miércoles, 23 de febrero de 2011

CANCIONES POR NUESTRAS VIDAS: LOS HIMNOS MILITARES (87)

Todos los cuerpos de la milicia española tienen sus himnos, con los que se identifican sus hombres en todos los actos oficiales para los que están regulados. Todos son ciertamente hermosos y han ido pasando por los años como verdaderas señas de identidad. Hoy, en primer lugar, vamos a comentar un poco la historia del que representa a la Infantería Española, y que fue compuesto por un cadete de su Academia del Alcázar de Toledo el año 1908: Fernando Díaz Giles. Este cadete, perteneciente a la XIV promoción, la misma que Franco, tenía gran prestigio como músico entre sus compañeros de armas, pues siempre les enseñaba sus composiciones, que dejaban tras de sí una clarísima inspiración.  Pues bien, el director de la Academia, coronel Villalba, creyó que aquel joven cadete podría componer el himno, para lo que le dio una semana de permiso con el objeto de que se dedicase exclusivamente a tal menester sin preocuparse de las clases diarias. Pero el cadete aprovechó la semana para otra cosas, listo el muchacho, y se dedicó a visitar el casino y a jugar a los billares. Como a la semana no tuvo la composición esperada por el coronel, el cadete se excusó y pidió al mismo otra semana argumentando que no le llegaba la inspiración. Excusas que el coronel, sabiendo en qué había empleado el tiempo, "premió" con una semana de arresto en la corrección. Allí, aburrido de lo lindo, parece que la inspiración le visitó, y en un cuaderno de apuntes de matemáticas, a falta de papel pentagramado, fue dejando escritas sus melodías hasta concluirlo. Una vez terminado, encargó la letra del himno a los hermanos Jorge y José de la Cueva, y tal éxito tuvo en su estreno, el 8 de diciembre de 1908, festividad de la Patrona de Infantería, que desde entonces pervive hasta nuestros días. Desde entonces, y en el recinto del Alcázar de Toledo, una lápida conmemora tal hecho con los nombres del cadete "experto en billares" y de los citados hermanos. Un buen día, Fernando Díaz Giles se retiró del ejército y se dedicó enteramente a la música profesional, estrenando cerca de 40 obras, entre las que destacan la ópera "Rocío" y las zarzuelas "La ventera de Medina", "Alhambra", "El cantante enmascarado" y "Cantar del arriero", que se estrenó en Barcelona con un beneficio de dos millones de pesetas de la época. El autor, Fernando Díaz, murió en el Hospital Militar de Barcelona el año 1960. El himno de la Academia de Infantería, dice así en su letra:

Ardor guerrero vibre en nuestras voces / y de amor patrio henchido el corazón / entonemos el himno Sacrosanto / del deber, de la Patria y del Honor ¡Honor! / De los que amor y vida te consagran / escucha España, la canción guerrera, / canción que brota de almas que son tuyas / de labios que han besado tu Bandera. / De pechos que esperaron anhelantes / besar la cruz aquella / que formaban la enseña de la Patria / y el arma con que habían de defenderla. / Nuestro anhelo es tu grandeza / que seas noble y fuerte. / Nuestro anhelo es tu grandeza / que seas noble y fuerte / y por verte temida y honrada / contentos tus hijos irán a la muerte. / Y por verte temida v honrada / contentos tus hijos irán a la muerte. / Si al caer en lucha fiera ven flotar / victoriosa la Bandera / ante esa visión postrera orgullosos morirán. / Y la Patria, al que su vida le entregó / en la frente dolorida / le devuelve agradecida el beso que recibió. / El esplendor de gloria de otros días / tu celestial figura ha de envolver / que aún te queda la fiel Infantería / que, por saber morir, sabe vencer. / Y volarán tus hijos ansiosos al combate  / tu nombre invocarán. / Y la sangre enemiga en sus espadas / y la española sangre derramada / tu gloria y sus hazañas cantarán. / Y estos soldados de tu Infantería / sienten que se apodera de sus pechos / con la épica nobleza y gallardía / el ansia altiva de los grandes hechos / te prometen ser fieles a la historia / y dignos de tu honor y de tu gloria.


Dentro de los himnos militares españoles está el de la Armada, con letra de José María Pemán y música de Germán Beigbeder:

Soplen serenas las brisas / ruja amenaza la ola, / mi gallardía española / se corona de sonrisas. / Por ti, Patria, / por ti sola, / mi vida a los mares di, / por ti el peligro ofrecí / mis obras y pensamientos. / ¡En la rosa de los vientos / me crucifico por ti! / Por tu sagrada presencia, / que nada turba ni empaña, / tiene sus horas la hazaña / y sus horas la obediencia. / El Imperio a España vendrá / por los caminos del mar. / Hay que morir o triunfar, / que nos enseña la Historia, / en Lepanto, la victoria, / y la muerte en Trafalgar. / Soñando victorias, diciendo cantares, / marinos de España, crucemos los mares, / delante la gloria, la leyenda en pos, / debajo las voces de nuestros caídos / y arriba el mandato de España y de Dios. / De España y de Dios. / ¡De España y de Dios!

