miércoles, 23 de marzo de 2011

CANCIONES POR NUESTRAS VIDAS: LA DÉCADA PRODIGIOSA (115)


AMALIA RODRÍGUES
            Continuamos con esta década inagotable de músicas, abriendo hoy con una especie de fado-fox que se hizo muy popular en nuestro país a comienzos de esta década prodigiosa. Aunque después lo grabase Jorge Sepúlveda, quien hizo muy exitosa "Una casa portuguesa" (1953) fue la cantante lisboeta Amalia Rodrigues, tildada como la gran "Reina del fado". La autoría es de Fonseca, Ferreira y Sequería, ni que decir tiene que tres autores portugueses, y la letra decía así:

            Una casa portuguesa tengo yo / que la brisa y el sol besan, / su silueta que adivino me esperó / al final de mi camino. / Sin descanso voy andando para allá, / a mi amor que quiero tanto, / A mi casa con presteza llegaré / y tus mejillas besaré. / Cuatro paredes muy blancas, / con madreselva y jazmín, / tiene un racimo la parra / y dos rosas el jardín, / un San José de azulejos / bajo un sol de de primavera, / dulce promesa de besos / y tus brazos que me esperan. // Una casa portuguesa es con certeza, / es con certeza una casa portuguesa. / Una casa portuguesa tengo yo, / no me irrita su pobreza, / pan y vino y sincero corazón es tan sólo lo que quiero, / las palabras cariñosas de mi amor / y el perfume de las rosas. / Sin engaño ni tristeza viviré / y una canción te cantaré. // Una casa portuguesa es con certeza, / es con certeza una casa portuguesa. / Una casa portuguesa con certeza, / Es con certeza una casa portuguesa...

            Y una canción de "Los Panchos" comienza a sonar por todas las emisoras con bastante fuerza en estos años. ¿El secreto para que se siga recordando en nuestros días? Sin duda alguna, lo pegadizo de su música y letra. Cuando una canción se pega al oído ocurre lo mismo que cuando un sabor delicioso se pega a nuestro paladar: ya nunca se nos olvida. Esto le pasó a "Vagabundo", con letra y música de quien fue componente de este grupo musical hasta 1981, Alfredo Gil:


            Qué importa saber quién soy / ni de dónde vengo ni por dónde voy, / lo que yo quiero son tus lindos ojos, morena, / tan llenos de amor. / El sol brilla en lo infinito, / y el mundo tan pequeñito. / Qué importa saber quién soy, / ni de dónde vengo ni por dónde voy, / sólo quiero que me des tu amor, / que me da la vida,  que me da calor. / Tú me desprecias por ser vagabundo / y mi destino es vivir así. / Si vagabundo es el propio mundo / que va girando en un cielo azul, / qué importa saber quién soy ni de dónde vengo ni por dónde voy. / Qué importa saber quién soy / ni de dónde vengo ni por dónde voy.


            En esta ocasión, fue una película, y no al revés, la que nos deja una canción para el recuerdo. Esto ocurrió con "Las chicas de la Cruz Roja" (1958), película dirigida por Rafael J. Salvia, e interpretada, entre otros, por Luz Márquez, Conchita Velasco, Katia Loritz, Mabel Karr, Antonio Casal y Tony Leblanc. La autoría es de Augusto Algueró:

            
            Diez mil muchachas bonitas / que en Madrid han florecido / y van por calles y plazas, / reparten banderas, sonríen y cantan. // Las chicas de la Cruz Roja, / novias de la primavera, / nacieron sus corazones / cantando, cantando / encuentran amores. // Primavera en la solapa, / primavera en el jardín, / y primavera en el cielo / del corazón de Madrid, / Las chicas de la Cruz Roja, / que en Madrid han florecido / y van cantando canciones, / reparten sonrisas y encuentran amores.

            Y una canción sentimental se viene a unir a las de tantos estilos diferentes como han ido cuajando en esta década. Se trata de "Su Primera Comunión", que en un momento gozoso, en un hotel de Gandía, escribiera Juanito Valderrama inspirándose  en la Primera Comunión de la hija de un amigo suyo, a la que había asistido. Sobre la marcha, Manuel Serrapí "Niño Ricardo" haría la música con la guitarra, haciendo los arreglos posteriores J. Escolíes. Es interesante que lean el magnífico libro de Antonio Burgos "Juanito Valderrama. Mi España querida" (La Esfera de los Libros-2002. ISBN: 84-9734-036-1). A lo largo de su intensa carrera artística, esta canción fue una de las más escuchadas y de las más pedidas en los programas radiofónicos:

JUANITO VALDERRAMA
            Como una blanca azucena, / lo mismito que un jazmín / va mi niña hacia la iglesia, / a la iglesia de San Gil. / Ha cumplido siete años / y  va a recibir a Dios, / mi niña toma rezando, / su primera comunión. / En el quicio de la puerta / estamos su madre y yo / con lágrimas en los ojos / y risa en el corazón. / Un coro de serafines / hay en el Altar Mayor, / que está mi niña tomando / su primera comunión. / De rodillas es tan bonita / y tiene tanto salero, / que le da el agua bendita / un angelito del cielo. / Mi niña ya está en mi casa, / llena de gracia de Dios, / cómo la mira su madre / y cómo la miro yo. / Cariño de mi cariño, / alegría de su amor, / la nieve y el blanco armiño / copiaron de tu candor. / Para un padre y una madre / no hay alegría mayor / que ver hacer a sus hijos / la primera comunión.         

Una canción que se cantaba por todos lados, por tener esa habilidad de ser pegadiza y porque su letra tenía un punto de bastante gracia, fue "Pancho López" que, con autoría de L. Guerrero y Blackburn, hiciera famosísima en España el mexicano "Trio Calaveras":

TRÍO CALAVERAS
            Nacio en Chiguagua / en mil novecientos seis / en un petate bajo un ciprés. / A los dos años hablaba inglés. / Mató a dos hombres a la edad de tres. / Pancho, Pancho López, / chiquito pero matón. / A los cuatro años sabía montar, / la carabina sabía apuntar. / A treinta yardas le vi apagar / un ojo a un mosquito y sin apuntar. /
Pancho, Pancho López, / valiente como un león.   / A los cinco años sabía cantar, / tocar guitarra y hasta bailar, / y su papá le dejaba fumar / y se emborrachaba con puro mescal. / Pancho, Pancho López, / a Alaska se fue a parar. / A los seis años se enamoró, / luego a los siete fue y se casó, / lo que tenía que pasar pasó / y a los ocho años papá resultó. / 
Pancho, Pancho López, / se fue a la revolución. / Aquí la historia se terminó / porque a los nueve Pancho murió, / y el consejo de la historia es: / ¡no vivas la vida con tanta rapidez! / Pancho, Pancho López, / chiquito pero matón. / Pancho, Pancho López, / viviste como un ciclón.

           Y como esta década es inagotable, llena de canciones que no dejan de sorprendernos, mañana un poquito más.

2 comentarios:

  1. He escuchado diez mil veces la canción "Las chicas de la Cruz Roja", y ahora que leo la letra me entero que comienza de esa forma... "Diez mil muchachas bonitas...". Nunca lo capté. Son las sorpresas con las que, a veces, me he encontrado en esta estupenda sección tuya, Emilio.

    ResponderEliminar
  2. Pues así empezaba, Ángel, terminando la estrofa con un bajo. Me parece que no hace mucho pasaron la película en TV.

    ResponderEliminar