ELLAS
Ellas, bellamente invisibles,
no me abandonan nunca.
Ellas están aquí, suaves, amorosas.
Nunca jamás violentas,
generosas y dulces,
flotando en armonía,
fieles, fieles, muy fieles, fidelísimas .
Que lo invisible nunca nos engaña,
como suele engañarnos lo visible.
Que en verdad lo invisible
es lo único real.
No hay más fuerza real
que lo invisible,
poderoso poder que jamás cambia
y cambia, instante a instante,
desconcertante paradoja,
todo aquello que creemos visible.
Ellas, bellamente invisibles,
no me abandonan nunca,
que ellas son el hogar
donde he vivido siempre
y vivo y canto ahora
y siempre viviré;
pues son ellas la vida
y aunque visible en todo,
son porque son y son
lo sagrado invisible,
que mueve la energía y la poesía
invisible y sagrada
que mueve a la Creación,
en constante y radiante movimiento.
México D. F. 23 Abril 2011
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