oscura, sin bienaventuranza,
mis ojos abandonan su nitidez probable
intentando creerse la luz de las estrellas.
María Sanz
"Los pulsos cardinales"
2010
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