jueves, 14 de julio de 2011

TRIANA EN LABIOS DE LA COPLA (41)

CAVAS


CAVA DE LOS GITANOS

Ya no se ven gitanos por la Cava
que a hombros de mi abuelo recorría,
que hasta el tiempo ha borrado la alegría
de aquel agudo cante que se clava

como es la Soleá, volcán con lava.
Se marchó el Martinete y la herrería,
y el Tango se perdió con su alegría
por el túnel que el calendario excava.

¿Cuándo querrá mi Dios que vuelva a herirme
con aquella memoria, cierta y firme,
que se me fue volando de las manos?

¿Y cuándo querrá Dios, por contentarme,
que de nuevo mi vida se me alarme
escuchando cantar a mis gitanos?

Emilio Jiménez Díaz

***


LA CAVA DE TRIANA

Cálida y blanca al despertar la aurora,
llevan tus aires ecos de algún cante
junto al grito arrancado en un instante
bajo la noche siempre tejedora

de insomnios y deseos. Cuando dora
el sol tu cal inmensa, desbordante
-retadora del rayo y del diamante-,
eres como un volcán que hora tras hora

va lanzando cascadas de azucenas.
Triana sabe de tu sortilegio
gitano y jondo, envuelto en la prestancia

del que sabe de risas y de penas.
¡San Jacinto! ¡Las Mínimas! ¡Colegio
Reina Victoria alegre de mi infancia!

Manuel Pacheco Segura

***


LA CAVA

Proteged la cintura de la Cava
con blanduras mimosas de algodones
y evitad que se caiga entre muñones
de casas mutiladas por la brava,

antes que el sol moreno, que atezaba
las carnes del gitano y sus canciones,
se nos pierda entre infames paredones
de edificios sin gracia. En su alcazaba

de luz aún quedan sueltos por el aire
los duendes de la chispa y el donaire,
que la hicieron traslúcida y famosa.

Dejadla como está, con sus ojeras
resbalosas de sueño y primevera.
"No la toquéis ya más, que así es la rosa".

Manuel Lauriño

***


TRIANA PICARESCA

Encastillada en su fluvial castillo,
la Inquisición inquiere desolada
a relapsos y a herejes, sin que nada
inquiera del vivir de tanto pillo.

Hasta el oro del sol pierde su brillo
del viejo Monipodio en la morada,
donde no se arrincona, ni es cortada
la flor de "Rinconete y Cortadillo".

Contra los moros del Aljarafe y Niebla
se abre la Cava su profundo cauce,
pero no contra el tuno Monipodio.

Al arrabal la truhanería puebla,
la noche languidece como un sauce
y en cada esquina surge un episodio.

Fernando de los Ríos y de Guzmán

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