La armada española une a este himno oficial otro oficioso que se empleó con mucha asiduidad hasta 1931. Es la conocidísima y preciosa "Salve Marinera", que siempre llevó este cuerpo militar en los labios y en el corazón. Este canto singular procede de una zarzuela de 1870, titulada "El molinero de Subiza", en cuyo texto se incluye la canción "Estrella de los cielos", cuyo título se generalizó más tarde como "Estrella de los mares" (Stella Maris). La citada zarzuela era original del compositor Cristóbal Ourid, con libreto de Luis Eguilaz. Cuando se estrenó esta zarzuela se comenzó a cantar rutinariamente en algunos barcos de la Armada, especialmente en el "Asturias", que era el buque escuela, llegándose a propagar rápidamente. Hasta el año 1942 no se reglamentó esta "Salve", que tuvo algunos retoques musicales por parte de Jesús Montalbán Vizcón, y de la letra por Mariano Méndez Vigo, declarándose a partir de esta fecha, por orden ministerial, como canto reglamentario:


¡Salve!, Estrella de los mares, / de los mares iris, de eterna ventura. / ¡Salve!, ¡oh, Fénix de hermosura! / Madre del Divino Amor. / De tu pueblo, a los pesares / tu clemencia dé consuelo. / Fervoroso llegue al cielo / y hasta Ti, y hasta Ti, nuestro clamor. / ¡Salve!, ¡salve!, Estrella de los mares. / ¡Salve!, Estrella de los mares. / Sí, fervoroso llegue al cielo, / y hasta Ti, y hasta Ti, nuestro clamor. / ¡Salve!, ¡salve!, Estrella de los mares, / Estrella de los mares, / ¡Salve!, ¡salve!, ¡salve!, ¡salve!.


El Ejército del Aire, que es el de más reciente formación, ya que se creó el año 1939, también tuvo su himno desde entonces con la siguiente letra:

Sobre campos y trincheras / como estrellas matinales / cruzan alas nacionales / del imperio mensajeras. / Al reflejo del radiante sol / brilló el cielo español / con luces de victoria. / Mientras cruza en su esmaltado añil / la audacia juvenil / forjando nueva Historia. / Una, Grande, Libre e inmortal / surges vieja Patria del dolor / prodigio redentor del mundo occidental. / Arma Imperial del cielo / su alucinante vuelo / sobre los campos que acompaña / con decisión sabe atacar hasta vencer. / Honor a los ungidos / por clara fe ascendidos / al claro azul que nada empaña / su inspiración pudo volar y renacer. / En vuelo aviadores / ya rugen los motores / con eco recio ¡Arriba España! / claro clarin, limpio vibrar. Amanecer.

Este himo del Ejército del Aire se cambió por el actual, con música de Ricardo Dorado Janeiro y letra de José María Pemán. Es un hermoso himno, y doy fe de ello ya que fue el que tuve que aprender en mi periodo de instrucción en el reclutamiento de "El Copero" y cantar muchas veces en los actos oficiales en la Base Aérea de Morón de la Frontera, en la que cumplí mis deberes militares:

Alcemos el vuelo, / sobre el alto cielo / lejos de la tierra / la esperanza nos lleva detrás / el Aire en la guerra / comienza a ser paz. / Midiendo del Aire la limpia grandeza / el alma se llena de luz y de amor / la vida y la muerte cantan la belleza / de una españa mas clara y mejor. / Volad, alas gloriosas de España / estrellas de un cielo radiante de sol / y escribid sobre el viento la hazaña / la gloria infinita de ser español. / A España ofrecida, / tengo muerte y vida / como quien la juega / en un lance de gloria y honor / la aurora me lleva / como un un nuevo amor. / Alegre la mano tenaz el empeño / la rosa del viento tomamos por cruz / jamás bajaremos desde nuestro sueño / a una España sin gloria y sin luz. / Volad, alas gloriosas de España / estrellas de un cielo radiante de sol / y escribid sobre el viento la hazaña / la gloria infinita de ser español.


Y mañana continuaremos con este gran manatial de himnos que crecieron por nuestra tierra, agarrando sus raíces en todos los terrenos del sentimiento.

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