Sería totalmente imposible dar a conocer íntegramente toda la producción de canciones de Antonio Machín, de ahí que en estos recuerdos a vuelapluma sólo estemos eligiendo aquellos boleros que lograron mayores éxitos y a los que él les tuvo singular cariño y predilección.
Machín fue un trabajador infatigable y aceptaba todas las ofertas. Para él, la vida era un reto y había que arriesgarse continuamente para lograr lo que uno quería. En 1965 se metió de lleno en otro espectáculo: "La vida empieza a las siete", llevando por media España lo mejor de su repertorio. Actuando en la localidad leonesa de Valencia de Don Juan, el 10 de septiembre le dio una angina de pecho que necesitó de hospitalización y reposo. Tras el arrechucho no se amilanó y en poco tiempo estaba de nuevo en los escenarios.
Yo tuve la suerte de verlo actuar íntimamente el año 1966 en los estudios de Radio Sevilla, acompañado por la orquesta del Maestro Moradiellos, y a pesar de mi juventud, a mí y a mis amigos nos encantó la voz de seda y las melodías de este cubano que logró enlazar su música sentimental con los gustos de padres e hijos. A pesar de su edad, Antonio Machín era incansable.
Aunque hemos recordado sus canciones más famosas, hay muchas otras que también han llegado a nuestros días como si el tiempo no hubiese pasado por ellas. Así el caso del bolero titulado "Gracias", con letra de Guijarro y música de Augusto Algueró:
Gracias por haberte conocido, / por haberme sonreído, / por mirarme, por hablarme. / Gracias, por haberme amado tanto, por tu risa y por tu llanto / y por todas tus palabras de amor. / Tengo que darte las gracias / por estar cerca de mí / y por las miles de cosas / que yo siento junto a ti. / Gracias, por haberte conocido, / porque nunca me has mentido, / porque siempre me has querido, amor. / Tengo que darte las gracias / por estar cerca de mí / y por las miles de cosas / que yo siento junto a ti. / Gracias, por haberte conocido, / porque nunca me has mentido, / por quererme, por besarme, / por hacerme tan feliz.
Otro de estos boleros inolvidables, que aún está latente en nuestros días, es el titulado "Envidia", de los hermanos Alfredo y Gregorio García Segura:
Otro de estos boleros inolvidables, que aún está latente en nuestros días, es el titulado "Envidia", de los hermanos Alfredo y Gregorio García Segura:
Envidia, / tengo envidia de los valles, / de los montes y los ríos, / de los pueblos y las calles / que has cruzado tú sin mí. / Envidia, / tengo envidia de tus cosas, / tengo envidia de tu sombra, / de tu casa y de tus rosas, / porque están cerca de ti. / Y mira si es grande mi amor / que cuando digo tu nombre / tengo envidia de mi voz. / Envidia, / tengo envidia del pañuelo / que una vez secó tu llanto / y es que yo te quiero tanto / que mi envidia, es tan sólo amor. / Envidia, / tengo envidia de tus cosas, / tengo envidia de tu sombra, / de tu casa y de tus rosas / porque están cerca de ti. / Y mira si es grande mi amor / que cuando digo tu nombre / tengo envidia de mi voz. / Envidia, / tengo envidia del pañuelo / que una vez secó tu llanto / y es que yo te quiero tanto / que mi envidia, es tan sólo amor. / Envidia, / envidia, / tengo envidia / y es de tanto amor.
Son tan maravillosas todas las canciones de Antonio Machín que no deja de ser difícil seleccionar las mejores, ya que todas y cada una de ellas tienen un motivo para enamorarnos. Siguiendo en este periplo, no podemos dejar en el tintero de los olvidos, el tema "Somos", igualmente muy versionado por artistas posteriores al cubano, entre ellos, con una versión magnífica, Raphael:
Después que nos besamos / con el alma y con la vida, / te fuiste por la noche / de aquella despedida / y yo sentí que al irte / mi pecho sollozaba / la confidencia triste / de nuestro amor, así: / Somos un sueño imposible / que busca la noche / para olvidarse del tiempo, / del mundo, y de todo. / Somos en nuestra quimera, / doliente y querida, / dos hojas que el viento / juntó en el otoño. / Somos dos seres en uno / que amando se muere / para guardar en secreto / lo mucho que quiere, / pero, ¿qué importa la vida / con esta separación? / Somos dos gotas de llanto / en una canción. / Nada más, que eso somos, / nada más.
La última actuación de Antonio Machín fue en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira el día 7 de junio de 1977. Se encontró muy agotado tras la actuación y ya cayó enfermo, falleciendo en Madrid el 4 de agosto del mismo año. Sus restos fueron trasladados a Sevilla, donde recibió sepultura en el cementerio de San Fernando, porque así fue siempre su deseo. Todos los años, en la feha de su fallecimiento, sus compatriotas cubanos cantan boleros ante su tumba y la rocían de ron cubano. Tanto fue el amor que Machín sentía por Sevilla, y esta ciudad por él, que el ayuntamiento de la ciudad colocó una escultura, obra de Guillermo Plaza Jiménez, en la Plaza Carmen Benítez, frente de la Hermandad de Los Negritos, monumento que fue inaugurado el 10 de diciembre de 2006.
En el aire de España, pero muy especialmente en el sevillano, siempre habitarán los sones de sus canciones, aquellas que hacían las delicias de nuestras madres cuando su voz salía de la radio vestida de cretona, aquellas con las que se enamoraron tantos novios, aquellas canciones inolvidables que levantaban nuestra admiración en aquellos pasados, y malditos, años de tantas tristezas.
Siempre que te pregunto / que cuándo, cómo y dónde, / tú siempre me respondes: / quizás, quizás, quizás. / Y así pasan los días / y yo, desesperando, / y tú, tú contestando: / quizás, quizás, quizás. / Estás perdiendo el tiempo / pensando, pensando, / por lo que tú más quieras / hasta cuándo, hasta cuándo. / Y así pasan los días / y yo, desesperando / y tú, tú contestando: / quizás, quizás, quizás. / Yo sigo preguntando, / tú siempre contestando: / quizás, quizás, quizás. / Estás perdiendo el tiempo / pensando, pensando. / Por lo que tú más quieras, / hasta cuándo, hasta cuándo. / Y así pasan los días / y yo, yo desesperando / y tú, tú contestando: / quizás, quizás, quizás, / quizás, quizás, quizás, / quizás, quizás, quizás.
¡Inolvidable, irrepetible Machín!
INOLVIDABLE MACHÍN (MADRECITA... ANGELITOS NEGROS... , E IMPERDONABLE LA FALTA DE MENCIÓN A SU VIRTUOSISMO CON LAS MARACAS (GOLPE DE MUÑECA IZQUIERDA HACIA DENTRO Y LIGERA APERTURA DEL HOMBRO DERECHO DEJÁNDOLO CAER CON LIGERO Y SUTIL JUEGO DE MUÑECA A DENTRO. NUNCA VI A NADIE MANEJAR LAS MARACAS COMO EL. FUE PROPIETARIO DE LA SALA DE FIESTAS "COPACABANA" EN EL BARRIO DE USERA DE MADRID.
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