![]() |
CONCHITA PIQUER |
Una de las mejores canciones de la copla española, al menos para mí, fue la interpretada, con sumo gusto, como nos tenía acostumbrados, por Conchita Piquer, aunque también la versionase Juanita Reina y ha seguido siendo reversionada hasta en nuestros días por Rocío Jurado, Isabel Pantoja, la propia Marta Sánchez y Joaquín Sabina, entre otros. Fue una obra maestra de Rafael de León y Quintero, con música preciosa del maestro Quiroga, titulada "Y sin embargo te quiero" (1957). Decía así:
Me lo dijeron mil veces, / mas yo nunca quise poner atención, / cuando vinieron los llantos / ya estabas muy dentro de mi corazón. / Te esperaba hasta muy tarde, / ningún reproche te hacía, / lo más que te preguntaba / era que si me querías. / Y bajo tus besos, / en la madrugá, / sin que tu notarás / la cruz de mi angustia, / solía cantar: // Te quiero más que a mis ojos, /te quiero más que a mi vida, / más que al aire que respiro / y más que a la mare mía. / Que se me paren los pulsos / si te dejo de querer, / que las campanas me doblen / si te engaño alguna vez. / Eres mi vida y mi muerte, / te lo juro, compañero, / no debía de quererte, / no debía de quererte, / y sin embargo te quiero. // Vives con unas y con otras / y na' se te importa de mi soledad, / sabes que tienes un hijo / y ni el apellido le vienes a dar. / Llorando junto a la cuna / me dan las claras del día, / mi niño no tiene pare / qué pena la suerte mía. / Anda, rey de España, vamos a dormir, / y sin darme cuenta en vez de la nana / yo le canto así: // Te quiero más que a mis ojos, / te quiero más que a mi vida, / más que el al aire que respiro / y más que a la mare mía. / Que se me paren los pulsos / si te dejo de querer, / que las campanas me doblen / si te falto alguna vez. / Eres mi vida y mi muerte, / te lo juro, compañero, / no debía de quererte, / no debía de quererte, / y sin embargo te quiero.
¡Qué auténtica maravilla! Y de nuevo México se nos cuela con un corrido que todos conocemos y que hemos cantado en alguna que otra ocasión en aquella siempre recordada década prodigiosa. Seguro que recuerdan el estribillo de "Yo no me caso, compadre", original en su letra y en su música del cantante y compositor mexicano Sebastián Curiel Cueto, canción que él mismo interpretaría y que hizo muy famosa en las tierras mexicanas Queta Jiménez "La Prieta Linda":
No, señor, yo no me casaré, / así le dije al cura y así le dije al juez. / No, no, no, / no, señor, yo no me casaré, / estoy enamorada pero me aguantaré. / Yo no me caso, compadre querido, / porque la vida es puro vacilón, / no puedo hallar el amor consentido / que sea el dueño de mi corazón. / Por eso quiero pensar un poquito, / pa' no meterles cuatro patas de un jalón. / Al encontrarme un amor le dijo 'véngase usted', / y al rato digo que no, no, no se puede. / Y si me quiere amarrar le digo "yo no podré, / mejor se busca por ahí otro querer." / Ay, no, señor, yo no me casaré, / así le dije al cura y así le dije al juez. / No, no, no, / no, señor, yo no me casaré, / estoy enamorada pero me aguantaré.
Por aquel tiempo, hasta un chotis se coló de rondón por todos los programas de radio haciéndose popularísimo. Lo compuso un alicantino llamado Vicente Marí Bas, más conocido con el seudónimo de "Laredo", autor también de composiciones tan populares como "Triana morena", "La escoba" o "Tres veces guapa". Este chotis, con el título de "Monísima", seguro que todos lo tenéis que recordar en la voz de Jorge Sepúlveda o de Nati Mistral:
Madrileña que paseas tu palmito / muy bien planchá, muy bien planchá, / presumiendo con tu pie tan chiquitito, / muy bien peiná, muy bien peiná. / Al mirarte así tan chula y postinera, / a todos gustas una atrocidad, / por el derroche que tú haces de salero / cuando paseas por la calle de Alcalá. // Monísima, monísima, monísima... / Así te dicen cuando pasas por ahí. / Monísima, monísima, monísima... / con tu blusita planchadita de organdí. / Monísima, monísima, monísima..., / te dicen todos al pasar, olé que sí. / Y te repiten con salero ¡monísima! / por esas calles de Madrid. // Son tus ojos, madrileña, dos luceros / que hacen tilín, que hacen tilín. / Y tus mágicos andares pintureros / son de postín, son de postín. / Tu belleza ha deslumbrao al mundo entero / por el salero que se esconde en ti. / Y al ver el garbo tan airoso y retrechero / te piropean los castizos de Madrid. / (Estribillo).
