Este es un libro singular de aquellos que se editaban en los años 40 para formar a los niños en las buenas maneras y costumbres cristianas, aunque en esta ocasión, como algunos libros de fábulas, esté escrito en versos. En palabras del propio autor, Ezequiel Solana, el libro está dirigido a formar el tierno corazón de los niños, que es, a nuestro humilde entender -el autor es quien habla- uno de los más necesarios factores para poder alcanzar los elevados fines que la sociedad de la escuela se propone.
Formado por 95 poemas del mismo corte cristianizante y heroico, hoy este libro constituye una joya más que para los amantes de la poesía para los sociólogos. Como muestra, hemos elegido el que abre el volumen.
A LOS NIÑOS
Vosotros, ¡oh, niños!,
que en plácida calma
sentís en el alma
la dicha inefable del puro candor;
que en dulces miradas,
con labios rientes,
pedís, inocentes,
os cante infantiles ternezas de amor.
Tomad mis cantares,
tomdalos, y en ellos
veréis los destellos
de un alma que siente la dicha de amar;
de amar a sus padres,
su patria y su cielo,
fecundo consuelo
que borra las huellas de amargo pesar.
Amando a los niños,
dichoso me creo,
cercado de niños que me aman también;
que hacéis, inocentes,
con tiernos amores,
mis horas, mejores;
mis penas, placeres; mi casa un edén.
¡Oh padres! que, llenos
de amor para los hijos,
cuidados prolijos
mostrar venturosos mil veces os vi;
dejad que les hable
con larga insistencia
de santa inocencia:
¡Dejad que los niños se acerquen a mí!
Autor: Ezequiel Solana
Edita: Escuela Española
Ciudad: Madrid-1942
Páginas: 125
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