lunes, 25 de abril de 2011

LA PRESENCIA DE LA MADRE EN EL CANCIONERO FLAMENCO (1)


La trilogía de intenciones en el cancionero flamenco, siempre gira en torno a tres conceptos básicos que se manejan en un gran tanto por ciento de las coplas: el amor, la vida y la muerte. Sobre estos tres soportes se construye gran parte de la lírica andaluza. Pero de ellos, la mayor cantidad de coplas giran en torno a la madre: como invocación en momentos difíciles, describiendo su amor generoso, comparándola con el más alto concepto de la belleza, enfrentándola al amor de la novia o de la propia mujer, elevándola en su sabiduría y sublimándola en la mayoría de sus perfiles. La muerte de la madre tiene un gran protagonismo en la lírica de tipo popular, no así el padre, siendo también la principal protagonista en temas de celos, amores y enfrentamientos.

Lo deja bien claro esta copla por seguiriya recogida del cancionero popular:

Como tengo a mi padre
tuviera a mi madre,
nunca estuviera en casita ajena
en manos de nadie.

O este fandango del Alosno que se hizo tan popular:

Cuando se muere una madre
se caen siete columnas,
y cuando se muere un padre
no se cae más que una,
siendo cariños iguales.

Hasta el mismo padre comprende en la lírica popular la fuerza fundamental del matriarcado. Recoge esta copla Álvarez Curiel en su "Cancionero popular andaluz" (1991):

Cuando se murió mi madre
la tierra tembló aquel día,
mi padre desconsolao
llorando así me decía:
¡El fin del mundo ha llegao!

En este trabajo que hoy comenzamos, y que he ido preparando tras largos meses de acopio de material, vamos a contemplar la imagen de la madre tratada por medio de las coplas en el cancionero popular. Para ello, he utilizado, aparte de la tradición oral, los importantes cancioneros al uso que nos dejaron Antonio Machado Álvarez "Demófilo", Fernán Caballero, Rodríguez Marín, Álvarez Curiel, José María Pérez Orozco y Alberto Fernández Bañuls, José Calles, Manuel Garrido Palacios y gran parte de la discografía existente. Por otra parte, he recurrido también a los cancioneros de autores, siendo los principales consultados los de Manuel Balmaseda, Manuel Machado, José Carlos de Luna, Alcalá Venceslada, José el de la Tomasa, José Luis Rodríguez Ojeda, Camilo Gómez Cruz, José Cenizo, Juan Peña, José Manrique, Andrés Ruiz, Antonio Flores, Pencho Cros, Juan Manuel Villén, José Sánchez Bernal "Naranjito de Triana", Salvador Rueda, Julio Porlán, Ginés Jorquera, José Prada, Miguel Ángel Villar, Ángel Roca y Daniel Pineda Novo, entre otros.

Debo advertir que en este trabajo se quedarán fuera muchas coplas, ya que nuestro propósito sólo es el de acercar parte de ese material a los lectores interesados en este hermoso tema en el que el pueblo, una vez más, deja su impronta de exquisito poeta anónimo. De todas formas, alrededor de 500 coplas van a ser analizadas en este pequeño trabajo que someto a vuestra lectura y crítica.

Aunque casi todos los "palos" del flamenco gozan de alguna copla que tiene a la madre como protagonista, se decantan para ser interpretados los temas por Soleá, Martinete, Carcelera y Seguiriya, aunque también se manifiestan, pero en menor cantidad, en Fandango y Nana. Al existir muchos temas carcelarios, es normal que estas letras se prodiguen más, como he dicho, en la estructura métrica de la Carcelera y en muchísimas de la Seguiriya, al ser estos unos "palos" que casi siempre nos hablan en sus coplas de quejas lastimosas y de privación de libertad.

Al ser letras tomadas de diversos cancioneros, estas se irán cruzando mezclando el castellano puro, algunos léxicos de la pronunciación andaluza, términos del "caló" o lengua gitana, así como de germanía y jergal. Valga un ejemplo en esta copla de soleá que habla del recuerdo perpetuo de la madre y que pertenece al cancionero popular, encontrándose reflejada en algunos con leves variantes que no desfiguran su mensaje:

A la mare de mi alma
lo que la camelo yo,
siempre la tengo metía
dentro de mi corazón.

Es muy constante el ruego a alguna advocación religiosa implorando la mejoría de la enfermedad materna, como en esta seguiriya que cita al Cristo de la Cárcel, con mucha devoción en Mairena del Alcor:

Al Cristo de la Cárcel
yo le estoy pidiendo
pa que la mare de las mías entrañas
no siga sufriendo.

Ruego que algunas veces se convierte en claro reproche por la denegación de una petición:

Con la Virgen del Carmen
estoy enojao,
que le había pedío la libertá'e mi mare,
no me la ha otorgao.

El amor de la madre se convierte en reverencia inmensa en esta Toná, cantada por Antonio Mairena, y en la que se habla en su copla popular del desprendimiento natural materno:

Dios se lo pague a la pobre de mi bata
por lo bien que conmigo lo hacía,
que tos los días que tenía el año
a mí me llevaba la comía.

Y, algunas veces, en reverencia a algún tito que hace "favores" a la madre, tal como recoge el cancionero popular:

El tío Frasquito de Huéjar
le hizo a mi madre un niño,
ya tengo un hermano más,
Dios se lo pague a Frasquito.

No pocas veces la copla, referente a la madre, habla de sepulturas, velatorios y sepelios. La tristeza del mensaje alcanza el cénit en letras como esta que cantaba y dejó grabada el jerezano don Antonio Chacón:

En la tumba de mi madre
a dar gritos me ponía
y escuché un eco del viento:
No la llames, me decía,
que no responden los muertos.

Copla que tiene una variación, a partir del segundo verso, en el fandango alosneño que también registra el cancionero:

En la tumba de mi madre
flores no quieren nacer,
y en las demás sepulturas
las veo prevalecer,
yo lloro con amargura.

El amor desde niño a la madre también se encuentra registrado, como en esta copla por Petenera, escrita y cantada por "Naranjito de Triana", y recogida en el libro "De la tierra al aire" (1992):

Llorando un niño decía:
Mi mare está en una estrella,
yo me quisiera morir
pa subí al cielo con ella,
que está muy sola sin mí.

Aunque es verdad que el amor de la madre siempre es sublimado, más verdad es aquello del refrán de que el tiempo lo borra todo. Lo dice el fandango de Alosno:

Me faltó la madre mía,
loco me creí volver,
y luego a los pocos días
volví a reír otra vez,
hasta una madre se olvía.

Y mañana continuaremos con este tema apasionante que ojalá guste a los seguidores de este blog en el que el cancionero tiene un lugar de honor.

3 comentarios:

  1. Tiene tela el tema que has elegido... un miura. A ver cómo resulta la lidia y cómo vas a quedar tras la faena.

    ResponderEliminar
  2. El tema tiene tela del telón. Es en verdad un tema tristísimo, pero no me he resistido a que conozcamos parte del arsenal de coplas que anidan en nuestros cancioneros con este tema.
    Espero que salga bien.

    ResponderEliminar
  3. MI MADRE MI MAS HERMOSO TESORO ME QUEDO UN VACIO EN MI ALMA CUANDO SE ME FUE Y YO ESTABA CHIQUITA, LA VIDA SIN UNA FAMILIA ME A PUESTO MIL PRUEBAS SOPORTANDO TODO LO Q SORPORTAMOS LOS QUE NO TENEMOS MADRE NI ADRE.!!!

    ResponderEliminar