CORPUS
CORPUS CHICO
¿Qué es lo que tiene Triana
que va con Dios de la mano
sonriendo esta mañana?
Vierte Triana a golpes desde el puente
un rumor encendido de cantares.
Se enciende el cielo en verdes alamares
de luces y de sombras lentamente.
Corpus Chico en Triana. Se presiente
al despertar de Dios. Rubios altares
y balcones con colchas de lunares
sacralizan las calles y el ambiente.
Altamar de fervores, la mañana
se recrea en el gozo de Triana,
siguiendo a Cristo el Pan encadenado.
Dios redondo en el sol del ostensorio,
Dios real y también Dios ilusorio,
infinito a la vez que limitado.
Manuel Lauriño
***
374
Arrayán y romero,
mata de olivo,
cómo luce Triana
el Corpus Chico.
Balcones adornaos
con mil colores
que presta la belleza
de los mantones.
Cantad trianeros
todos unidos
y no se pierda nunca
el Corpus Chico.
375
Por la calle Pureza
va Dios andando
bendiciendo a Triana.
Rezos y salmos.
¡Ay, qué salero!
Dios andando al latido
de los trianeros.
376
Se cuelgan los balcones
de colchas rosas
y arrayán y romero
le hacen alfombras.
¡Ay, qué alegría
cuando Dios por Triana
pasa ese día.
374.- Ángel Vela Nieto. La Real Parroquia de Santa Ana alberga la Custodia que sale en el llamado Corpus Chico por algunas calles del barrio, aunque su Hermandad Sacramental (1540) está al amparo de la Hermandad de la Esperanza desde el año 1950. En este Corpus -aunque suele cambiar algunos años- salen tres "pasos": un Niño Jesús atribuido a Montañés, una imagen de San Juan de Luis Álvarez Duarte (1962) y una Purísima de Miguel Franco (1711). La Custodia, de templete realizada en plata, tiene dos cuerpos y un remate y es de planta octogonal. El primer cuerpo tiene clara influencia de la que para la Catedral labró Juan de Arfe. En el segundo cuerpo, se encuentra un grupo escultórico de Santa Ana, la Virgen y el Niño de finales del XVII. Siempre se ha adjudicado esta obra de orfebrería a Mateo Ximénez (1651) y remate definitivo de Manuel Duarte, pero según documentación del archivo parroquial, la Custodia anterior se fundió para labrar la actual, obra de Andrés Ossorio, de 1726.
375.- Emilio Jiménez Díaz.
376.- Mismo autor.
El rescate de estas letras me traslada a aquella Triana de los ochenta que tanto nos animaba. Algunas las recuerdos; otras, las más, las tenía olvidadas. Así que vuelvo a disfrutarlas.
ResponderEliminarGracias, Emilio.
El gran "Espasa-Calvo". Lástima que se apartara de nosotros. Yo lo apreciaba mucho, pero le he perdido la pista. Aún recuerdo el remojón del día que con él y con Alberto Jiménez Becerril nos cayó encima cuando fuimos mirando los sitios para las placas de cerámica. ¿Te acuerdas?
ResponderEliminarLa historia trianera del "Espasa-Calvo", como tú le pusiste, va con todos los detalles en el libro de la Velá que habrá de ver la luz del barrio. Y ya sabrás algo de él.
ResponderEliminarEs imposible olvidar aquellos momentos de ilusiones y aquel chaparrón feliz. Espero que los nuevos mandatarios trianeros imiten a quien fuera un lujo para su partido y una suerte para Triana. Veinte años ya, Emilio...
Estoy deseando ver el libro, aunque ya hice una primera lectura cuando me pediste el prólogo. Va a ser una joya.
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