RELOJ DE LA AUSENCIA
Cuándo querrá mi Dios que vuelva a verte,
a gozarte, a sentirte como mía,
a respirar tu aire día tras día,
a recorrer tu vientre, a poseerte.
Son muchos años los de no tenerte,
los de ir soñando desde esta lejanía
con respirar el gozo y la alegría
de quedarme contigo hasta la muerte.
Espero en el reloj pronto el momento
de la partida que hasta ti me lleve,
mujer de mi pasión y de mi arcilla.
Alborozado sueño con tu encuentro
el glorioso segundo que, por breve,
se hará eterno al mirarte, ¡ay, Sevilla!
Emilio Jiménez Díaz
Qué bien está funcionando este reloj, Emilio; qué grato cada segundo que paso en su lectura...
ResponderEliminarLo malo, Ángel, es que se me está acabando la cuerda. Intentaremos darle algunas vueltas más.
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