RELOJ DE LA MADUREZ
El reloj a esta edad es un cretino,
te marca los espacios cotidianos
del trabajo y familia, y en las manos
muy poca libertad deja el mezquino.
Su sonoro tic-tac dicta el destino
y la vida de todos los humanos
que vagan por el mundo casquivanos,
esclavos de su tiempo y de su sino.
Llegan los niños y el reloj te reta
a trabajar aún más, hasta dejarte
la piel en el intento. Desvalido
quieres buscar la vida. Está incompleta.
Nada ni nadie puede ya salvarte.
El tiempo que tuviste ya se ha ido.
Emilio Jiménez Díaz
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