Y para finalizar hoy, vamos a recordar otra de las canciones más escuchadas de aquellos años y que también se quedó para siempre en la memoria colectiva. Me refiero a "Yo vendo unos ojos negros", una tonadilla chilena que compuso Pablo Ara Lucena y que escuchamos en las dos soberbias versiones de Nat King Cole y Lucho Gatica:
Yo vendo unos ojos negros, / quién me los quiere comprar, / los vendo por hechiceros, / porque me han pagado mal. / Yo vendo unos ojos negros, / quién me los quiere comprar, / los vendo por hechiceros, / porque me han pagado mal. // Más te quisiera, / más te amo yo, / y todas las noches las paso / suspirando por tu amor. / Más te quisiera, / más te amo yo, / y todas las noches las paso / suspirando por tu amor. // Cada vez que tengo penas / voy a la orilla del mar / a preguntarle a las olas / si han visto a mi amor pasar. / Cada vez que tengo penas, / voy a la orilla del mar / a preguntarle a las olas / si han visto a mi amor pasar. // Más te quisiera, / más te amo yo, / y todas las noches las paso / suspirando por tu amor. / Más te quisiera, / más te amo yo, / y todas las noches las paso / suspirando por tu amor. / Y todas las noches las paso, / suspirando por tu amor.
¡Qué auténtica maravilla! Y de nuevo México se nos cuela con un corrido que todos conocemos y que hemos cantado en alguna que otra ocasión en aquella siempre recordada década prodigiosa. Seguro que recuerdan el estribillo de "Yo no me caso, compadre", original en su letra y en su música del cantante y compositor mexicano Sebastián Curiel Cueto, canción que él mismo interpretaría y que hizo muy famosa en las tierras mexicanas Queta Jiménez "La Prieta Linda":
![]() |
SEBASTIÁN CURIEL |
Por aquel tiempo, hasta un chotis se coló de rondón por todos los programas de radio haciéndose popularísimo. Lo compuso un alicantino llamado Vicente Marí Bas, más conocido con el seudónimo de "Laredo", autor también de composiciones tan populares como "Triana morena", "La escoba" o "Tres veces guapa". Este chotis, con el título de "Monísima", seguro que todos lo tenéis que recordar en la voz de Jorge Sepúlveda o de Nati Mistral:
Madrileña que paseas tu palmito / muy bien planchá, muy bien planchá, / presumiendo con tu pie tan chiquitito, / muy bien peiná, muy bien peiná. / Al mirarte así tan chula y postinera, / a todos gustas una atrocidad, / por el derroche que tú haces de salero / cuando paseas por la calle de Alcalá. // Monísima, monísima, monísima... / Así te dicen cuando pasas por ahí. / Monísima, monísima, monísima... / con tu blusita planchadita de organdí. / Monísima, monísima, monísima..., / te dicen todos al pasar, olé que sí. / Y te repiten con salero ¡monísima! / por esas calles de Madrid. // Son tus ojos, madrileña, dos luceros / que hacen tilín, que hacen tilín. / Y tus mágicos andares pintureros / son de postín, son de postín. / Tu belleza ha deslumbrao al mundo entero / por el salero que se esconde en ti. / Y al ver el garbo tan airoso y retrechero / te piropean los castizos de Madrid. / (Estribillo).
![]() |
LUCHO GATICA |
Y para finalizar hoy, vamos a recordar otra de las canciones más escuchadas de aquellos años y que también se quedó para siempre en la memoria colectiva. Me refiero a "Yo vendo unos ojos negros", una tonadilla chilena que compuso Pablo Ara Lucena y que escuchamos en las dos soberbias versiones de Nat King Cole y Lucho Gatica:
Yo vendo unos ojos negros, / quién me los quiere comprar, / los vendo por hechiceros, / porque me han pagado mal. / Yo vendo unos ojos negros, / quién me los quiere comprar, / los vendo por hechiceros, / porque me han pagado mal. // Más te quisiera, / más te amo yo, / y todas las noches las paso / suspirando por tu amor. / Más te quisiera, / más te amo yo, / y todas las noches las paso / suspirando por tu amor. // Cada vez que tengo penas / voy a la orilla del mar / a preguntarle a las olas / si han visto a mi amor pasar. / Cada vez que tengo penas, / voy a la orilla del mar / a preguntarle a las olas / si han visto a mi amor pasar. // Más te quisiera, / más te amo yo, / y todas las noches las paso / suspirando por tu amor. / Más te quisiera, / más te amo yo, / y todas las noches las paso / suspirando por tu amor. / Y todas las noches las paso, / suspirando por tu amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario