Inolvidable fue el éxito de Machín con "Angelitos negros", de cuya primera edición española se vendieron más de 48.000 copias, contando con que España estaba sumida en la mayor de las pobrezas por la reciente guerra. No había emisora de radio que no la pusiese, y por todos los hogares se había colado de rondón tan sentimental bolero. Esto despertó los ojos del avispado empresario del Circo Corzana, quien le ofreció un contrato ciertamente tentador: mil pesetas diarias y gastos pagados. Desoyendo las voces amigas que se lo desaconsejaron, Machín se metió en la aventura y recorrió muchísimas ciudades y pueblos de España, incorporando, además, un nuevo tema que pronto se haría también muy famoso: "Madrecita", de Oswaldo Farrés:
Madrecita del alma querida, / en mi pecho yo llevo una flor, / no te importe el color que ella tenga / porque al fin tú eres madre una flor. / Tu cariño es mi bien, madrecita, / en mi vida tú has sido y serás / el refugio de todas mis penas / y la cuna de amor y verdad. / Aunque amores yo tenga en la vida / que me llenen de felicidad, / como el tuyo jamás, madre mía, / como el tuyo no habré de encontrar. / Madrecita del alma querida, / en mi pecho yo llevo una flor, / no te importe el color que ella tenga / porque al fin tú eres madre una flor. / Madrecita del alma querida, / en mi pecho yo llevo una flor. (Coros) / Aunque amores yo tenga en la vida / que me llenen de felicidad, / como el tuyo jamás, madre mía, / como el tuyo no habré de encontrar. / Madrecita del alma querida, / en mi pecho yo llevo una flor, / no te importe el color que ella tenga / porque al fin tú eres madre una flor.
Igualmente de Oswaldo Farrés, compositor cubano autor de temas tan recordados como "Toda una vida" y "Quizás, quizás, quizás", entre muchos otros, y que tuvo a Machín como el gran intérprete de sus canciones, fue el bolero "No me vayas a engañar", otro de los grandes éxitos del cantante:
No me vayas a engañar, / di la verdad, di lo justo, / a lo mejor yo te gusto, y quizás / sea bien para los dos./ No me vayas a decir / que no te has dado ni cuenta / no digas lo que no sientas, por mí / no siendo la verdad. / Soy tu refugio de amor, / mis besos, yo te daré, / haré lo que quieras tú, / mi dulce querer. / No me vayas a engañar, / di la verdad, di lo justo, / a lo mejor yo te gusto, y quizás / sea bien para los dos. / Soy tu refugio de amor, / mis besos, yo te daré, / haré lo que quieras tu, / mi dulce querer. / No me vayas a engañar, / di la verdad, di lo justo, / a lo mejor yo te gusto, y quizás / sea bien para los dos.
Antonio Machín no paraba de trabajar y toda España se le rendía a sus pies. Tras su aventura circense, que tantos beneficios económicos le reportó, en la década de los cincuenta se dedicó de lleno a los espectáculos de variedades montando los espectáculos "Ébano y marfil", "Melodías de color" y "Cancionero cubano", estando contratado a mitad de esta década por Juanito Valderrama. Una de las canciones que hizo más famosa por aquellos años fue "Corazón loco", canción de A. Dannemberg que fue muy versionada por diversos artistas, grabándolo incluso el utrerano Bambino y, en nuestros días, "El Cigala":
No te puedo comprender, / corazón loco, / no te puedo comprender / y ellas tampoco. / Yo no me puedo explicar / cómo las puedes amar / tranquilamente, / yo no puedo comprender / cómo se pueden querer / dos mujeres a la vez, / y no estar loco. / Merezco una explicación / porque es imposible / seguir con las dos. / Aquí va mi explicación, / pues me llaman sin razón / corazón loco. / Una es el amor sagrado / compañera de mi vida / esposa y madre a la vez, / la otra es el amor prohibido / complemento de mis ansias / y a quien no renunciaré, / y ahora puedes tú saber / cómo se pueden querer / dos mujeres a la vez, / y no estar loco. / Aquí va mi explicación, / pues me llaman sin razón / corazón loco. / Una es el amor sagrado, / compañera de mi vida, / esposa y madre a la vez. / La otra es el amor prohibido, / complemento de mis ansias / y a quien no renunciaré. / Y ahora puedes tú saber / cómo se pueden querer / dos mujeres a la vez / y no estar loco, / y no estar loco, / y no estar loco.
De nuevo, por aquellos años, le llega otra maravillosa canción de su amigo Oswaldo Farrés: "Toda una vida", otro de los boleros más versionados en la historia de la música y del que hizo una de las mejores el grupo "Los Panchos":
Toda una vida / me estaría contigo./ No me importa en qué forma / ni dónde, ni cómo, / pero junto a ti./ Toda una vida / te estaría cuidando/ como cuido mi vida, / que la vivo por ti. / No me cansaría / de decirte siempre, / pero siempre, siempre, / que eres en mi vida / ansiedad, angustia, desesperación. / Toda una vida / me estaría contigo. / No me importa en qué forma, / ni dónde, ni cómo, / pero junto a ti.
Machín, con este tipo de boleros, se metía en el alma de toda una generación que encontraba en sus canciones alivio para sus muchos problemas, formando parte esencial e importante de la memoria colectiva y sentimental de un país, roto y dividido, que encontraba el bálsamo necesario en sus baladas.
Cómo agradecíamos las canciones -esas mismas que nos transcribes, "Emilio"- cuando con aura de galanes sacábamos partido al domingo en un sabroso "guateque". ¡Cómo sonaba Machín en los picú!
ResponderEliminarEn el año 1947 debutó en Triana, en "La Manigua". Nuestro recordado Armando Gutiérrez, presentador y rapsoda de la casa, vivió aquellas noches maravillosas.
Y qué compositores, qué letristas; verdaderamente eran artistas dotados de una especial sensibilidad.
Es una gozada este ejercicio recordatorio que estoy haciendo. Me sirve de auténtica terapia cada vez que comienzo a desempolvar canciones del cajón de mis recuerdos.
ResponderEliminar¡Qué maravilla de compositores y de letristas! La prueba es que su obra aú sigue viva en estos tiempos de músicas que no comprendo.