Sería muy difícil quedarse con una sola canción de Lucho Gatica. ¿Quién se atrevería a salvar una sola de su extenso y hermoso repertorio? A las ya comentadas ayer "Contigo en la distancia", "Sabor a mí", "El reloj" y "La barca", es necesario añadir "Solamente una vez", "Noche de ronda", "Palabras de mujer", "Tú me acostumbraste", "Somos", "Yo vendo unos ojos negros", "Piel canela", "Sinceridad", "Bésame mucho", "Voy a apagar la luz"...
No es de extrrañar que en México lo idolatraran; que recibiera un homenaje multitudinario en Miami en 1996; que recibiera otro, en el año 2000, en su ciudad natal de Rancagua; o que el gobierno chileno le entregase la "Orden al Mérito de Gabriela Mistral" en 2002; o que su imagen haya sido referenciada por el escritor peruano y reciente Nobel Mario Vargas Llosa, en "La fiesta del chivo" y "La tía Julia y el escribidor", y en la del también peruano Alfredo Bryce Echenique; o que desde 2008 esté para siempre inmortalizado en una "Estrella" del Paseo de la Fama de Hollywood... Lucho Gatica se erigió, por la carga de sensibilidad que imprimía a sus canciones, en el rey del bolero de todos los tiempos.
Tanto disfrutó de su elegida México que tuvo la gran suerte de grabar y fijar para siempre algunos de los mejores temas del compositor Agustín Lara, como este titulado "Solamente una vez", tema que sigue vivo para siempre:
Solamente una vez / amé en la vida, / solamente una vez / y nada más. / Una vez nada más en mi huerto / brilló la esperanza, / la esperanza que alumbra el camino / de mi soledad. / Una vez nada más / se entrega el alma, / con la dulce y total / renunciación. / Y cuando ese milagro / realiza el prodigio de amarte, / hay campanas de fiesta que cantan / en el corazón.
Otro de los espléndidos boleros de su repertorio fue el titulado "Tú me acostumbraste", con la autoría de Frank Domínguez:
Tú me acostumbraste / a todas esas cosas / y tú me enseñaste / que son maravillosas. / Sutil llegaste a mí / como la tentación, / llenando de inquietud / mi corazón. / Yo no concebía / cómo se queria / en tu mundo raro / y por ti aprendi. / Por eso me pregunto / al ver que me olvidaste, / ¿por qué no me enseñaste / cómo se vive... sin ti?
Aunque Lucho Gatica grabó otro tipo de canciones como "María Bonita" de Agustín Lara, o "Los ejes de mi carreta" de Atahualpa Yupanki, entre muchas otras, su vida era el bolero, sus señas de identidad, su razón de ser. ¿Cuántos se habrán enamorado bailando al son suave de "Somos", ese bolero perfecto de Mario Clavell?
Después que nos besamos, / con el alma y con la vida, / te fuiste por la noche / de aquella despedida. / Y yo sentí que al irte / mi pecho sollozaba / la confidencia triste / de nuestro amor así. / Somos un sueño imposible / que busca la noche, / para olvidarse del tiempo, / del mundo y de todo. / Somos en nuestra quimera, / doliente y querida,/ dos hojas que el viento / juntó en el otoño. / Somos dos seres en uno / que amando se mueren, / para guardar en secreto / lo mucho que quieren. / Pero qué importa la vida / con esta separación. / Somos dos gotas de llanto / en una canción. / Nada más, eso somos, / nada más.
Después que nos besamos, / con el alma y con la vida, / te fuiste por la noche / de aquella despedida. / Y yo sentí que al irte / mi pecho sollozaba / la confidencia triste / de nuestro amor así. / Somos un sueño imposible / que busca la noche, / para olvidarse del tiempo, / del mundo y de todo. / Somos en nuestra quimera, / doliente y querida,/ dos hojas que el viento / juntó en el otoño. / Somos dos seres en uno / que amando se mueren, / para guardar en secreto / lo mucho que quieren. / Pero qué importa la vida / con esta separación. / Somos dos gotas de llanto / en una canción. / Nada más, eso somos, / nada más.
¿Y qué decimos de la obra maestra que escribió la mexicana Consuelo Velázquez, en 1940, y que él interpretó como nadie?
Bésame, bésame mucho / como si fuera esta noche / la última vez. / Bésame, bésame mucho, / que tengo miedo a perderte, / perderte después. / Bésame, bésame mucho, / como si fuera esta noche / la última vez. / Bésame, bésame mucho, / que tengo miedo a perderte, / perderte después. / Quiero tenerte muy cerca, / mirarme en tus ojos, / verte junto a mí. / Piensa que tal vez mañana / yo ya estaré lejos, / muy lejos de ti. / Bésame, bésame mucho, / como si fuera esta noche...
¿Y de "Voy a apagar la luz"? ¿Se puede condensar más en menos frases? ¿No es un bailable perfecto para enamorarse o para hacer el amor?
Voy a apagar la luz / para pensar en tí, / y así dejar volar / a mi imaginación. / Ahí donde todo lo puedo, / donde no hay imposibles, / qué importa vivir de ilusiones / si así soy feliz. / Cómo te abrazaré, / cuánto te besaré, / mis más ardientes anhelos / en tí realizaré. / Te morderé los labios, / me llenaré de tí / y por eso voy a apagar la luz / para pensar en tí.
¿Y de "Encadenados", ese bolero con el que Lucho ofrece toda la dimensión de sí mismo?
Tal vez sería mejor que no volvieras, / quizás fuera mejor que me olvidaras, / volver es empezar a atormentarnos, / a querernos para odiarnos / sin principio ni final. / Nos hemos hecho tanto, tanto daño, / que amor entre nosotros es martirio, / jamás quiso llegar el desengaño, / ni el olvido, ni el delirio, / seguiremos siempre igual. Cariño como el nuestro es un castigo / que se lleva en el alma hasta la muerte, / mi suerte necesita de tu suerte / y tú me necesitas mucho más. / Por eso no habrá nunca despedida, / ni paz alguna habrá de consolarnos, / el paso del dolor ha de encontrarnos / de rodillas en la vida / frente a frente... y nada más.
¡Boleros, boleros y boleros! ¡Lucho Gatica, la voz de seda que nos enseñó a amar!
De nuevo quedo maravillado con las letras. Parecen soliloquios en prosa o confesiones en una sola voz, pero cuánta poesía encierran estas canciones. Y ya era hora de que empezáramos a reconocer a sus autores.
ResponderEliminarEstas letras con verdaderas joyas. La prueba está en que todavía se siguen cantando en nuestros días.
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