LEOPOLDO URRUTIA DE LUIS nació en Córdoba el 11 de mayo de 1918, y falleció en Madrid el 20 de noviembre de 2005. Prácticamente su infancia y primera juventud la pasó en Valladolid, llegando a Madrid a la edad de 17 años. Alistado en el ejército republicano, fortaleció su amistad con Miguel Hernández e hizo amistad con León Felipe. Tras algunas colaboraciones en revistas y en la Hoja del Lunes de Madrid, editó su primer libro con el nombre de Romance, aunque su primera obra se considera "Alba del hijo", que se editó en 1946, con el apellido materno para evitar represalias del bando vencedor.
Entre sus más de treinta libros, deben destacarse, aparte del citado, "Huésped de un tiempo sombrío" (1948), "Los imposibles pájaros" (1949), "Los horizontes" (1951), "Elegía en otoño" (1952), "El árbol y otros poemas" (1954), "El padre" (1954), "El extraño" (1955), "Teatro real" (1957), "Juego limpio" (1961), "La luz a nuestro lado" (1964), "Aquella primavera" (1967), "Poesía. Antología 1946-1968", "Con los cinco sentidos" (1970), "De aquí no se va nadie" (1971), "Igual que guantes grises" (1979. Premio Nacional de Literatura), "Entre cañones me miro" (1981), "Una muchacha mueve la cortina" (1983), "Del temor y de la miseria" (1985), "La sencillez de las fábulas"(1989), "Los caminos cortados" (1989) y "El portarretratos" (2000), entre otros.
Con sus alas de plomo va la tarde;
pasa en la piel ceniza de los campos.
Difusamente cunde la penumbra,
vellón de sucia lana en el ocaso.
Tú eras también de luna y de paisaje...
Se ha oscurecido el mundo entre tus manos.
Se ha detenido el tiempo, río sordo.
La luz ya es sólo sombra de tus párpados.
Se siente caminar lejanamente.
Alguien cruza en la sombra hacia el pasado.
Nada delante. Olvido. dios en sueños
aún alienta en el alma su amor manso.
Se retorna al recuerdo cual las olas,
una vez y otra vez, con lento paso.
Duele el amor, duele la certidumbre
de saberse de amor y odio poblados.
¿Ves? Somos cual la encina, aquí en la sombra.
Honda raíz, enfurecidos brazos.
Ferviente savia oculta nos abrasa.
La libertad nos nace por el llanto.
como la luz, aquí también morimos,
en el hermoso otoño del ocaso.
Un ascua fugitiva hacia la sombra.
el amor anochece en nuestros labios.
Leopoldo de Luis
"Los horizontes"
Las Palmas de Gran Canarias. 1951.
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