ADIOSES
queriendo huir de sí mismo,
por más que huir y huir quería
seguía atado a sus abismos.
Los adioses, cada adiós
era un llanto contenido
y aquel universo era
un prolongado gemido.
Adiós, adiós, vida mía,
mira cómo me desvivo
en mi universo de adioses
tristemente entristecido.
México D. F. 4 Abril 2011
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